Los expertos lo tienen claro: cómo afecta el deporte al rostro depende de cómo lo cuides y no tanto del entrenamiento. Moraleja: no te saltes el gym por miedo a una arruga de más. FOTO: Alex Wolf MX / Pexels.
Ni runner face, ni rostro masculino
El ejercicio físico afecta al rostro, pero no siempre es para mal
Una de las razones que suelen frenar a la hora de darlo todo al entrenar son los posibles efectos negativos sobre la cara. Dos dermatólogas nos sacan de dudas.
Por Silvia Capafons
8 DE NOVIEMBRE DE 2025 / 08:00
Entrenar es bueno para todos los órganos. También, para la piel. Durante décadas se ha perpetuado el mito de que el deporte envejece, que te deja rasgos masculinos o que se te pone la temida ‘cara de runner». Hay incluso quienes prefieren noentrenar demasiado por temor a cómo afecta el deporte al rostro. La evidencia, sin embargo, da al traste con estos mitos. El deporte también se nota en la cara y para bien.
La cara de runner no existe
Hace unos años, con el furor por correr, apareció el término cara de corredor o runner face para referirse al supuesto desgaste de la piel del rostro que sufren los corredores. Se daba por hecho que la grasa facial menguaba y las arrugas verticales se marcaban más. El problema es que esa teoría se basaba en los efectos del atletismo en corredores profesionales, esos que dedican horas y horas a la semana a correr en exteriores. Haga frío o bajo un sol abrasador y sin protección solar.
El concepto, como tal, no está reconocido en la literatura médica. A nivel observacional se sabe que el ejercicio intenso y prolongado puede acelerar ciertos signos de envejecimiento cutáneo en este perfil de corredor. La causa está en el estrés oxidativo y la exposición crónica al sol sin factor de protección. En cambio, la doctora Elena Martínez Lorenzo, dermatóloga de Clínica Morales Raya, señala que «en quienes corren por ocio no vemos un envejecimiento facial significativo. De hecho, se asocia con una apariencia más juvenil y una mejor salud cutánea, siempre que se lleve a cabo dicha fotoprotección», señala.
Insiste en que no se debería salir a entrenar a pleno sol sin ponerse antes una crema solar con SPF 50, especialmente, en las horas centrales del día y los meses con mayor actividad UV. «El viento y el frío también contribuyen a la deshidratación y alteración de la barrera cutánea», confirma la doctora Martínez. Estas alteraciones se mitigan aplicando una crema hidratante que proteja el manto lipídico del rostro.
En la parte positiva, «tanto correr como realizar algún otro ejercicio aeróbico de forma moderada, como nadar o bailar, mejora la microcirculación cutánea y la oxigenación celular. Y eso se nota en que aumenta el brillo y la vitalidad de la piel».
Entrenamiento de fuerza, el secreto anti flacidez
Así lo confirma un estudio publicado en la revista Scientific Reports, que investiga los efectos de dos tipos de ejercicio, el entrenamiento aeróbico y el entrenamiento de fuerza, durante 16 semanas, en mujeres. La conclusión es que ambos tipos mejoran la elasticidad cutánea y la estructura de la dermis superior. Además, el entrenamiento de fuerza, también aumenta el grosor dérmico. Según la doctora Martínez, el entrenamiento de fuerza «mejora la elasticidad al aumentar la expresión de genes relacionados con la matriz extracelular y reducir la inflamación sistémica».
Por su parte, la dermatóloga Carmen Galera, directora de la clínica Dermaforyou, apunta que el ejercicio de fuerza y las rutinas aeróbicas aumentan los niveles de hormonas anabólicas como la del crecimiento, directamente involucradas en la regeneración celular y la producción de fibras de colágeno más densas y resistentes. Para notar esos beneficios en elasticidad y luminosidad de la piel lo recomendable es, según los dermatólogos, realizar entrenamiento de fuerza al menos 2 o 3 veces por semana. En otras palabras: el entrenamiento de la fuerza muscular (levantar pesas o trabajo con resistencia) se convierte en un excelente aliado contra la flacidez.
Natación, cuidado con el cloro
Nadar no resultan tan lesivo como correr, siempre que contrarrestemos los efectos de sequedad e irritación por el cloro. «La natación evita el impacto mecánico y la exposición solar si se practica en interiores», explica la dermatóloga de la clínica Morales Raya.
Cuidar la hidratación al salir de la piscina reequilibra la barrera de la piel y protege de sequedad y tirantez.
Yoga y Pilates, mano de santo contra el estrés
El yoga o el Pilates tienen un efecto menor sobre la piel que el entrenamiento de fuerza. Carmen Galera puntualiza: «No solo fortalecen los músculos, reducen también el estrés oxidativo y protegen la piel del envejecimiento prematuro gracias a la combinación de flexibilidad, respiración y relajación.
Para notar sus efectos se recomiendan un par de veces en semana.
No descuides beber y tu rutina de limpieza facial
Para maximizar los efectos del ejercicio físico en la piel es fundamental acompañarlo de algunos hábitos saludables, como la hidratación. «Beber una cantidad suficiente de agua es indispensable para mantener la elasticidad y favorecer la síntesis de colágeno, tanto antes, durante como después del entrenamiento para que las células se regeneren adecuadamente”, aclara la dermatóloga de Dermaforyou.
el otro factor es la limpieza del rostro con productos adecuados para eliminar el sudor y las impurezas acumuladas.