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Aunque parezca obvio, todavía quedan algunas dudas por resolver en cuanto a alimentos que debemos evitar, que podemos comer de vez en cuando y que deberíamos desterrar de una vez por todas.
Por Equipo Welife
28 de mayo de 2021 / 12:45
Comer saludable o no, esa es la cuestión. No todos los procesados son malos, tampoco pasa nada si te comes un croissant de vez en cuando. En este sentido, los expertos recomiendan un 80-90% de comida sana frente a un 10-20% de comida menos nutritiva e incluso, de vez en cuando, poco favorable. Pero los caprichos deberían ser fórmulas para sentirnos mejor en un momento determinado o poder mantener cierta adherencia a la dieta, y no convertirlos en una vía de escape y al final, en un hábito.
Hazlo poco a poco. Ve desechando primero la bollería industrial, luego los fritos, después los rebozados… No tienes que hacerlo todo a la vez. Pasar de un extremo a otro puede traerte más ansiedad que otra cosa y al final hacerte perder el rumbo. Ve eliminando de tu dieta este tipo de productos semana a semana hasta que llegue el ansiado momento en que los hayas desterrado casi en su totalidad. Te decimos cuáles son los 7 por los que debes empezar.
Si te quieres poner en forma y sacar el máximo de tus entrenamientos, el primer alimento que debes eliminar de tu dieta es la bollería industrial. Los bollos son altamente calóricos, puesto que tienen mucha grasa y mucho azúcar, concretamente grasas trans y azúcar refinado. Por lo tanto, son alimentos que nutricionalmente no tienen ningún tipo de valor y que deben ser sustituidos en desayunos y meriendas por otros más saludables.
Las frituras y los rebozados son otros elementos que se deben eliminar gradualmente, en la medida de lo posible, de toda dieta saludable. Esto no quiere decir que opciones recurrentes como un huevo frito se deban eliminar radicalmente. Lo que ocurre es que todos aquellos alimentos que van rebozados en harina y que luego freímos son muy grasientos y además suelen estar fritos en aceites refinados y empanados en harinas de mala calidad. Para una buena alimentación que te ayude a ponerte en forma es mejor optar por cocinar a la plancha.
Sin duda, en cualquier dieta, ya no solo para ponerse en forma, sino para estar sano, no debe incluir comida rápida. Cuando hablamos de comida rápida o basura nos referimos a hamburguesas, pizzas, tacos, kebabs, nuggets, patatas fritas en grasa de cerdo… Al igual que la bollería, estos alimentos están compuestos principalmente por azúcares, grasas saturadas, químicos y muchos conservantes perjudiciales para la salud, cuyo consumo de forma regular aumenta las posibilidades de padecer enfermedades cardiovasculares.
El embutido es otro alimento del que no se debe abusar, más allá de una cantidad mínima de una dieta rica en proteínas y basada en la conversión de grasa en músculo en cualquier entreno. Son una opción fácil porque de alguna manera formarían parte de la categoría de ‘comida de consumo rápido’, pero son muy grasos y suelen estar muy salados, lo que para nada contribuye a la pérdida de peso y a la tonificación de los músculos. La mejor opción es sustituir embutidos como chorizo o bacon por una cantidad moderada de jamón serrano o lomo. El pavo y demás productos ‘light’ al final son igual de perjudiciales que el resto, ya que no contienen proteínas de calidad (algunos son simplemente una masa de muchas cosas) y para bajar las grasas suben los azúcares y viceversa. El resultado: comes un producto creyendo que es bueno y en realidad no es nada saludable a nivel nutricional.
Las salsas son un elemento recurrente para acompañar muchas comidas y darles sabor. Sin embargo, son altamente calóricas y no contribuirán positivamente a tu objetivo de ponerte en forma. Ketchup, alioli, salsa cesar o barbacoa… Entre los ingredientes de estas salsas hay grandes cantidades de azúcar, aceites procesados y harinas refinadas, así como muchos otros conservantes. Una alternativa a las salsas para dar sabor a las comidas son las especias. Aceite de oliva virgen extra y vinagre son otra opción ideal. También puedes comprar salsas 0% materia grasa y azúcar en algunas tiendas especializadas, si bien siguen siendo alimentos procesados y no conviene abusar de ellos.
Mucha gente es reacia a abandonar del todo el alcohol, olvidando su alto contenido en azúcar. Las bebidas con alcohol poseen calorías vacías, que son aquellas más complicadas de quemar y que no aportan ningún nutriente. Según la FDA, las bebidas alcohólicas aportan 7 kcal por gramo de alcohol. En este sentido, aunque una cerveza tiene 43 kcal por 100 gramos, una copa de vodka aportaría 235 kcal por 100 ml. Las bebidas que menos calorías aportan son la cerveza, la sidra, el vino y el champagne.
Diversos estudios confirman que una lata de refresco equivale a seis terrones de azúcar. De ahí que tomar este tipo de bebidas no solo te afecte a tu rutina de entrenamiento y tonificación, sino que a larga el consumo excesivo de estos azúcares pueden generar diabetes y obesidad. En cualquier caso, tampoco resultaría recomendable consumir la versión light de este tipo de refrescos por la cantidad de elementos químicos utilizados para elaborar estas bebidas carbonatadas.
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