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Los consejos de expertos pueden ayudar a evitar las rozaduras. FOTO: Freepik.

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Cinco claves para evitar las rozaduras en los pies al cambiar a las sandalias

Con la llegada del buen tiempo y el cambio a las sandalias, suelen aparecer las rozaduras. Con estos consejos de expertos podrás evitarlas.

Por Paka Díaz

09 DE JUNIO DE 2025 / 13:16

En primavera, cuando el calor ya se convierte en un habitual, toca sacar la ropa de verano. En ese cambio de armario, aparecen nuestras sandalias y con ellas, recordamos cómo, a veces, se nos llenan los pies de rozaduras y pequeñas heridas. La piel de los pies, tan abrigada durante el invierno, parece perder fuelle y sentirse más sensible que nunca. Sin embargo, prevenir es posible. Y la tendencia de calzado barefoot de la que es fan la reina Letizia puede ayudar.

Para conseguir proteger los pies en verano, unas expertas comparten sus trucos y su sabiduría. Eso sí, hay que recordar dos cosas importantes. Una que una vez al año, al menos, conviene ir al podólogo para revisar nuestros pies. La otra es que cuanto más hidratados estén, menos posibilidad de rozaduras habrá. Estos son los consejos y trucos para evitar rozaduras en los pies al cambiar a las sandalias.

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Por qué salen rozaduras en verano

Con la llegada del buen tiempo y el cambio al calzado abierto, suelen aparecer con más frecuencia las rozaduras y molestias en los pies. Esto ocurre, principalmente, por el cambio de tipo de calzado. «Las sandalias o zapatos abiertos no sujetan el pie como lo hace un zapato cerrado, que se lleva con una media o calcetín. Esto produce una barrera entre la piel y el calzado, lo que genera más fricción en zonas como los dedos, los laterales del pie o el talón», explica la podóloga Esther Moreno, especialista de la Clínica de Podología Esther Moreno y colaboradora de miMaO.

Además, la experta matiza que «la piel suele estar más seca tras el invierno, lo que aumenta la sensibilidad y la probabilidad de lesiones». En caso de que aparezcan grietas profundas, dolor persistente, infecciones por hongos, cambios en el color o forma de las uñas, o si las durezas no mejoran con el cuidado en casa, la recomendación es clara: acudir al podólogo. También si hay mala circulación, diabetes o problemas estructurales del pie. «No debemos normalizar el dolor ni pensar que es solo por el calor», advierte la doctora Moreno.

Errores más comunes al empezar a utilizar sandalias

Entre los errores más comunes que cometemos al cambiar de zapatos cerrados a sandalias, la doctora Moreno resalta «elegir sandalias solo por estética, sin tener en cuenta el tipo de soporte que ofrece». Además, otro fallo que comentemos según la experta «es usar sandalias demasiado planas, sin sujeción o con materiales que provocan fricción». Otro de los errores más comunes es no tener en cuenta que, con el calor, el pie tiende a dilatarse. Por eso, además de evitar sandalias demasiado ajustadas, sobre todo cuando hagas el cambio a calzado veraniego, ya que pueden provocar rozaduras.

Además, para evitar hinchazones que también provocan rozaduras y son más frecuentes en verano, se puede optar por productos de cuidado. «Es aconsejable aplicar productos con árnica, por ejemplo, que ayudan a aliviar la inflamación y el cansancio», señala Maribel López, osteópata y Spa Manager de Lush Spa Madrid. Un truco es dejar las cremas para piernas y pies en la nevera, así ayudan también a disminuir la inflamación. Otro punto importante es mantener el pie seco para evitar que resbale dentro del calzado. «Para ello, se puede utilizar un desodorante en polvo que absorba el exceso de sudor y mantenga la piel fresca y confortable», sugiere la experta en autocuidados de Lush.

Cómo evitar la hiperqueratosis

Uno de los problemas más frecuentes en esta época es la hiperqueratosis, o sea, un engrosamiento de la capa córnea de la piel, una respuesta de defensa frente a la fricción o la presión. «En verano aumenta porque los pies están más expuestos al roce, al calor y a la deshidratación. Las sandalias suelen provocar microtraumatismos repetitivos que estimulan este engrosamiento, especialmente en los talones», cuenta la médica.

Entre los ingredientes activos a buscar en las cremas específicas para pies para mantenerlos hidratados y sin durezas destacan la urea, el ácido hialurónico y otros componentes como ácido láctico o ácido salicílico. Pero la doctora Moreno recuerda que «para tratar las hiperqueratosis, siempre mejor bajo la supervisión de un podólogo».

Hidrata bien tus pies

Antes del verano y de empezar a usar sandalias de forma habitual deberíamos de hacer una preparación previa en los pies. Aunque la podóloga Esther Moreno recuerda que «lo ideal es cuidar nuestros pies durante todo el año, hidratando la y acudiendo regularmente al podólogo para retirar los callos o durezas».

La hidratación debe ser diaria no solo en verano. Si no lo hemos hecho, revisar si hay durezas o callos que deban eliminarse, y asegurarnos de que las uñas están correctamente cortadas. Si hay problemas como uñas encarnadas o callos dolorosos, mejor acudir al podólogo antes del cambio de calzado. Una opción para mantener la piel nutrida y elástica es usar aceite de almendras, que «aporta hidratación profunda y ayuda a prevenir la sequedad y las grietas», comenta Maribel López.

Exfolia tus pies con moderación

La exfoliación es recomendable en verano, pero con ciertos matices. «Siempre con moderación», apunta la podóloga. Con una o dos veces por semana sería suficiente, según ella. Para ello aconseja usar cremas exfoliantes con gránulos suaves. Debemos evitar los productos muy agresivos o con componentes irritantes. Además precisa que nunca sobre piel irritada o agrietada. Y también señala que «podemos usar limas específicas para pies, que nunca de las metálicas».

Se puede optar por exfoliantes naturales como la sal marina, el azúcar o los cítricos. «Estos ingredientes permiten realizar una exfoliación mecánica o enzimática, eliminando las células muertas de forma eficaz. El aloe vera es otro activo clave: hidrata, calma y favorece la regeneración de las zonas más castigadas», indica López.

Elige bien tus sandalias

Hay sandalias más respetuosas con la salud del pie y menos propensas a generar rozaduras o durezas. Lo explica la experta: «Las que tienen una suela anatómica, un poco de amortiguación, soporte en el arco plantar y sujeción en el tobillo siempre van a cuidar más del pie». Por eso, Moreno recomienda evitar en los posible «las chanclas planas, las que tienen tiras finas que cortan la circulación o las sandalias con materiales sintéticos de baja calidad». Y recuerda un lema a seguir: La sandalia debe adaptarse al pie, no al revés.

Otra opción interesante puede ser el calzado inspirado en el concepto barefoot, o pie desnudo. Como los diseños que proponen, entre otras, la marca española miMaO, con puntera ancha para que los pies se expandan de manera natural. «La idea es elegir un un zapato cómodo que no solo se rige por la estética», precisa la médica, algo que se consigue con ese tipo de calzado.

Evitar caminar descalzos por suelos duros.

Aunque nos encanta ir descalzos en verano, lo cierto es que puede llegar a causar molestias si no hacemos por suelos demasiado duros.  Esa es, justo, una de las recomendaciones de la doctora Moreno para prevenir la formación de durezas y grietas en los talones, es «evitar caminar descalzos en superficies duras».

Además, la experta recuerda de nuevo la importancia de la hidratación diaria con cremas ricas en urea y usar sandalias con sujeccion. Y, si las grietas ya han aparecido, subraya que «es importante tratarlas antes de que se conviertan en fisuras dolorosas o incluso infecciones».

Claves para evitar rozaduras

Las expertas recuerdan que lo más importante es mantener una rutina constante de hidratación y nutrición de la piel, ya sea por la mañana o por la noche.  La idea es elegir el momento que mejor se adapte a tu ritmo diario. Y usar calzado adecuado, en lo posible.

  • El frío es amigo de tus pies. O al menos, lo es en verano. Por la tarde o noche, sumergir los pies en agua fría, ya sea en un río, piscina, bañera o bajo la ducha. Eso ayuda a activar la circulación y aliviar la hinchazón o el cansancio acumulado tras un día de calor o actividad.
  • Mantén las piernas elevadas en lo posible. También es muy recomendable elevar las piernas por encima de la cadera, especialmente antes de dormir. Basta con tumbarse en la cama, apoyar las piernas en la pared y realizar movimientos de flexión y extensión de tobillos. «Esta práctica favorece tanto el retorno venoso como el drenaje linfático. Y proporciona una agradable sensación de descanso», subraya López.
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  • Aceites untuosos para nutrir la piel. Antes de volver a lucir los pies con sandalias, es importante asegurarse de que la piel esté bien nutrida. «Utilizar productos con aceites como el de almendras ayudan a mantener la elasticidad. También a prevenir las grietas que pueden aparecer con la exposición al aire, al agua y al sol», apunta la directora de Lush Spa Madrid..
  • Exfoliación suave. Si la piel ha estado especialmente expuesta o castigada, es recomendable exfoliar. Sobre todo en zonas como los talones o cualquier parte que se haya endurecido o resulte molesta. «Esta preparación ayuda a evitar incomodidades. Y a mantener los pies en buen estado durante toda la temporada», recalca López. El cepillado en seco también puede ayudar.
  • Usa calzado que no apriete. Intenta buscar zapatos o sandalias sin tiras estrechas ni apretadas. Que sujeten el pie en lo posible. La tendencia barefoot puede ayudar a encontrar tu calzado de verano que impidan que te salgan las temidas rozaduras. También ayuda ir poco a poco con las sandalias y chanclas, para acostumbrar la piel al roce, sin daños.
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