NO TE PIERDAS Aprende a superar bloqueos de la mano de Álex Rovira y y Francesc Miralles

La vida no es solo un tablero de ajedrez. FOTO: Gambito de Dama

Mentalidad resolutiva

Alex Rovira, Francesc Miralles y el arte de resolver: estrategias para superar bloqueos y tomar mejores decisiones

De la gestión emocional a las preguntas clave: recursos prácticos para destrabar problemas y decidir con más claridad

Por María Corisco

2 DE SEPTIEMBRE DE 2025 / 07:30

Hay etapas en las que todo parece atascarse. Problemas que se encadenan, decisiones que no sabes cómo tomar, emociones que te arrastran sin previo aviso. Aunque solemos buscar respuestas fuera, la clave suele estar en nosotros. Resolver no es improvisar soluciones rápidas, sino ver cómo te posicionas ante lo que ocurre. Porque cuanto mejor te conoces, mejor decides, mejor te adaptas y menos te desgastas. En el fondo, resolver también es reconocerte.

De todo esto hablan Alex Rovira y Francesc Miralles en su libro Homo Solver: El arte de transformar los problemas en oportunidades (Ed. Kitaeru). Su propuesta: pasar del Homo Sapiens, que «sabe», al Homo Solver, una nueva figura simbólica y evolutiva capaz de adaptarse, transformar los desafíos y aprender de las crisis.

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Vivimos en un mundo cada vez más incierto, interconectado y lleno de desafíos complejos. Y no solo en lo económico o lo tecnológico, sino también en lo emocional. Rovira y Miralles sostienen que «el ser humano necesita desarrollar una nueva mentalidad y nuevas habilidades: no basta con conocer las dificultades del mundo y de nuestra propia vida. Lo que marcará la diferencia es cómo las resolvamos».

Resolver, explica Rovira, no es solo buscar un parche rápido sino redefinir el problema. A veces, la solución no llega porque estamos formulando la pregunta equivocada. Esto implica cuestionar nuestras creencias limitantes, explorar nuestras sombras —como diría Jung— y, utilizando la metáfora de Miguel Ángel, quitar el mármol que sobra para descubrir quién somos.

Replantear un problema no es perder tiempo: es abrir opciones. Si lo miras solo desde el miedo, encoge; si lo miras desde la curiosidad, se expande. «Es crítico darse el tiempo y el permiso de replantear el marco de referencia del problema, entender la raíz, y mirarlo no desde la óptica de la asfixia o del miedo, sino desde una posibilidad de exploración distinta», apunta Rovira.

Rovira recuerda que en el ejercicio de resolver problemas no hay una meta. En realidad «como Homo Solver, estamos en una exploración continua». Vivimos en una constante transformación y cada problema resuelto abre la puerta a uno nuevo. «En todo momento estamos desarrollando capacidades para dar respuestas a la vida. La identidad no es algo que descubrimos, sino algo que construimos activamente». Es decir, cada problema resuelto abre paso a otro, y la identidad no es algo que encuentras un día y guardas en un cajón, sino algo que hay que construir pieza a pieza.

Y esta construcción se apoya fundamentalmente en una serie de pilares. En primer lugar, nuestros valores, que, aunque los creamos inmutables, están en evolución. En segundo lugar, en talentos naturales que vamos descubriendo con la práctica. Después, las experiencias que nos marcan y reordenan prioridades y, finalmente, las aspiraciones que cambian con cada etapa vital.

Conocerse es como leer un libro que no tiene fin: cada capítulo revela algo que antes no veíais. Como señala Rovira, «por eso, el autoconocimiento no se agota, pero tampoco se repite». Y de ahí aquello que decía Marcel Proust: «Aunque nada cambie, si tú cambias, todo cambia».

Los autores aterrizan su filosofía en una serie de herramientas concretas para «cultivar una mentalidad resolutiva y constructiva frente a los desafíos. No se trata de acumular conocimientos, sino de desarrollar capacidades que transformen la manera en la que piensas, sientes y actúas ante lo complejo».

  • Autoconocimiento. Todo proceso de resolución comienza por dentro. «Si no sabes cómo reaccionas ante el estrés, qué te activa o qué te bloquea, será difícil manejar situaciones externas con claridad». No es un lujo introspectivo: es tu manual de instrucciones. Saber qué te activa o qué te bloquea amplía tu margen de maniobra. Sin eso, actúas en piloto automático.
  • Gestión emocional.La lógica no siempre manda. El miedo o la frustración pueden nublar más que la falta de información. Nombrar lo que sientes es empezar a resolverlo. No para controlarlo, sino para que no te controle.
OTROS TEMAS WELIFE
  • Escucha activa, empatía y pensamiento sistémico.A veces el conflicto no es por falta de datos, sino por exceso de ruido. Escuchar de verdad (sin interrumpir ni anticipar) abre caminos. Sumado a la empatía y a ver el problema como parte de un todo, no como un hecho aislado, la foto se aclara sola.
  • Preguntas poderosas. Cambiar la pregunta puede cambiarlo todo. ¿Qué me está pidiendo esta situación? ¿Qué estoy evitando ver? ¿Qué parte de esto depende de mí? «Estas preguntas abren una perspectiva más amplia que la clásica dicotomía de problema vs. solución inmediata».
  • Entrenamiento de la resiliencia y la creatividad. No siempre hay que reparar: a veces hay que imaginar algo distinto. La resiliencia evita que te rompas; la creatividad, que te estanques. Por eso, el libro propone ejercicios y enfoques para cultivar una actitud resiliente —aceptar la realidad sin resignarse— y una mente creativa, capaz de generar alternativas nuevas incluso en escenarios inciertos.

Convertirse en un solver no es un proyecto de fin de semana: es una práctica constante. Cada desafío es un ensayo general para el siguiente. Y, aunque no puedas evitar que aparezcan, sí puedes elegir cómo bailarlos.