NO TE PIERDAS Álex Rovira lo tiene claro: hasta los dioses griegos tenían sus días malos

Quién iba a decir que, entre tantos gurús nuevos, iban a ser Zeus y compañía quienes mejor entendieran nuestros dramas cotidianos. Foto: Cottonbro / Pexels

Ni Zeus se libró del 'burnout'

Los dioses también tenían días malos: lo que los mitos del Olimpo pueden enseñarnos sobre la vida moderna, por Álex Rovira

Cuando creíamos haber inventado las crisis existenciales, los griegos ya las habían contado todas. Solo que con dioses, oráculos y algo más de épica

Por María Corisco

14 DE NOVIEMBRE DE 2025 / 07:30

Hace más de dos mil años, los griegos ya habían descrito con precisión casi incómoda nuestras dudas, miedos y anhelos. En Ecos del Olimpo (Ed.Planeta),  Álex Rovira recupera los mitos griegos, no como relatos lejanos, sino como brújulas para orientarnos en medio de la incertidumbre. «Lo sepas o no, tu vida ya es mitológica», escribe. «No necesitas buscar lo extraordinario en tierras lejanas o hazañas imposibles. El mito habita en ti, en la cotidianidad que a menudo desestimas».

El reencuentro de Rovira con los dioses griegos fue a raíz de un viejo libro de mitología que su padre le regaló en la adolescencia. Eran esos días confusos «en los que tienes esa sensación de estar buscando respuestas en cualquier parte», recuerda.

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La fascinación de Álex Rovira por los mitos griegos regresó décadas después en un momento de crisis personal. «Estas antiguas historias se convirtieron en brújulas inesperadamente precisas. Entre héroes en apuros y semidioses desconcertados, reconocí patrones, miedos, obstáculos y, sorprendentemente, posibles salidas que no había considerado».

Entendió cómo los mitos se colaban en la vida real. «Comencé a ver patrones mitológicos en todas partes: en las noticias, en las empresas, en las luchas de las personas que me rodeaban. Era como si los héroes del Olimpo se multiplicaran en la cotidianeidad». De alguna forma, Zeus, Poseidón y el resto del clan también viajaban en autobús y compartían alegrías y miserias de nuestros días.

Ecos del Olimpo nace precisamente de esa confluencia entre crisis personal y sabiduría ancestral. Álex Rovira no plantea los mitos griegos como una lectura simbólica, sino como un enfoque práctico. Las historias que los griegos inventaron para entender sus pasiones, celos o miedos siguen actuando hoy como mapas de navegación emocional.

Nos recuerdan que los dilemas esenciales, como la frustración, el dolor, la pérdida, la necesidad de sentido, no son invenciones modernas. Son dramas humanos.

Por eso, cuando te empeñas en un proyecto laboral que parece no tener fin, quizá estés, sin saberlo, empujando la piedra de Sísifo. Cuando reconstruyes tu vida después de una pérdida, renaces como el Fénix. Si acompañas a alguien desde tu propia herida, encarnas al sabio Quirón. Si ayudas a otro a creer en sí mismo, actúas como Pigmalión. Y, cuando el espejo de las redes sociales empieza a volverse adictivo, ahí está Narciso, recordándonos el peligro del ensimismamiento.

Rovira no idealiza los mitos: los acerca al suelo. «Lo que encontrarás en estas páginas no son teorías abstractas ni estrategias de cinco pasos», advierte. «Son aprendizajes extraídos del barro, la piel quemada y las cenizas de desafíos reales». Los héroes de la mitología no eran invulnerables. Al contrario, se equivocaban, sufrían y, sobre todo, aprendían. Por eso resultan tan reconocibles: porque sus historias nos devuelven una imagen más honesta de nosotros mismos.

En tiempos saturados de fórmulas de autoayuda y discursos motivacionales instantáneos, Ecos del Olimpo ofrece un camino distinto: el de la sabiduría que ha resistido milenios. «Estas historias ya hablaban de todos nuestros desafíos y dolores con una precisión casi incómoda», dice el autor. Lo que hoy llamamos burnout, duelo o crisis de propósito ya fue contado una y otra vez con otros nombres, en otro idioma, pero con la misma emoción de fondo.

Volver a esos relatos le ha permitido descubrir que «los antiguos griegos habían cartografiado meticulosamente todos esos territorios emocionales y existenciales difíciles que tarde o temprano todos tendremos que atravesar». Por eso cada mito puede ofrecer una clave práctica para resolver un problema presente.

Así, los dioses dejan de ser figuras lejanas y se convierten en espejos. Lo heroico no está en escalar el Olimpo, sino en afrontar el día a día con conciencia y coraje. «Los griegos entendieron como pocos que es precisamente en nuestros momentos más oscuros cuando se forja nuestro carácter más auténtico», escribe Rovira.

Al fin y al cabo, «el heroísmo no está en evitar la adversidad, sino en cómo respondemos ante ella». Nuestras crisis no son únicas, pero sí pueden ser transformadoras. Entre los dioses del pasado y los desafíos del presente hay un hilo invisible que nos une.

OTROS TEMAS WELIFE

«Resultó que mi originalidad era considerablemente menor de lo que mi ego suponía», admite Rovira con humor. «Decidí entonces desempolvar un mito cada vez que me enfrentaba a una nueva dificultad».

Y así, sugiere, entender la vida como un mito en curso puede ser una forma de sanarla. Porque, al final, los héroes del Olimpo también tuvieron días malos. Y aun así, siguieron adelante.