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Revisiones ginecológicas: cuáles son las principales y a qué edad debes hacértelas

Álvaro Ruiz Zambrana

Álvaro Ruiz Zambrana

Responsable del área de Obstetricia de Clínica Universidad de Navarra.

¿Sabías que las revisiones ginecológicas varían según la edad y las circunstancias personales? Descubre cuáles son las más importantes y qué edad es la adecuada para realizar cada una.

5 de septiembre de 2024 / 08:47

No hay una edad específica para empezar con las revisiones ginecológicas, depende de cada persona y su situación. En general, si no hay problemas como dolores intensos o sangrados menstruales anormales, no es necesario ir al ginecólogo antes de iniciar la vida sexual. Sin embargo, una vez que las mujeres comienzan a mantener relaciones sexuales, es recomendable hacer algunas pruebas básicas importantes.

Una de ellas es la citología cervicovaginal. Este examen toma una muestra de células del cuello uterino para analizarlas y detectar posibles lesiones precancerosas o cancerosas. También se suele realizar la prueba del Virus del Papiloma Humano (VPH), una infección de transmisión sexual que, en algunos casos, puede llevar al desarrollo de cáncer de cérvix.

Además de la citología, las revisiones ginecológicas incluyen otras pruebas clave. Por un lado, la exploración física permite al ginecólogo observar y palpar los órganos reproductivos para asegurarse de que todo esté en orden. Por otro, la ecografía ginecológica utiliza ultrasonido para obtener imágenes de los ovarios y el útero y descubrir posibles anomalías en estos órganos.

Así deberían ser las revisiones ginecológicas según tu edad

  1. Adolescencia. Durante la adolescencia, especialmente entre los 14 y 16 años, es común que los ciclos menstruales sean irregulares. A menos que haya síntomas graves o molestias significativas que interfieran en la calidad de vida, no es necesario acudir al ginecólogo regularmente. Sin embargo, si la mujer comienza a tener relaciones sexuales, es recomendable realizar la primera citología cervicovaginal y una ecografía para asegurarse de que todo está bien.
  2. Juventud (20-30 años). En esta etapa, muchas mujeres ya han iniciado su vida sexual. Es importante realizar citologías regularmente para detectar posibles infecciones por VPH u otras anomalías. Si todo está bien, las revisiones pueden espaciarse entre dos y cinco años. Si una mujer tiene VPH, se recomienda volver a revisión en un año y, si tiene lesiones, los plazos son aún más cortos. En este periodo, cualquier síntoma como molestias, cambios en el ciclo menstrual, o infecciones, puede ser un motivo para acudir al ginecólogo.
  3. Maternidad. El embarazo y el postparto son momentos cruciales para la salud ginecológica. Aunque el seguimiento durante el embarazo es exhaustivo, es fundamental realizar una revisión postparto para asegurarse de que todo ha vuelto a la normalidad. Muchas mujeres prefieren hacer este examen poco después del parto, especialmente antes de reincorporarse al trabajo, para confirmar que todo está bien. Sin embargo, si el parto fue normal, la lactancia no presenta problemas y no hay síntomas de preocupación, la revisión puede posponerse. Si no hay lactancia, el primer ciclo menstrual suele aparecer un mes después del parto. En cambio, si la mujer está lactando, la menstruación reaparece generalmente al terminar la lactancia. En ambos casos, es común que el primer ciclo menstrual esté algo alterado. La citología y la ecografía siguen siendo herramientas esenciales en esta etapa, especialmente si ha pasado tiempo desde la última revisión.
  4. A partir de los 40. A partir de los 40, el riesgo de cáncer de mama comienza a aumentar. Es recomendable empezar a hacer mamografías, además de continuar con las citologías si es necesario. La ecografía mamaria y la mamografía deben realizarse cada uno o dos años para detectar cualquier cambio a tiempo. En esta etapa, también pueden aparecer con más frecuencia trastornos del ciclo, así como lesiones o patologías que se han ido acumulando con los años.
  5. Menopausia (45-55 años). Durante la perimenopausia, las mujeres suelen experimentar más trastornos hormonales y es recomendable hacer un seguimiento cada uno o dos años. Después de la menopausia, las citologías se realizan hasta los 65 años. En torno a los 60 años, se añade la importancia de vigilar la densidad ósea para prevenir la osteoporosis.
  6. Entre los 60 y 70 años. Aunque las citologías ya no son necesarias después de los 65 años, es fundamental seguir realizando mamografías y ecografías mamarias. Algunos estudios indican que para el año 2035 el 60 por ciento de los nuevos casos de cáncer de mama se diagnosticarán en pacientes de más de 70 años. Además, a esta edad es común comenzar a hacer densitometrías óseas para monitorizar la salud de los huesos, y también es recomendable estar alerta a síntomas de incontinencia o prolapso.
  7. A partir de los 80 años. A esta edad, las revisiones se centran en prevenir y tratar problemas comunes en la postmenopausia, como la sequedad vaginal, atrofia y lesiones en la piel, además de la incontinencia. Aunque puede ser más difícil convencer a las mujeres mayores de acudir al ginecólogo, es importante continuar con las revisiones cada dos o tres años para asegurar un envejecimiento saludable.

Álvaro Ruiz Zambrana Especialista en Ginecología y Obstetricia, Endocrinología Ginecológica y Fertilidad, el doctor Ruiz Zambrana es responsable del área de Obstetricia en la Clínica Universidad de Navarra en Pamplona y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra.

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