El cambio climático en el Mediterráneo, una cuestión con fecha de caducidad

Los efectos del calentamiento global en la zona del Mediterráneo son más que evidentes: escasas lluvias que, cuando llegan, se tornan torrenciales; temperaturas tropicales con 25 grados de noche y un mar de aguas más cálidas, que dan lugar a fuertes temporales en la costa. Sin duda, el cambio climático es una realidad que podemos ver con nuestros propios ojos y los expertos advierten que si no se hace nada en los próximos años, la situación será irreversible.

‘Cambio Climático en el Mediterráneo’ es un libro coral dedicado precisamente a la defensa del medioambiente en este área, y en él se expone con datos la problemática a la que nos enfrentamos. «Si no hacemos nada de aquí a 2030, ya no habrá solución», dijo Joan Romero, uno de los autores y catedrático de Geografía Humana en la presentación de la obra. Le acompañaron Jorge Olcina, coautor y catedrático de Análisis Geográfico Regional y las catedráticas María José Estrela y María José López entre otros científicos.

«Tenemos que preparar nuestros territorios para las lluvias intensas», dijo Olcina, refiriéndose a la forma en que ha cambiado el clima en los últimos 20 años. «No hay colectores pluviales que aguanten 50 o 100 litros de agua cayendo en tan solo una o dos horas», aclaró.

Además, la temperatura de los océanos está aumentando, pero no de forma homogénea, y la del Mediterráneo se ha incrementado en casi 2 grados, tal y como muestran las imágenes por satélite. Como consecuencia, el verano se adelanta, dura más y es más caluroso.

Cierto es que desde los años 80 la población se está concienciando cada vez más del cambio climático, pero aún no se han puesto soluciones y parece que los mensajes no llegan a calar tan hondo como para que se realicen nuevas legislaciones. Y el momento, según los científicos, es ahora.

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Mireia Mollà, consejera de Emergencia Climática, es consciente de ello y por eso se encuentra trabajando en una ley valenciana de cambio climático junto a su equipo. Sin embargo, durante la presentación, expresó su tristeza ante el retraso en la aprobación de la ley, que sigue esperando ver luz verde por una cuestión burocrática. «Podemos ser los primeros refugiados climáticos de Europa», expuso con seriedad.

Por su parte, el investigador Jaime Güemes, director del Jardí Botànic, coincidió con los expertos en que si no se hace nada, los espacios protegidos que forman parte de la cultura, identidad y vivencia valenciana podrían afrontar consecuencias desastrosas. Esta subida generalizada de las temperaturas pone en riesgo «muy elevado» las zonas de valor ambiental, como la Serra de Mariola o el parque natural de la Font Roja. ¿Se llegará a un entendimiento antes de que sea tarde? Ojalá así sea.