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Residuo Cero

¿Qué es el ‘Zero Waste’ y por qué no está ya en tu vida? Así de sencillo es ayudar al planeta

Llevar una vida sostenible es más fácil de lo que puedas imaginar. Podemos reducir nuestros residuos y basura con productos que sustituyen al plástico, que se pueden reutilizar o reciclar fácilmente.

Por Diana Torres

21 de mayo de 2021 / 14:09

En un mundo en el que cada vez es más necesario el reciclaje y los buenos hábitos, no cabe duda de que el cambio empieza en nosotros mismos y en una transformación de nuestra mentalidad. Así lo creyó Bea Johnson, activista ambiental y autora del libro ‘Zero Waste Home’, quien decidió fundar el movimiento ‘Zero Waste’. Se trata de un conjunto de prácticas para evitar, en la mayor medida de lo posible, la generación de basura. Para ello, la escritora creó un lema que poco a poco es más notorio a lo largo y ancho del globo: “Si vives con menos, tendrás tiempo para lo importante”.

La traducción al español de esta filosofía de vida sería ‘Residuo Cero’, pero lo cierto es que no solo pretende reducir los residuos, sino también la basura. La diferencia entre ambos términos está en si pueden ser o no reutilizados:

  • Residuo es todo aquello que generamos y puede ser reutilizado o reciclado, como el vidrio, el aluminio o el plástico reciclable, entre otros. Es muy importante reciclar para que los residuos, que aún pueden aprovecharse, no acaben en un basurero, con el gran impacto medioambiental que esto supone.
  • Basura es todo aquello que no tiene utilidad después de haber sido usado, como las pajitas, bastoncillos o toallitas, y en consecuencia acabarán en un vertedero.

Las hermanas Esturirafi, Rut y Nahir, han convertido este concepto en su modo de vida que, además, acercan a todos los rincones de nuestro país a través de su blog y tienda online. Y nos lo ponen muy fácil: juntas han escrito una guía ‘Zero Waste’ para principiantes, en la que explican cómo dar comienzo a unos hábitos más sostenibles sin necesidad de adquirir nada más que lo que tenemos en nuestras casas: “Zero Waste o Residuo Cero es una filosofía de vida que nos anima a reducir nuestros residuos al máximo, a reutilizar todo lo posible y sobre todo a reducir nuestro consumo que es de ahí de dónde viene el problema principal, que somos unos adictos al consumo”, explican.

Rechazar, reducir, reutilizar, reciclar y reintegrar. Tener en cuenta la regla de las 5R es la mejor toma de contacto con el movimiento Residuo Cero. En líneas generales, el ser humano genera una media de 1,2 kg de basura al día, lo que supone casi 10.000 millones de toneladas de residuos urbanos en todo el mundo. ¿Por dónde podríamos empezar a ayudar al medioambiente para evitar que esos datos crezcan? Con una transformación de nuestros propios hábitos:

  • Rechazando lo que no necesitamos y adquirimos por instinto consumista.
  • Reduciendo lo que sí necesitamos pero no podemos rechazar.
  • Reutilizando lo que consumimos a diario y no podemos reducir.
  • Reciclando lo que no podemos rechazar, reducir o reutilizar.
  • Reintegrando y compostando aquellos materiales orgánicos a los que se les pueda dar una segunda vida.

Una buena manera de empezar esta rutina será analizando nuestra basura durante una semana. Para ello, prestaremos atención a los plásticos que más generamos, de dónde provienen, cuáles son los que más se repiten y qué alternativas podemos buscar a ellos. Una vez que hemos logrado renunciar a ciertos hábitos que impliquen una mayor generación de residuos, podremos seguir reduciendo el consumo de otros productos innecesarios en nuestro día a día.

Ciertos pequeños ajustes en algunas de las tareas más cotidianas podrían suponer un gran alivio para nuestro planeta:

El uso de bolsas reutilizables de varios tamaños y tuppers y tarros de vidrio para los alimentos supondrán una pequeña inversión a priori de la que podremos disfrutar durante un periodo más amplio de tiempo. Además, estaremos contribuyendo con poco esfuerzo a la mejora de la calidad medioambiental.

Una vez que tengamos en nuestras manos estas alternativas para transportar nuestros productos, deberíamos comprar a granel haciendo uso de ellos. En caso de que no hubiera posibilidad de hacerlo, habría que dar prioridad a los envases de vidrio o cartón y apostar por los tamaños familiares.

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 La cocina es uno de los espacios de nuestro hogar en el que más residuos se generan. Sin apenas darnos cuenta, a cada minuto empleamos servilletas, papeles de aluminio o de plástico ‘film’ a los que daremos un único uso antes de que acaben en la basura. Pero esto podría acabarse si pusiéramos atención en algunas alternativas que tenemos a nuestro alcance. La mejor sustitución al papel de cocina y servilletas son los paños de tela, mientras que para dejar de lado el plástico y el aluminio podemos optar por tuppers, envoltorios encerados, bolsas de silicona o frascos de vidrio, entre otros.

¿Cómo conservamos nuestros alimentos en el congelador sin hacer uso del plástico? Muy sencillo. Si se trata de alimentos que ingeriremos en un periodo más breve de tiempo, podemos meterlos a la nevera en platos, vasos, cazuelas o frascos de vidrio. En cambio, si es comida que queremos mantener en perfecto estado durante varias semanas, lo idóneo es hacer uso de envoltorios reutilizables de silicona o cera.

Además, para la limpieza de la cocina y de la casa en general, tendemos a adquirir un gran número de productos que son altamente nocivos para la salud y el medioambiente, y que realmente no necesitamos. Por ello deberíamos reducir la lista y alternarlos con otros mucho más sostenibles como el vinagre, el limón o el jabón natural de Marsella, y combinarlos con bayetas, estropajos y cepillos compuestos por materiales biodegradables y compostables.

A la hora de mantener en perfecto estado nuestra higiene y belleza, tendemos a creer erróneamente que necesitamos un producto diferente para cada zona de nuestra piel. Sin embargo, los ingredientes de los cosméticos guardan grandes similitudes que demuestran que realmente no necesitamos todo lo que adquirimos.

Tal y como se expone en la guía ‘Zero Waste’, lo mejor para nuestra dermis son las pastillas de jabón, champús, acondicionadores y cremas sólidas. En el caso de los aceites, lo idóneo es que estén compuestos por oliva, coco, argán o rosa mosqueta. Es preferible que los productos no lleven envase, y en caso contrario, que este sea de vidrio o metal.

No cabe duda de que el baño es una de las zonas de la casa en la que más productos desechables se concentran: bastoncillos, cepillos de dientes, esponjas… Pero a día de hoy existen alternativas a estos que son biodegradables o compostables muy fáciles de conseguir.

Según confirman las hermanas Esturirafi, cada mujer genera al año unos 69 kilos de basura únicamente en productos para la menstruación. Unos datos que poco a poco irán disminuyendo gracias a la aparición de productos de higiene íntima reutilizables como la copa menstrual, las compresas ecológicas de tela y las bragas menstruales.

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La filosofía Residuo Cero se extiende, por supuesto, más allá de las paredes de nuestra casa. Aunque algunos no lo entiendan, se pueden hacer planes al aire libre sin generar residuos. Es vergonzoso ver las playas y los parques llenos de basura, con lo poco que cuesta recoger y llevar los desperdicios a su lugar correspondiente. Es más, tras la llegada de la pandemia, hacer picnics ha pasado de ser un plan casual a una verdadera moda.

Pero, ojo, si esta práctica no se desarrolla de manera adecuada, podría generar desechos muy difíciles de reciclar como botellas de plástico, refrescos o servilletas de papel. Sin embargo, existen productos reutilizables que ya se han asentado en nuestras vidas como un ‘must have’, entre los que están las bolsas ‘tote’ y las servilletas de tela, las botellas de acero inoxidable, los termos para el café y los tuppers de vidrio.

Si tenemos en cuenta estos consejos podremos reducir la generación de residuos de manera personal muy notablemente. No obstante, es difícil disminuir los desechos en su totalidad, por lo que cuando un producto no se puede reutilizar o reparar, tendremos que reciclarlo para que su impacto medioambiental sea mínimo.

Pese a que a priori pueda parecer un cambio de mentalidad muy costoso y que implique el “decir adiós” a algunas prácticas que tenemos interiorizadas desde pequeños, cada vez son más las personas que deciden tomar consciencia e implicarse plenamente en este estilo de vida. Lauren Singer, la creadora de ‘Ecoblog Nonoa’ Yurena o Patri y Fer de ‘Vivir sin plástico’ son algunos de los rostros más conocidos que ya han conseguido vivir sin generar residuos y que nos animan a cuidar al planeta para las futuras generaciones.

Un compromiso que no cuesta tanto en realidad y que todos podríamos hacer tan solo llevando a cabo estas sencillas prácticas. ¿Por qué no intentarlo?