¿Sabes qué quesos son los más saludables y los que menos engordan?

El queso es uno de esos alimentos que goza de tantos amantes como detractores. Están los que no conciben su vida sin él, mientras que otros lo rechazan, bien sea porque no les gusta o porque no tienen cabida en su tipo de dieta, aunque últimamente las alternativas veganas van ganando terreno.

A nosotras nos gusta el queso. Mucho. Y por eso, en el Día Mundial del Queso hemos querido rendirle homenaje hablándote acerca de sus beneficios, los tipos de queso que mejor nos sientan y derribar algunos mitos acerca de este popular alimento.

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Enganchados al queso

¿Por qué nos gusta tanto el queso? Por su textura, su densidad y muchos de sus compuestos, que lo hacen, literalmente, adictivo. Aunque para entenderlo mejor, mira lo que nos cuenta Aitor Sánchez, de ‘Mi dieta cojea’.

¿Es sano el queso?

Para valorar un queso entran un montón de elementos en juego, desde aspectos tan básicos como el sabor o la textura hasta el tipo de leche utilizada para su elaboración, tiempo de maduración o la región de donde proviene. Cada uno de estos factores da lugar a un producto muy distinto: curado, tierno, ahumado, picante, cremoso, fresco…

Más allá de que seas o no fan del queso, sus aportaciones nutricionales suelen causar polémica, por lo que vamos a intentar ver qué se esconde detrás de este popular alimento. Para empezar, deberíamos tener claro que se recomienda un consumo moderado, puesto que muchos de ellos tienen exceso de grasas y sal, por no hablar de que tomados en exceso pueden ocasionar alteraciones intestinales.

Sin embargo, también se alza como un alimento rico en proteínas, calcio, con vitamina D, vitamina B, y ácido fólico, indispensable durante el embarazo. Los datos de una investigación presentada en la revista Nature Medicine, que analizaba la espermidina, una sustancia presente en el queso curado, demostraron ser una buena ayuda a la hora de combatir las enfermedades cardíacas. Además, el estudio arrojó que esta sustancia es capaz de alargar la vida, así que un poco de queso de vez en cuando, no tiene por qué ser tan malo como se cree.

Por último, no debemos olvidar que un queso de calidad siempre será un estupendo probiótico, así que elige aquellos que tengan una elaboración artesanal. Piensa que no es lo mismo un queso tradicional hecho con leche de oveja en una granja, que los que compramos en lonchas para los sándwiches. Estos últimos se hacen a partir de un proceso industrial, fundiendo varios quesos y eliminando todos los microorganismos que tanto ayudan a nuestra microbiota. Además, dado que suelen ser más insípidos, se les añaden grandes cantidades de sal y otros aditivos.

Los tipos de quesos más saludables

Puestos a elegir, existen algunos quesos que son más recomendables que otros a nivel nutricional. Aunque en esta ecuación también intervienen las condiciones en las que viven los animales a partir de los cuales se obtienen, así como el proceso de elaboración.

Así pues, una vez que elegimos un queso de buena calidad, lo primero que debemos saber es que, cuanto más curado es, más grasa tendrá. Esto se debe a que utiliza mayor cantidad de leche, ya que durante el proceso de curación pierden mucho suero, lo que provoca que se compacten. Otro dato: ¿sabías que algunas razas de vaca producen leche con mayor concentración de grasa?

Pero como ya sabes, las grasas no siempre son malas y si hablamos de quesos entran en juego otras variantes. Por ejemplo, este tipo de quesos duros y envejecidos, como podría ser el parmesano, a pesar de tener un alto porcentaje de grasa, también son más proteicos y su contenido en lactosa es mínimo, puesto que se pierde en el proceso de curación, lo que los convierte en una alternativa perfecta para las personas con intolerancia.

También es interesante saber que los quesos de oveja y de cabra siempre serán los más adecuados. El motivo es que son los que más se parecen a la leche humana, con tan solo un 10% de caseína en comparación al 80% que tiene la vaca, la proteína causante de las intolerancias y problemas digestivos más comunes.

Junto a los anteriores, los quesos más recomendables son los frescos, por su alto contenido en proteínas y bajo en calorías y sal. Entre los más comunes están el queso de Burgos, el queso quark , el mozzarela, el ricotta, el cottage, o el queso feta o el panela.

Una alternativa vegana

Uno de los alimentos que más echan de menos las personas que han decidido iniciar una alimentación vegana, es el queso. Su sabor, la textura y la cremosidad que aporta a algunas recetas, son difíciles de olvidar. La buena noticia es que cada día hay más alternativas para evitar el consumo de productos derivados de los animales, sucedáneos igual de ricos (o más), que sirven para sustituir ese deseo quesero por opciones a base de frutos secos, semillas, hierbas y otros ingredientes.

Queso vegano con avena

Uno de nuestros referentes cuando hablamos de veganismo y de cocina de aprovechamiento es Beatriz Moliz, quien nos regala recetas deliciosas y llenas de creatividad. Tiene varias propuestas para hacer queso, aunque ésta, por lo fácil que es, nos ha encantado. Además, dice que es ideal para untar y para gratinar, ¿qué más podemos pedir?

Mozzarela vegana

Amanda Ortiga es la fundadora de The Green Fuel Studio, un espacio lleno de recursos deliciosos para mimarnos a todos los niveles. Ella añade un interesante guiño a la nutrición femenina, poniendo atención en acompañar cada uno de nuestros ciclos.

Echa un vistazo a esta receta de mozzarela vegana elaborada a partir de yogur de coco y anacardos. Tus ensaladas capresse pasarán a un siguiente nivel.