
Quien respeta sus horas de sueño gana años de vida. Morfeo también es parte del plan de longevidad
La ciencia del descanso
Dormir a pierna suelta: el lujo que no se paga con dinero
Dormir bien no es un capricho: es clave para la memoria, la creatividad y la salud. Descubre los trucos para conciliar el sueño y descansar de verdad
Por María Corisco
3 DE OCTUBRE DE 2025 / 17:00
Pocas sensaciones son tan placenteras como la de despertarte por la mañana y sentir que has dormido a pierna suelta. Pero, demasiado a menudo, tenemos un sueño a trompicones y nos levantamos casi más cansados que cuando nos fuimos a la cama. Para ponerle remedio, existen varios trucos para conciliar el sueño que, con algo de constancia, pueden ayudarte a dormir de un tirón.
No se trata sólo de que te agobie pasar mal las noches: conseguir un sueño reparador es clave para nuestro bienestar. “El sueño existe porque es vital para nuestro bienestar y supervivencia», explica el doctor Eduard Estivill, responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Universitari General de Catalunya. “Dormir nunca es un tiempo perdido ni un signo de debilidad, sino todo lo contrario. En los seres humanos ayuda a la limpieza en profundidad de los productos de desecho del metabolismo cerebral, a la consolidación de la memoria, la resolución de problemas y a la creatividad, como bien expresa el dicho voy a consultarlo con la almohada”.


Trucos para conciliar el sueño y engañar al insomnio
Para Estivill el sueño es el taller de reparaciones del organismo. Y si queremos que esa ITV nocturna salga con todo en regla, conviene poner de nuestra parte:
Desconectar no es opcional. Creemos que cerrar los ojos es como apagar un interruptor. Ojalá. Pero si antes de acostarte repasas mails, redes y dramas familiares, tu cerebro no se da por aludido.
Aburrirse ayuda. Leer, escuchar música o practicar relajación son la mejor “previa” al sueño. Lo que no ayuda: contestar correos a medianoche.
El gym por la mañana, gracias. La actividad física nocturna agita el cuerpo justo cuando debería calmarse. En cambio, moverse temprano (y mejor si es al aire libre) favorece un sueño más profundo.
Cenar pronto y ligero. Ocho de la tarde, verduras, quesos frescos y frutos secos. La fruta, aunque sana, digiere lento.
Escenografía importa. Una cama hecha y una habitación ventilada predisponen al descanso.
Apaga las luces (de verdad). La luz fría bloquea la melatonina. El experto sugiere tonos ocres, casi como imitar el cielo al anochecer.
Ni frío ni calor. Ambiente fresco, pero pies calientes. El enemigo público número uno del buen dormir: los pies helados.
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El sueño también se entrena
Más que buscar trucos mágicos, conviene entender que el sueño es parte del día. Igual que no desayunamos a las seis de la tarde, tampoco tiene sentido acostarse cada día a una hora distinta.
El cuerpo agradece la rutina: repetir un ritual previo (lavarse los dientes, desmaquillarse, leer un libro) y hacerlo siempre a la misma hora es la mejor manera de decirle al cerebro “ya toca”. Morfeo no es caprichoso: solo pide constancia. Y, si se la das, lo habitual es que te devuelva dulces sueños.
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