¿Te angustias si estás lejos del móvil? ¿Te enganchas más de dos horas a un videojuego? ¿Consultas tus redes sociales de forma obsesiva? Puede que sufras una tecnoadicción. Pero calma, tiene solución.
14 de noviembre de 2024 / 11:24
Las adicciones psicológicas, como el uso patológico del teléfono móvil, el consumo desmesurado de videojuegos o el enganche sistemático a redes sociales como Instagram o TikTok, no son tan fáciles de detectar como otros hábitos perniciosos, como el consumo de alcohol o las drogas. Pero sus efectos pueden ser igual de dañinos.
Un informe presentado a mediados de septiembre por la Fundación Adsis, titulado Estudio sobre el uso de las tecnologías de comunicación y el ocio en población adolescente en Canarias, señalaba que el 17 por ciento de los chicos y chicas de entre 9 y 20 años reconoce estar enganchado y tiende a viciarse con redes o plataformas.
Los datos de Adsis se refieren al archipiélago, pero otras encuestas a nivel nacional los ratifican. E incluso hay encuestas como ESTUDES y EDADES 2023 que aumentan el porcentaje de jóvenes de entre 14 y 18 años que tienen un problema de adicción a Internet hasta el 20,5 por ciento. Y el problema del consumo excesivo de videojuegos es aún mayor, llegando al 83,1 por ciento de los jóvenes. Aproximadamente la mitad lo ha hecho al menos una vez a la semana, aunque lo más habitual es jugar menos de dos horas al día, lo que sucede en el 48,6 por ciento de los casos.
Y el problema no es solo el consumo masivo de esos contenidos; también entran en juego otras derivadas, como la ludopatía. Según EDADES 2023, un 21,5 por ciento de los estudiantes de 14 a 18 años reconocía haber jugado con dinero (de forma presencial, online o ambas) en el último año. Y la prevalencia de juego con dinero online, según ESTUDIES, alcanzó en 2023 el máximo histórico, dando como resultado que el 28,8 por ciento de los estudiantes ha gastado más de 30 euros en un solo día en juego en línea.
¿Qué caracteriza al tecnoadicto?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) han establecido algunos indicadores que determinan si el paciente sufre una tecnoadicción:
- Deseo intenso o necesidad de utilizar los aparatos tecnológicos o conectarse a internet.
- Disminución de la capacidad de controlar el tiempo dedicado a las TIC, lo que lleva a hacer un uso excesivo y poco saludable de ellas.
- Ansiedad, estrés e inquietud al no poder acceder a las TIC o conectarse a Internet.
- Necesidad de obtener lo más novedoso y actual del mercado de las TIC.
- Desplazamiento de actividades que no implican un aparato tecnológico.
- Aislamiento social, problemas en el trabajo, en la familia, con los amigos…
- Aparición de trastornos del sueño y de la alimentación, sumados a una incipiente depresión y a problemas de autoestima.
- Disminución de actividades o hábitos saludables: actividad física, alimentación, socialización, descanso…
- Mentir sobre el tiempo que se le dedica a las TIC e internet.
- Negar la existencia del problema hacia el uso excesivo de estos dispositivos.
Cuatro hábitos saludables para evitar la adicción tenológica
Las TIC son herramientas utilísimas para el avance en muchos campos, incluidos los estudios. Sin embargo, un mal uso de ellas puede llegar a afectar gravemente a la salud.
El gran problema es que la población, especialmente los jóvenes, que son los más vulnerables, apenas reciben educación sobre el uso de las nuevas tecnologías y desconocen las técnicas más adecuadas para convivir con ellas de una manera saludable y responsable.
Por eso resultan especialmente importantes la familia, a las amistades o los tutores legales para enseñar a los jóvenes a tener una buena relación con los dispositivos electrónicos e internet. Algunas recomendaciones básica podrían ser:
- Fijar un tiempo aproximado para el uso de los dispositivos, limitando su uso por la noche para prevenir trastornos del sueño. En la actualidad existen aplicaciones con la opción de avisar si se ha superado un límite de tiempo previamente establecido.
Activar estas notificaciones puede ayudarnos a ser conscientes del tiempo que le dedicamos a las nuevas tecnologías y limitarlo. - Fomentar la relación con otras personas ‘cara a cara’: Es importante que la población (sobre todo los más jóvenes) socialicen sin la presencia de las TIC, ya que de esta manera podrán desarrollar habilidades sociales, lo cual tendrá gran impacto en el desarrollo de la personalidad y en otros aspectos de la vida.
- Potenciar y estimular otras actividades: lectura, instrumentos, cine, cultura, arte, deporte, naturaleza, actividades en equipo…
- Observar los cambios en la vida: Cuando aparece una tecnoadicción, las actividades cotidianas que se solían realizar se ven desplazadas por el uso de las nuevas tecnologías. Así, si observamos que alguien de nuestro entorno deja de quedar con sus amistades, de realizar deporte o de hacer otras actividades cotidianas, aconsejamos observar si el tiempo que le dedica a las nuevas tecnologías ha incrementado.
¿Cómo se trata una tecnoadicción?
El tratamiento debe adaptarse a las necesidades de cada persona. Para saber en qué punto está el paciente, lo ideal es tener una primera entrevista personal para verificar si los indicadores son de adicción o de una conducta de riesgo.
A continuación hay que situar en qué estado está la persona y si su voluntad es cambiar, porque si él o ella no quiera recibir ayuda, no habrá nada que hacer.
El tratamiento se aborda desde un enfoque cognitivo conductual y sistémico, con el fin de gestionar la impulsividad, los hábitos tóxicos o no saludables, las emociones, la socialización y el desarrollo personal.
De cualquier manera, es importante saber que en este tipo de adicciones no se podrá alcanzar la ‘abstinencia total’ como ocurre en las adicciones a sustancias. Esto se debe, como ya hemos mencionado, a que las nuevas tecnologías están muy arraigadas en nuestra sociedad y es difícil no tener contacto con ellas. De esta manera, la terapia se enfocará en alcanzar el control de la conducta hacia las TIC o internet mediante el aprendizaje de control de estímulos y exposición progresiva a situaciones de riesgo.
Fernando Rodríguez del Amo Psicólogo clínico y sexólogo, Rodríguez del Amo es especialista en relaciones de pareja, detección de los patrones destructivos que conducen a su deterioro y coach experto en pautas, ejercicios y negociaciones para romper las barreras que bloquean la relación.
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