Cuando se acerca el otoño pasamos de perder entre 50 y 100 cabellos diarios hasta 300 o 400, como parte de un ciclo natural de renovación capilar. FOTO: Pexels.
Más vale prevenir...
El misterio de los 300 cabellos al día
Sin cambiar de champú ni de rutina, de pronto el cepillo parece llevar su propia estadística. Y marca 300 cada día. Cuándo es normal y cuándo no
24 DE SEPTIEMBRE DE 2025 / 07:30
No es un mito. Ni una creencia popular. La ciencia avala que el pelo se cae mucho más en unas épocas del año que en otras. Por ejemplo, cuando se acerca el otoño. Es lo que se conoce como caída estacional del cabello. «Es totalmente cierto. En esta temporada se observa un repunte real en la caída del cabello que, en realidad, es máximo a finales del mes de agosto», corrobora la doctora Claudia Bernández, dermatóloga experta en tricología.
Los números ayudan bastante a hacerse a la idea. Si se suele decir que lo normal es perder unos 100 cabellos al día, en esta época la cifra puede llegar a los 300 o, incluso, 4oo pelos desprendidos a diario. Es normal que se disparen las alarmas.
Cuando el calendario te despeina
Sin embargo, hay que entender que no es, ni mucho menos, una pérdida definitiva. «La caída estacional se debe al ritmo biológico del folículo piloso. Además influyen otros factores externos, como la luz solar, la contaminación o el ciclo hormonal», explica la doctora Bernández, que es fundadora de la Clínica AB Derma y asesora de Cantabria Labs.
En otras palabras, se trata más bien una renovación de la cabellera que, en principio, no debería alarmarnos. Algo muy similar a la muda estacional de pelaje de algunos mamíferos.
Pelos por todas partes… y cero alarma
Una de las características más típicas de la caída capilar estacional es su intensidad. Se concentra en unas semanas y es llamativa en momentos como al lavarse la cabeza o al cepillarse. Nos topamos con pelos en la ropa, en el suelo de casa, en la ducha, el cepillo y, puede, que hasta en la almohada. Algo más escandaloso aún si quien lo padece tiene una melena larga. Sin embargo, no hay que preocuparse en exceso. «Por lo general, aunque es visible, no suele implicar pérdida de densidad ni daño permanente al folículo. Es parte del ciclo natural del pelo y no suele requerir tratamiento médico», tranquiliza la dermatóloga.
Aunque la experta aconseja estimular el crecimiento. «De esta forma aseguraramos que no se vaya generando una disminución progresiva de densidad», añade. Es en este punto cuando entran en juego las ayudas extra, como los complementos alimenticios y algunas fórmulas de uso tópico (champús, ampollas, sérums…). Sin embargo, y por mucho que sean de venta libre en farmacias y parafarmacias, no siempre van a funcionar. ¿Por qué? La respuesta es sencilla: porque no siempre estamos ante un caso de caída estacional.
Cómo saber si es solo caída estacional
La dermatóloga define este tipo de pérdida de cabello con tres adjetivos: «Es leve, breve y autolimitada». Su intensidad y el hecho de ser llamativa al peinarse o lavarse el pelo hace que se pueda confundir con el efluvio telógeno, que sí es una caída por otras causas y requiere atención inmediata. Otra cosa es que, en algunos casos, ambas circunstancias vayan muy unidas. La diferencia es que el efluvio es una patología que puede durar varios meses y puede deberse a causas muy diferentes.
«El estrés, un déficit nutricional, el postparto, una enfermedad, la suspensión de un fármaco… Los desencadenantes son muy variados y muchas veces la caída se produce hasta cuatro meses después del momento crítico», apunta la doctora. Esta patología se traduce en una pérdida llamativa de densidad capilar – que no calvas -, especialmente en zonas como los laterales del cuero cabelludo.
Cuando son las hormonas, no el otoño
También es importante distinguir la caída estacional de la alopecia androgénica. Ésta se presenta en, aproximadamente, un 50% de las mujeres en perimenopausia y menopausia. «Se caracteriza por un afinamiento progresivo, es decir, una miniaturización del pelo y la pérdida de densidad en zonas muy concretas».
Esto que se traduce en la raya central más ancha, entradas, áreas muy clareadas… En estos casos, el origen es una combinación de factores hormonales y genéticos.
En cuanto al tratamiento, este tipo de alopecia puede requerir tratamientos de prescripción médica (minoxidil en pastillas y otros fármacos antiandrógenos). También se trata con técnicas avanzadas, como la mesoterapia capilar o inyecciones de plasma rico en plaquetas y suplementos como coadyuvantes.
Dar en la diana sin perder la melena con la caída estacional
Si bien son las más comunes, existen otros tipos de alopecias (por tracción, la areata de origen autoinmune…). Por todo ello, resulta importante reconocer sus características para, si es necesario, consultar con un profesional. De este modo es mucho más sencillo encontrar una solución que dé en la diana.
Teniendo en cuenta las preocupaciones más frecuentes, Iraltone, la marca de salud capilar de Cantabria Labs, ha desarrollado dos nuevas fórmulas bebibles en función de la necesidad.
Precisamente, para la caída estacional, Iraltone Hair Efflu Booster actúa sobre diversos factores estimulando el crecimiento. Además, ofrece una protección antioxidante y mejora la estructura del cabello para que luzca más fuerte y con aspecto saludable. Por su parte, Iraltone Hair Resilience Booster previene el envejecimiento capilar, gracias a su exclusiva tecnología exclusiva y patentada Metforhair. Así logra actuar sobre nueve signos clave: hidratación, suavidad, densidad, grosor, elasticidad, estructura, fortaleza, estimulación del crecimiento y reducción de la caída. Solo queda elegir la fórmula más adecuada a cada caso.