Tu cara no es un jarrón de porcelana. No hace falta que brille como recién barnizado. FOTO: Gabby K / Pexels
Excesos cosméticos
La cara B del glass skin
Lo que empezó como un ideal de luminosidad se ha convertido en una prueba de resistencia. La piel también se cansa de tanto querer brillar
Por Mamen Infante
12 DE NOVIEMBRE DE 2025 / 14:00
Hailey Bieber puso el concepto en el mapa, pero en realidad la tendencia bebe de la obsesión coreana por las rutinas cuasi-heroicas de cuidado de la piel. La búsqueda de una ‘glass skin’ o piel de cristal persigue un rostro radiante y luminoso con un brillo similar al del cristal. Para ello, en teoría, se centra en utilizar productos que dejen la piel muy despejada de defectos para, después, aportarle un chorro de hidratación. La realidad es otra. Los riesgos de la glass skin cada vez son más frecuentes en las consultas de los dermatólogos.
Dado que en este universo de las redes sociales los consejos de belleza los carga el diablo, cada uno entiende lo que quiere. Y se ven pieles ultra pulidas que ponen en riesgo su propia seguridad.
Exfoliar y exfoliar sin parar
Si en su origen se defendían sencillas y razonables pautas como limpieza, exfoliación suave y buena dosis de hidratación con iluminación en puntos clave, ahora glass skin significa buscar un efecto extra brillante sacando lustre al rostro como si fuera una jarra oxidada. Limpieza demasiado exhaustiva, ácidos exfoliantes combinados sin ton ni son, doble y triple hidratación… Conclusión: una piel irritada, cuando menos. Los expertos en cuidado de la piel consultados lo dejan claro: el mayor riesgo de buscar la glass skin es comprometer la barrera cutánea.
Porque cuando esa barrera se pule hasta el infinito, deja de cumplir su función barerra. Lejos de estar perfecta, abre las puerta a irritaciones, posibles infecciones y, lo que es peor, envejece más. Lejos de lograr el objetivo buscado, una piel alterada nunca va a ser bonita.
Glass para hoy, rojez para mañana
La doctora Lidia Maroñas, dermatóloga y directora médica de la Clínica Dermatológica Oneskin-med, responde a nuestras dudas. La primera, si realmente la barrera cutánea puede sufrir daños si nos pasamos con el skincare. «Sí, puesto que muchas de estas rutinas incluyen exfoliaciones excesivas, ácidos inadecuadamente combinados o activos potentes usados sin control médico».
¿Consecuencia? Que buscando una piel de cristal, ésta acabe más fina, sensible, con enrojecimiento e, incluso, brotes de acné o rosácea. Es como si a la vez que perpetramos una agresión a nuestra piel, la estuviéramos desprogramando. Así lo confirma la dermatóloga: «Paradójicamente, lo que buscamos —una piel luminosa y uniforme— se pierde cuando la barrera se inflama por una alteración de la función celular de la piel». Al realizar esas exfoliaciones tan intensas con la esperanza de lograr una piel inmaculada lo que podemos lograr son dermatitis irritativas. En los casos más severos, los dermatólogos advierten del peligro de quemaduras superficiales. En especial, cuando se aplican ácidos en concentraciones excesivas o sin dar tiempo a la piel para recuperarse.
Mejor constante que a lo loco
Pero hasta aquí las malas noticias. La dermatóloga sabe cómo buscar el efecto piel de cristal desde el equilibrio. Esa luminosidad casi angelical con la que todas soñamos es fruto, no tanto de pulirla hasta la extenuación, sino de mantenerla fuerte, sana, limpia y bien hidratada. «Mi recomendación es cambiar el objetivo. No buscar un cambio milagroso, sino cambios progresivos y mantenidos que a medio-largo plazo nos permitan lucir una piel bonita de verdad».
Recuerda que «una piel sana refleja la luz de forma natural porque su barrera está íntegra, sus niveles de hidratación son los adecuados y su microbiota está equilibrada. En lugar de exfoliar intensamente, hay que recurrir a una exfoliación suave de forma constante, y según el estado de la piel. Para evitar los riesgos de la glass skin, es preferible realizar exfoliaciones suaves, progresivas y frecuentes con productos respetuosos para facilitar a la piel el proceso natural de renovar que exfoliar intensamente de forma ocasional», concluye la directora de OneSkinmed.