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Menopausia y tiroides: 5 claves para entender y cuidar tu salud hormonal

Marta García Goñi

Dra. Marta García Goñi. Especialista en Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra

Menopausia y tiroides comparten síntomas. Saber diferenciarlos es clave para cuidar la salud en esta etapa.

3 de septiembre de 2025 / 15:09

La menopausia es mucho más que el fin del ciclo menstrual: es una etapa de profundos cambios hormonales que afectan de forma integral al cuerpo femenino. ¿Cómo distinguir los síntomas de la menopausia y los trastornos del tiroides? ¿Cuándo conviene hacer un estudio de la tiroides? ¿Qué podemos hacer para fomentar el bienestar durante esta transición? Aquí tienes todas las respuestas.

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Estrógenos y tiroides: una conexión que debes conocer

La menopausia representa una etapa de grandes cambios hormonales, caracterizada por la pérdida progresiva de la función ovárica y la disminución de estrógenos. Esto afecta de forma sistémica al organismo femenino, especialmente al equilibrio del sistema endocrino.

Uno de los ejes más afectados dentro de este sistema es el hipotálamo-hipófiso-tiroideo, encargado de regular la función de la glándula tiroides. Este es un órgano clave en la regulación del metabolismo, el sistema cardiovascular, el estado anímico y la regulación térmica. Las hormonas tiroideas (T3 y T4) también participan en la función reproductiva y modulan la sensibilidad de los tejidos a los estrógenos.

Durante la menopausia, los cambios en los niveles de estrógenos pueden alterar la respuesta de los tejidos a las hormonas tiroideas e incluso modificar la secreción de TSH. Además, este periodo puede actuar como desencadenante o factor de descompensación en mujeres con predisposición a enfermedades tiroideas, especialmente de origen autoinmune.

Cómo diferenciar los síntomas de la menopausia de los trastornos del tiroides

Tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo comparten numerosos síntomas con la transición menopáusica, como: cansancio o fatiga, cambios de humor, ansiedad o depresión, insomnio o trastornos del sueño, alteraciones del ritmo cardíaco, sudoración o sensación de calor, disminución de la líbido, aumento o pérdida de peso, irregularidades menstruales, percepción de disminución de la calidad de vida y problemas en la piel o en el cabello.

Esta superposición puede dificultar el diagnóstico diferencial. Sin embargo, hay algunos matices que ayudan a diferenciar los síntomas:

Ante la duda, la medición de TSH y T4 libre puede aclarar el diagnóstico y evitar tratamientos innecesarios o inadecuados.

¿Cuándo hacer pruebas de tiroides?

Aunque no existe una recomendación universal de cribado tiroideo sistemático en todas las mujeres menopáusicas, la evidencia actual sugiere que sí es razonable realizar una evaluación tiroidea básica (TSH y T4 libre) en los siguientes casos:

  • Presencia de síntomas compatibles (aunque sean leves)
  • Historia personal o familiar de enfermedades tiroideas o autoinmunes
  • Aparición de dislipemia (alteración de los niveles de grasas), hipertensión o trastornos del ánimo sin causa aparente
  • Antes de iniciar terapia hormonal sustitutiva (THS)
  • Mujeres con menopausia precoz o insuficiencia ovárica primaria

En el estudio de Pavlovska et al. (2024), se detectó disfunción tiroidea en el 65% de las mujeres con menopausia sintomática, frente a un 17% en mujeres con menopausia fisiológica, lo que refuerza el valor del cribado en este grupo.

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Factores que pueden encender la “alarma tiroidea”

Existen varios factores que aumentan la susceptibilidad a desarrollar enfermedades tiroideas en esta etapa:

  • Edad > 45 años
  • Antecedentes personales o familiares de tiroiditis autoinmune
  • Presencia de otras enfermedades autoinmunes (como vitíligo, diabetes tipo 1, enfermedad celíaca)
  • Menopausia precoz (fallo ovárico prematuro o quirúrgica) o con síntomas muy intensos
  • Obesidad, hipertensión o dislipemia no explicadas
  • Estrés crónico o eventos vitales estresantes recientes
  • Uso prolongado de estrógenos, amiodarona o litio, entre otros.
  • El tratamiento con terapia hormonal sustitutiva puede causas alteraciones en las concentraciones de TSH 

En mujeres con síndrome climatérico marcado, se ha visto una mayor prevalencia de tiroiditis autoinmune crónica y hipotiroidismo subclínico, lo que sugiere que la alteración hormonal de la menopausia puede precipitar la aparición o descompensación de enfermedades tiroideas previas o silentes. Además, la menopausia quirúrgica, menarquia precoz y menopausia tardía natural se han asociado con el desarrollo de cáncer de tiroides, cuyo pronóstico empeora a partir de los 45 años. 

Claves para mantener una buena salud endocrina y prevenir alteraciones del tiroides en menopausia y a cualquier edad

  1. Acude a revisiones médicas periódicas: Acude a controles ginecológicos y médicos generales, especialmente si aparecen síntomas nuevos, incluso leves.
  2. Solicita un perfil tiroideo: Si notas fatiga excesiva, cambios de peso, insomnio, palpitaciones o caída de cabello, consulta para valorar TSH, T4 libre y, si hay sospecha de disfunción tiroidea o antecedentes, anticuerpos antitiroideos.
  3. Sigue una alimentación equilibrada: Sigue una dieta saludable y equilibrada, basada en patrón mediterráneo, rica en yodo (pescados, lácteos, verduras de hoja verde), selenio (nueces de Brasil, cereales integrales), hierro y vitamina D.
  4. Evita el estrés crónico: La práctica regular de ejercicio, técnicas de relajación o terapia psicológica si se requiere, puede ayudar a regular el eje hipotálamo-hipófisis-tiroides.
  5. Evita automedicarte: No tomes suplementos con yodo o tiroxina sin prescripción, ya que pueden alterar el funcionamiento tiroideo. Por otro lado, ten en cuenta que, si tomas suplementos como biotina pueden interferir en la determinación de hormonas tiroideas en el laboratorio por el método de inmunoensayo dando lugar a resultados falsos, por lo que conviene suspender la toma de biotina 2-3 días antes de realizar el análisis.
  6. Controla los factores de riesgo cardiovascular: La hipertensión, la obesidad y la dislipemia tienen relación directa tanto con la menopausia como con la disfunción tiroidea. Además, la menopausia interfiere en la asociación entre los niveles de TSH y la concentración plasmática de lípidos. En las mujeres posmenopáusicas, la prevalencia de enfermedad hepática metabólica (hígado graso) está incrementada. 

En este contexto, las opciones terapéuticas para tratar los síntomas menopáusicos deben ser valoradas de forma personalizada, involucrando a la mujer menopáusica en la toma de decisiones y respetando sus preferencias para mejorar su calidad de vida. 

Terapia hormonal sustitutiva, menopausia y tiroides

La terapia hormonal sustitutiva puede ser una opción segura para tratar a las mujeres con síndrome climatérico y disfunción tiroidea, sabiendo que el efecto de la misma sobre la función tiroidea depende del tipo y la vía de administración ya que la concentración de estrógenos afecta a los niveles de proteínas transportadora de hormonas tiroideas (TBG) y puede afectar a los niveles de TSH y a los requerimientos de tratamiento con LT4 en mujeres con hipotiroidismo previo. 

Por otro lado, hay que tener en cuenta que en la menopausia, la disfunción tiroidea no tratada o sobre tratada puede tener efectos adversos importantes, específicamente sobre el riesgo cardiovascular y la densidad mineral ósea.

Marta García Goñi Médica especialista en Endocrinología y Nutrición, Marta García Goñi centra su labor en patología tiroidea, metabolismo fosfo-cálcico y diabetes. Forma parte del equipo de la Clínica Universidad de Navarra, donde combina la práctica asistencial con la docencia y la investigación en el ámbito de la obesidad y la inmunoterapia oncológica.

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