Así es la miel vegana que no necesita abejas y que pronto podremos probar

¡La miel vegana ya es una realidad! Hasta ahora, los veganos no podían consumir este edulcorante natural debido a que para su producción era necesaria la explotación de las abejas. Dos empresarios estadounidenses han hallado la forma de fabricar miel sin necesidad de la intervención animal, a través de una tecnología desarrollada y patentada por su propia empresa.

La empresa se llama MeliBio y su producto «combina y mejora la composición molecular de la miel de abeja». Está co-fundada por Aaron M. Schaller y Darko Mandich y ubicada en Berkeley, California.

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Su proceso de elaboración, según cuenta La Vanguardia, «se basa en una biología sintética y técnicas precisas de fermentación que ahora, además, han podido adaptar para su producción a gran escala y así poder lanzar su producto comercialmente al mercado». Al aprovechar la microbiología y la ciencia de los alimentos plant-based (realizada con plantas), la empresa crea miel limpia y sostenible, con una composición de nutrientes y una riqueza similares a la de la miel convencional.

Se prevé que la miel vegana de MeliBio empiece a comercializarse a finales de este año o a principios de 2022. Aunque no se ha determinado todavía si podrá promocionarse como ‘miel’, MeliBio llega en un momento crucial. Según un estudio publicado en 2019 por Proceedings of the National Academy of Sciences casi la mitad de las abejas están amenazadas.

A nivel europeo, el 37% de las poblaciones de abejas están en declive y hasta un 70% de los cultivos producidos en España dependen también de la polinización, según datos de Greenpeace. Nuestra supervivencia depende en gran medida de la suya. «Si las abejas murieran, la superficie de la Tierra se parecería a Marte», explican desde MeliBio, por eso «ahora más que nunca, necesitamos salvar las 20.000 especies de abejas nativas y silvestres».

Por otro lado, la polinización que realizan las abejas es el proceso natural que permite que las flores sean fecundadas para dar semillas y frutos; una actividad determinante para la biodiversidad. Pero no solo eso, nuestra seguridad alimentaria también estaría en juego si estos insectos desaparecieran: a nivel mundial, una tercera parte de los alimentos dependen de las abejas, así como un 90% de las plantas silvestres con flor, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO).

“Se ha calculado que el valor económico de la labor de polinización de las abejas y otros polinizadores para la agricultura es de unos 265.000 millones de euros anuales en todo el mundo, 22.000 millones para Europa y más de 2.400 millones de euros para España”, afirmaba Greenpeace en su informe sobre los polinizadores Alimentos bajo amenaza (2014).

Las causas del declive de las abejas son diversas: la urbanización, la degradación de sus hábitats, el cambio climático, las prácticas agrarias, el cambio en el uso de los suelos o las especies invasoras, son algunas de las que enumera National Geographic. «La producción de miel en su forma actual es (también) perjudicial para las abejas y sus ecosistemas, especialmente para las 20.000 especies de abejas nativas y silvestres que soportan la inmensa presión de la apicultura comercial», explican en MeliBio.

Por supuesto, la producción de miel vegana no es la única forma que tenemos de proteger a las abejas. Sin embargo, sustituir la miel natural por esta es –a nivel usuario– una acción sencilla con la que podemos contribuir a su protección.