Menopausia y tiroides: 5 claves para entender y cuidar tu salud hormonal

Menopausia y tiroides comparten síntomas. Saber diferenciarlos es clave para cuidar la salud en esta etapa.
3 de septiembre de 2025 / 15:09
La menopausia es mucho más que el fin del ciclo menstrual: es una etapa de profundos cambios hormonales que afectan de forma integral al cuerpo femenino. ¿Cómo distinguir los síntomas de la menopausia y los trastornos del tiroides? ¿Cuándo conviene hacer un estudio de la tiroides? ¿Qué podemos hacer para fomentar el bienestar durante esta transición? Aquí tienes todas las respuestas.
La menopausia representa una etapa de grandes cambios hormonales, caracterizada por la pérdida progresiva de la función ovárica y la disminución de estrógenos. Esto afecta de forma sistémica al organismo femenino, especialmente al equilibrio del sistema endocrino.
Uno de los ejes más afectados dentro de este sistema es el hipotálamo-hipófiso-tiroideo, encargado de regular la función de la glándula tiroides. Este es un órgano clave en la regulación del metabolismo, el sistema cardiovascular, el estado anímico y la regulación térmica. Las hormonas tiroideas (T3 y T4) también participan en la función reproductiva y modulan la sensibilidad de los tejidos a los estrógenos.
Durante la menopausia, los cambios en los niveles de estrógenos pueden alterar la respuesta de los tejidos a las hormonas tiroideas e incluso modificar la secreción de TSH. Además, este periodo puede actuar como desencadenante o factor de descompensación en mujeres con predisposición a enfermedades tiroideas, especialmente de origen autoinmune.
Tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo comparten numerosos síntomas con la transición menopáusica, como: cansancio o fatiga, cambios de humor, ansiedad o depresión, insomnio o trastornos del sueño, alteraciones del ritmo cardíaco, sudoración o sensación de calor, disminución de la líbido, aumento o pérdida de peso, irregularidades menstruales, percepción de disminución de la calidad de vida y problemas en la piel o en el cabello.
Esta superposición puede dificultar el diagnóstico diferencial. Sin embargo, hay algunos matices que ayudan a diferenciar los síntomas:
Ante la duda, la medición de TSH y T4 libre puede aclarar el diagnóstico y evitar tratamientos innecesarios o inadecuados.
Aunque no existe una recomendación universal de cribado tiroideo sistemático en todas las mujeres menopáusicas, la evidencia actual sugiere que sí es razonable realizar una evaluación tiroidea básica (TSH y T4 libre) en los siguientes casos:
En el estudio de Pavlovska et al. (2024), se detectó disfunción tiroidea en el 65% de las mujeres con menopausia sintomática, frente a un 17% en mujeres con menopausia fisiológica, lo que refuerza el valor del cribado en este grupo.
Existen varios factores que aumentan la susceptibilidad a desarrollar enfermedades tiroideas en esta etapa:
En mujeres con síndrome climatérico marcado, se ha visto una mayor prevalencia de tiroiditis autoinmune crónica y hipotiroidismo subclínico, lo que sugiere que la alteración hormonal de la menopausia puede precipitar la aparición o descompensación de enfermedades tiroideas previas o silentes. Además, la menopausia quirúrgica, menarquia precoz y menopausia tardía natural se han asociado con el desarrollo de cáncer de tiroides, cuyo pronóstico empeora a partir de los 45 años.
En este contexto, las opciones terapéuticas para tratar los síntomas menopáusicos deben ser valoradas de forma personalizada, involucrando a la mujer menopáusica en la toma de decisiones y respetando sus preferencias para mejorar su calidad de vida.
La terapia hormonal sustitutiva puede ser una opción segura para tratar a las mujeres con síndrome climatérico y disfunción tiroidea, sabiendo que el efecto de la misma sobre la función tiroidea depende del tipo y la vía de administración ya que la concentración de estrógenos afecta a los niveles de proteínas transportadora de hormonas tiroideas (TBG) y puede afectar a los niveles de TSH y a los requerimientos de tratamiento con LT4 en mujeres con hipotiroidismo previo.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que en la menopausia, la disfunción tiroidea no tratada o sobre tratada puede tener efectos adversos importantes, específicamente sobre el riesgo cardiovascular y la densidad mineral ósea.
Marta García Goñi Médica especialista en Endocrinología y Nutrición, Marta García Goñi centra su labor en patología tiroidea, metabolismo fosfo-cálcico y diabetes. Forma parte del equipo de la Clínica Universidad de Navarra, donde combina la práctica asistencial con la docencia y la investigación en el ámbito de la obesidad y la inmunoterapia oncológica.
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