
María de Villota en el Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco en 2012. FOTO: Getty.
SHOPPING
La pulsera solidaria de María de Villota para financiar terapias infantiles
Una pulsera solidaria, un libro y la historia de una mujer, la piloto de fórmula 1 María de Villota, que convirtió su gravísimo accidente en propósito.
Por Equipo Welife
03 DE JUNIO DE 2025 / 10:14
Hay días en los que una pulsera te salva. No por lo que cuesta —110 euros, por si te lo preguntas—, sino por lo que contiene. Una estrella pequeña. Un hilo rojo. Y una promesa solidaria.
Pero empecemos por otro lugar. En 2012, María de Villota volvió a nacer. También casi se muere. Si no conoces la historia, aquí va: primera española piloto de Fórmula 1, accidente brutal, milagro médico, media cara ausente, media vida por redefinir. Lo que vino después ya no tuvo tanta prensa. Y, sin embargo, fue lo importante.


Porque cuando pierdes una parte de ti, a veces aparece otra que te empuja a ayudar a los demás. María dejó los circuitos y se fue a otras pistas. Donde no se competía, se cuidaba. Donde no había podios, sino camas articuladas. Donde no había trofeos brillantes, pero sí niños que recuperaban el movimiento o la risa. Lo llamó Primera Estrella, un programa para ayudar a niños con enfermedades neuromusculares, gestionado por la Fundación Ana Carolina Díez Mahou.
Una edición limitada de 235 pulseras
Ahora, más de diez años después, esa estrella vuelve en forma de pulsera solidaria. El Legado María de Villota y Durán Joyeros lanzan una edición especial limitada y numerada: 235 piezas que vienen acompañadas por su libro, La vida es un regalo. No es promoción. Es una invitación a financiar terapias. Fisioterapia, musicoterapia, perros que ayudan a caminar, agua que libera músculos.
En la presentación hubo discursos. La hermana de María, Isabel. El editor del libro, Jordi Nadal. El joyero, Alberto Durán. Amigos, periodistas, atletas, ausencias que se notaron. Testimonios donde se repitió una frase como un mantra que no cansa: «La vida es un regalo».
Lo es. Pero a veces es un regalo algo defectuoso. O que se rompe demasiado pronto. Y hace falta alguien que lo mire con otros ojos y ayude a repararlo. Eso hizo María. Eso sigue haciendo ahora, desde donde esté, a través de quien quiera llevar esa estrella en la muñeca. No cambia el mundo. Pero cambia algo. Y, a veces, con eso basta.
La satisfacción de ayudar a alguien que ni conoces
Una pulsera no es sólo una joya si señala lo importante. Si ayuda a alguien que ni conoces. Si te recuerda algo que ibas a olvidar, como quien deja una nota doblada en un bolsillo que dice: “Aquí estoy. No me he ido del todo.” Y no, no se ha ido. Porque hay niños que la nombran sin haberla conocido. Porque habrá 235 nuevas muñecas —de momento— que podrán llevar esta nueva estrella solidaria. No por moda. Por convicción y por ese instinto algo loco de seguir creyendo que a veces la belleza sirve para algo más que decorar.
- TEMAS
- MODA SOSTENIBLE
- SHOPPING
WeLife hoy
Aceitunas y microbiotaEstudiar mejorAdolescentes y ansiedadSentirte soloRutina cavernícolaSiguenos :)