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Nutrición
Ante una situación de desabastecimiento lo ideal tener una buena despensa preparada. Que no cunda el pánico porque podemos configurar una despensa funcional aunque comiencen a escasear algunos productos.
Por Tamara Izquierdo
25 de marzo de 2022 / 11:31
Situaciones como la guerra en Ucrania y la huelga de transportistas provocan algunos daños colaterales, y uno de ellos está siendo el desabastecimiento de algunos productos en las tiendas y supermercados. Aunque la realidad es que hay ya escasez de ciertos productos como la leche, el aceite de girasol o el pescado fresco, una buena despensa alternativa va a darnos mucha tranquilidad.
¿Cómo vamos a llenar nuestra despensa si ya hay problemas para encontrar ciertos productos? Pues sustituyendo por otros igual de saludables. Toma nota de estos tips para conseguir un aprovisionamiento de víveres óptimo muy fácilmente.
Algunos alimentos frescos, como el pescado, están empezando a ser difíciles de conseguir y su precio se está encareciendo por la poca cantidad de ellos que llegan a las tiendas y la gran demanda que hay. ¿Podemos sustituir los alimentos frescos? Sin duda, y no vamos a perder por el camino ninguno de los nutrientes que nos aportan.
Una buenísima alternativa a las frutas y verduras frescas son sus versiones deshidratadas. Vas a poder encontrar paquetes de fruta deshidratada en el supermercado y en tiendas fácilmente. Manzana, mango, piña, fresas, plátano… son muchas las frutas deshidratadas que hay en el mercado y nos van a aportar vitaminas y minerales como las frescas. Así que, si comienzan a faltar frutas en las tiendas, no dudes en hacerte con sus versiones deshidratadas. Además no necesitan frío y tienen mucha fecha de caducidad.
Con las verduras pasaría lo mismo, en el caso de que comiencen a escasear deberías tener en casa una buena cantidad de verduras y hortalizas deshidratadas que te van a ser de gran ayuda. Los paquetes clásicos de verduras deshidratadas para sopa y guisos que venden en los supermercados te sacarán de más de un apuro. También puedes aprovisionarte de algas deshidratadas que son muy nutritivas y saludables, tomates secos, chips de boniato, pimiento, setas deshidratadas, la cebolla frita… hay muchísimas opciones para llenar tu despensa y vas a tener siempre verduras listas para cocinar.
Muchas veces nos salvan comidas y cenas, o de ir muchas veces a la compra. Ahora es el momento de llenar el congelador con alimentos saludables que nos hagan componer un menú semanal equilibrado.
El pescado congelado aún mantiene buenos precios así que no dudes en hacerte con variedades tanto de pescado blanco como de pescado azul para que no falte en tu dieta tu ración de Omega 3. Productos como gambas y calamares congelados también te ayudarán a darles más sabor a tus arroces o guisos.
La fruta congelada te va a venir fenomenal para elaborar postres o smoothies. Además de añadir vitaminas a tu batido le aportaran una buena textura. Las verduras congeladas también son una buenísima solución para incluir en tus platos. Y tener algo de carne o productos veganos te va a solucionar muchos menús sin quebraderos de cabeza tan solo sacándolos del congelador la noche antes y dejando que se descongelen en la nevera.
También puedes practicar el batch cooking y cocinar el domingo para toda la semana congelando parte de tus elaboraciones. Ganarás tiempo y estarás comiendo sanísimo.
Benditas conservas que, por su duración y por no necesitar frío, se convierten en un recurso fácil y resultón cuando no tienes alimentos frescos o tienes poco tiempo para cocinar.
Tener una buena remesa de productos envasados es una buena idea para prevenir unos días de desabastecimiento. Puedes hacerte con latas de conservas de productos del mar como atún, ventresca, mejillones, salmón salvaje, navajuelas, berberechos… y puedes usarlas para elaborar tus platos o para un picoteo saludable.
También hazte con verduras y legumbres envasadas que te facilitaran el cocinado, no requieren frío y duran bastante sin estropearse. Judias verdes, setas, chucrut, alcachofas, garbanzos, lentejas, cardo, espinacas, guisantes… tienes una gran variedad de conservas con las que recrear muchas recetas sin necesidad de tener alimentos frescos en casa.
Tener paquetes de arroz, pasta y legumbres es básico para componer una despensa funcional. Opta también por productos secos como quinoa, cuscus o trigo sarraceno, para incluirlos en ensaladas, guisos o guarniciones.
Las semillas de sésamo, lino o calabaza te van a dar mucha energía y nutrientes, ocupan poco y duran muchísimo. Puedes incluirlas en tus batidos, salsas, bizcochos, guisos…
La harina, en cualquier de sus versiones, es un alimento básico que te va a dar mucho juego. Utilízala para hacer creps, base de pizza, pan, tortitas o rebozados.
Cereales y pseudo cereales como la avena en copos, los copos de maíz, barritas de cereales o el muesli y los frutos secos, son productos que van a durarte mucho tiempo en la despensa sin estropearse por lo que sería una buena opción tener en casa una cantidad suficiente.
Hay más productos que puedes incluir en tu despensa básica como los embutidos envasados al vacío o los quesos que pueden durar bastantes días. No te olvides de briks de leche, zumos o caldos. Si la leche de vaca escasea tienes alternativas vegetales a la leche fantásticas que además son muy saludables y nutritivas. También tienes la opción de elegir leche en polvo.
El aceite de oliva (o en su defecto otro tipo de aceite vegetal) es un producto básico que puede servirte para freír o aliñar en crudo. Las mermeladas y salsas preparadas también pueden sacarte de un apuro. De los productos frescos, si hay existencias, elige los que tarden más en deteriorarse como las patatas o los boniatos.
Si los huevos comienzan a ser difíciles de encontrar tenemos la alternativa de las claras envasadas, el huevo en polvo (vegano y no vegano) o sustitutos del huevo como la harina de garbanzo para añadir en elaboraciones que requieran huevo.
Por último, las galletas, chocolates, especias, pan de molde, pan tostado, cacao en polvo, infusiones y el café, terminan por configurar una despensa de batalla que tiene todo lo que podrías necesitar en días de desabastecimiento manteniendo una alimentación sana y equilibrada.
Te recomendamos elaborar un menú semanal. Esto te dará una mejor visión de los ingredientes que necesitarás en tus platos y te permitirá economizar. Organización y una buena despensa (quizás alternativa a la habitual) son la clave. ¡Que no cunda el pánico!
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