El pasado, pasado está: deja de obsesionarte con las antiguas relaciones de tu pareja. FOTO: Fotograma Cartas a Julieta.
Mente
Cómo superar la envidia que sientes por las antiguas relaciones de tu pareja: controla los celos retrospectivos
Tu obsesión con las relaciones pasadas de tu pareja tiene efectos nefastos sobre tu salud emocional y pone en riesgo vuestra relación. Te contamos cómo superar este síndrome de Rebeca.
Por Marcos López
01 DE JUNIO DE 2025 / 08:00
Tu relación romántica no pasa por su mejor momento. No tanto por tu temor a que tu media naranja te pueda ser infiel, sino por la obsesión que tienes por sus antiguas parejas. Por mucho tiempo que haya pasado y por muy acabadas que estén. Padeces el denominado síndrome de Rebeca. O lo que es lo mismo, tienes celos retrospectivos. Te contamos por qué aparecen y cómo superarlos.
Virginia Aguado Carrión, psicóloga clínica del centro ViBood Psicología, explica que «todas las experiencias que vivimos tienen el poder de generar un aprendizaje, y las relaciones de pareja tienen el poder de enseñarnos cosas tan bonitas como qué es el amor. Sin embargo, cuando estas relaciones son inestables o no se dan como esperamos, también pueden enseñarnos lo que es la desconfianza o el miedo. Un ejemplo de este aprendizaje es el síndrome de Rebeca, que consiste en llevarnos miedos aprendidos a partir de experiencias pasadas, en este caso relaciones, a nuevos vínculos».
Los celos retrospectivos están en tu imaginación
El problema no está en el comportamiento de tu pareja, sino en tu mente. Que se llena de pensamientos intrusivos sobre la posibilidad, ya vivida en una relación anterior, de ser víctima de una infidelidad o de acabar nuevamente abandonado. Que incluso te machaca con absurdas comparaciones de índole sexual. Unos pensamientos que, de manera puntual, apunta Virginia Aguado, «pueden ser normales y, en la medida en la que tras una conversación con la pareja se puedan resolver estas dudas, no tienen por qué ser problemáticos».
Pero estos pensamientos no tienen nada de esporádicos. Se han convertido en una auténtica obsesión que te saca de tus casillas. Pues como continúa la experta, «cuando estas dudas aparecen de forma frecuente o con mucha intensidad, pueden generar un fuerte malestar. Y no sólo hacia nuestra relación, sino también hacia nuestra autoestima».
Te estás cargando tu relación de pareja
La razón para estos celos retrospectivos se encuentra en las experiencias negativas vividas en relaciones pasadas. Como refiere Virginia Aguado, «entre otros motivos, la baja autoestima, la sensación de no ser suficiente, el miedo a ser abandonado o reemplazado, la comparación constante o la necesidad de control pueden influir en cómo nos sentimos en nuestra relación y a nivel personal».
Da igual. Con independencia de su causa, tu fijación con el pasado de tu pareja va a acabar teniendo un efecto muy negativo sobre vuestra relación. Más pronto que tarde. Dando lugar, como refiere la psicóloga clínica, «a conversaciones repetitivas que no llevan a soluciones o que no te ayudan a sentirte mejor; a la pérdida de confianza en tu pareja o, incluso, a limitar su libertad; y a una sensación de injusticia y frustración, cuando no a una desconexión del vínculo y un riesgo de ruptura».
Pero aún hay más. Lógicamente, esta obsesión también se cobrará un (caro) peaje sobre tu bienestar emocional. Como apunta Virginia Aguado, «entre las consecuencias más comunes a nivel personal podemos señalar la ansiedad constante, el pensamiento obsesivo sobre el pasado de nuestra pareja o incluso nuestro propio pasado, las comparaciones en las que siempre salimos perdiendo, la sensación de no estar a la altura o de no ser capaces, y los sentimientos de culpa o vergüenza, así como la irritabilidad, la confusión y el mal humor».
Cómo ponerle remedio a los celos retrospectivos
Recuerda: el pasado, pasado está. Así que tienes que parar. Para lo que es necesario que entiendas la emoción que estás sintiendo —o lo que es lo mismo, los celos— y comprendas su origen; y reconozcas tanto los pensamientos frecuentes como los comportamientos que se desprenden de esta emoción.
En palabras de la experta, «tomar consciencia de lo que está pasando sin juzgarnos es el punto de partida, pero no es suficiente. Tenemos que trabajar sobre ello. Y si bien las áreas a abordar dependerán de cómo se muestren estos celos y sus consecuencias, este trabajo personal puede enfocarse desde la revisión de nuestras propias creencias, analizando estos miedos y en qué medida son realistas, y trabajando en nuestro autoestima y en las heridas del pasado que no recibieron la atención que merecían».
Sin embargo, no todo es trabajo personal. Hay un segundo elemento en la ecuación: tu pareja. Como indica Virginia Aguado, «sentir la confianza de poder compartir cómo nos sentimos, poder expresar nuestras dudas o expectativas sabiendo que vamos a recibir una respuesta de apoyo, o poder comunicarnos con nuestra pareja de una forma sana evitando la acusación también será importante para lograr una mejora. No en vano, si nuestra pareja no se presenta como alguien dispuesto a apoyarnos, como un lugar seguro, ¿cómo vamos a poder abordar esta inseguridad y este miedo?».
Háblalo con tu psicólogo
En definitiva, la clave para superar este síndrome de Rebeca está en identificar la emoción y el pensamiento asociado sin juzgarse, trabajar sobre las creencias, mejorar la autoestima y abordar la comunicación en pareja de una forma sana. Lo que no resulta fácil, siendo necesario buscar ayuda profesional. Como concluye la experta, «el psicólogo puede ser un apoyo importante que nos ofrezca un punto de vista más objetivo, así como pautas y herramientas para poder trabajar no sólo en estos celos retrospectivos, sino también en nosotros mismos».