NO TE PIERDAS Síntomas de la menopausia que muchos médicos desconocen

La gravedad no perdona, pero la ciencia tampoco se rinde. Entre una y otra, hay mujeres que eligen sostenerse con cabeza, humor y algo más que colágeno. Foto: Nikolina / Pexels

Ni colágeno ni paciencia

Marta Masi contra la flacidez en menopausia: «Este tratamiento es la bomba»

En plena charla sobre menopausia, Marta Masi fue al grano: la flacidez existe, tiene solución y no se arregla con una crema

Por Marta del Valle

19 DE OCTUBRE DE 2025 / 08:00

La mayoría de las charlas sobre menopausia giran en torno a los clásicos: el calor súbito a deshora, las noches a medias, el humor en huelga. Pero aquella mañana, en la farmacia de Marta Masi, la conversación tomó otro rumbo. Nada de abanicos ni melatonina: aquí se hablaba de cara, piel y firmeza. «Con la bajada de estrógenos llega la flacidez, y lo que más ayuda son las maquinitas», dijo Masi sin un pestañeo. Y añadió: «Este tratamiento es la bomba». No era una promoción. Era una confesión. En la sala, las asistentes —mujeres de distintas edades y pieles— asentían con una mezcla de alivio y curiosidad. Al fin alguien nombraba lo que casi nunca se nombra: que el rostro también envejece de otra manera cuando las hormonas se van. Pero hay un tratamiento contra la flacidez en la menopausia que funciona.

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Durante la menopausia, los estrógenos caen y con ellos la producción natural de colágeno y elastina. Esas fibras son las responsables de que la piel se mantenga firme, tensa y con estructura. Cuando escasean, la piel pierde densidad, la línea de la mandíbula se desdibuja y el gesto parece más cansado incluso en días buenos. «De repente te notas más blanda —explicó Masi—. No son las arrugas, es que todo se cae un poquito. Y ahí no hay crema que valga«.

Las cifras lo confirman: entre los 45 y los 50 años, la piel puede perder hasta un 30 % del colágeno. No es un drama, es biología. Pero sí una llamada de atención. La buena noticia es que la ciencia estética lleva años encontrando formas de reactivar ese colágeno sin recurrir a bisturís ni rellenos.

El tratamiento del que hablaba Masi —el mismo que ella probó— utiliza ultrasonidos microfocalizados para estimular la neocolagénesis, o sea, la creación de nuevo colágeno desde dentro. Su nombre técnico: Ultherapy PRIME. Su filosofía: reentrenar la piel para que vuelva a trabajar.

Funciona así: la máquina emite ondas ultrasónicas a distintas profundidades (1,5, 3 y 4,5 mm), calentando los tejidos a la temperatura exacta (entre 60 y 70 °C) que activa la regeneración. No hay agujas ni cirugías; solo una sesión de unos 60 minutos en la que el especialista ve, mediante ecografía, exactamente dónde aplicar la energía. Un lifting interno con precisión quirúrgica, pero sin bisturí.

Los resultados de este tratamiento contra la flacidez en menopausia son graduales —empiezan a notarse a los dos o tres meses— y duran más de un año. Según los datos clínicos, Ultherapy es el tratamiento de referencia en su categoría, con más de 3 millones de procedimientos realizados y un 95 % de satisfacción en pacientes.

Para Masi, el debate no está en hacerse o no hacerse cosas, sino en poder decidir sin culpa. «La bajada hormonal te cambia por dentro y por fuera. Pero tener herramientas te da sensación de control. No se trata de parecer otra, sino de no sentir que todo se cae contigo». Su visión encaja con una nueva generación de mujeres que entienden el autocuidado como algo estratégico, no estético. Cuidarse ya no es disimular, sino sostenerse. Y hablar de menopausia sin tapujos forma parte del mismo gesto.

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«Cuando sabes lo que pasa, dejas de tener miedo», dijo. Por eso creó su propio Club de la Menopausia, un espacio donde compartir conocimiento, derribar clichés y recordar que no hay una sola forma de atravesar esta etapa. Ni una sola piel igual.

El encuentro terminó con una pregunta que alguien lanzó desde el fondo: «¿Pero de verdad se nota?». Masi sonrió: «Se nota. Pero lo mejor es cómo te sientes cuando ves que puedes hacer algo».

Esa respuesta resume una idea más grande que cualquier tratamiento: la menopausia no es el principio del fin, sino el principio del saber. Y que, cuando se combina información, ciencia y un poco de humor, la firmeza puede empezar por dentro… y reflejarse fuera.