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el error de hacer el sexo un hábito

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Relaciones

Por qué convertir el sexo en un hábito es el mayor error que podrías cometer

El deseo sexual no es un hábito y tratar de convertirlo en uno puede ser contraproducente. La sexóloga Ana Lombardia explica cómo mejorar tu relación sexual.

Por Paka Díaz

20 de enero de 2023 / 13:06

A la sexóloga Ana Lombardía, cada enero, se le llena la consulta de personas dispuestas a tener más sexo. No le ocurre sólo a ella, ya que se trata de uno de los propósitos de Año Nuevo de buena parte de la población. Sin embargo, es uno de sus post en Instagram hablando de ello, el que llama la atención de la periodista, mientras procrastina un rato. En su IG, la psicóloga alerta: el deseo sexual no es un hábito, como serían hacer ejercicio o comer más sano.

De hecho, convertirlo en un objetivo, del mismo modo que decides ir más al gimnasio o aprender un idioma, puede resultar contraproducente. Inmediatamente, le solicitamos una entrevista para que nos explique cómo
mejorar tu relación sexual sin convertirlo en una rutina.

“Cuando intentamos mantener relaciones sexuales x veces por semana, no suele resultar muy bien”, comienza por señalar Ana Lombardía, terapeuta y y embajadora de los juguetes sexuales We-Vibe , que advierte que, así, “lo único que conseguimos es obligarnos a algo que debería ser únicamente placentero”. Si con todo, hay quien se empecina en ello, la sexóloga advierte: “es probable que tengamos relaciones sexuales de poca calidad y muy poco satisfactorias… lo que a la larga será contraproducente, pues asociaremos la sexualidad a algo aburrido, que nos produce presión y nos genera rechazo”.

Inhibidores y estimuladores del deseo sexual

Para mejorar tu relación sexual este año, Lombardía recomienda “empezar por tratar de analizar si hay algo que está fallando o que te gustaría hacer de otra manera. Una vez detectado eso, puedes ponerte a buscar soluciones para crecer. Consultar con una psicóloga especializada en sexualidad puede resultarnos de mucha ayuda y darnos herramientas concretas para nuestro problema”.

Aunque puntualiza que “el deseo sexual de cada persona funciona de una manera muy distinta”, Lombardía señala que los factores que pueden dificultar que aparezca el deseo sexual suelen ser “estar cansados, tener preocupaciones, discusiones de pareja, poco tiempo libre para el ocio y el disfrute…”.

Por el contrario, destaca que “todo aquello que nos mantenga relajados, con un buen estado de ánimo, libres de preocupaciones y en sintonía con nuestra pareja puede estimular el deseo sexual”.

Generar espacio y tiempo de intimidad

Una vez relajados en lo posible, la terapeuta matiza que, para quien prefiera trabajar por objetivos, sí que hay uno que puedes diseñar con tu pareja: “Podemos intentar convertir en un hábito el reservar una tarde o una noche a la semana, por ejemplo, para disfrutar de nuestra sexualidad, en general, con nuestra pareja. Es decir, reservar un rato de intimidad para conectar. En ese espacio de tiempo es posible que surja el mantener relaciones sexuales genitales, pero si no, ya ese encuentro en sí mismo será una relación sexual”.

Respetar el deseo de ambas personas

Eso sí, además hay que afrontar que el deseo no funciona igual en todas las personas, tampoco el tuyo y el de tu pareja. “Lo primero es entender que siempre hay uno de los dos que tiene más ganas que el otro, pues somos personas distintas y es casi imposible tener los dos las mismas”, explica la psicóloga.

Además subraya: “a partir de ahí es muy importante que hagamos consciente el hecho de que si mi pareja tiene menos ganas que yo, no significa que me quiera menos o que me encuentre menos atractivo/a. Del mismo modo, el que tiene más ganas no implica que ame con más fuerza o que te desee más. Tener esto claro nos coloca en mejor disposición para afrontar la situación, con menos dolor y menos culpa”.

No desear no es un problema

También aclara que es fundamental “recordar que no es mejor tener más deseo sexual que menos”, ya que “cuando uno de los dos miembros de la pareja tiene menos ganas, se le suele señalar como ‘el que tiene el problema’ o el que tiene que cambiar, pero no debería ser así. Si la diferencia de ganas genera un conflicto en la relación hay que abordar eso, pero no forzar a que uno tenga más ganas”.

Otra opción que puede ocurrir es que a ti el sexo no te interesa, te encuentras sin ganas… ¿Cómo recuperar el interés entonces? “Lo primero es ver si realmente yo quiero aumentar ese deseo sexual o lo hago únicamente por mi pareja. También hay que ver si mi desinterés en la sexualidad es algo transitorio y fruto de un período de estrés, por ejemplo, o algo que se ha convertido en permanente”, explica Lombardía. “ Una vez tengas eso claro, habría que analizar qué es lo que está haciendo que se pierda el deseo sexual, para poder ponerse a trabajar en ello”.

Eso sí, como ella misma suele repetir, sin culpas, ni miedos y respetando la diversidad de la pareja al experimentar su deseo. Y sin olvidar que, sean de corta o larga duración, “muchas parejas consiguen tener una vida sexual muy satisfactoria y placentera a base de comunicación y seducción”.

Tres recomendaciones para mejorar tu relación sexual

Decide qué quieres. “Lo más importante es reajustar el objetivo y tener en cuenta que aumentar el número de encuentros sexuales no debe ser el lugar donde pongamos el foco”, explica Ana Lombardía.

Piensa en qué cambiar. “Si quiero mejorar mi vida sexual debo ser consciente de qué es lo que quiero cambiar, para buscar las herramientas que me lleven a lograr mi objetivo”, sugiere. Pacta con tu pareja. “Si tienes pareja, hay que asegurarse de que ella también tenga los mismos objetivos. Si no es así, es muy legítimo plantearse terminar la relación”, advierte la sexóloga.

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