El deporte es el nuevo símbolo de estatus

La imagen del deportista que entrena solo, con cara de agonía y sudoroso pertenece ya al pasado. Ahora hacer deporte mola. Y se hace en compañía, vestidos a la última y con sonrisa de oreja a oreja. Inmersos en la epidemia de la soledad, el deporte se ha convertido en el mejor aliado para conocer gente. Lo que antaño era eminentemente individualista (entre dominadas, sentadillas y abdominales monitorizados, no había cabida para interacciones sociales que se interpusieran en los resultados), ahora se ha convertido en la excusa perfecta para socializar.

Agus Panzoni, directora de tendencias de Death to Stock, dice que hasta hace poco, entrenar era un acto tan individualista, que bordeaba el solipsismo y que el autocuidado se acercó mucho a la auto tortura, porque priorizábamos machacarnos a disfrutar. Ahora es agua pasada. 

TE PUEDE INTERESAR

«La calma no es parar, es hacer desde la presencia»: Miguel Navarro, el mentor que dejó atrás el ‘haz más’ para construir una vida sin prisas ni culpa

5 claves para entrenar durante la menopausia, según Paula Butragueño, la creadora de InspiraFit

Entrenar para (des)conectar

A medida que comenzamos a fijarnos en nuestra salud mental las cosas cambian. «En el contexto de una economía desastrosa y ante una pandemia de soledad, el fitness se está reimaginando desde un prisma colectivo. Lo llamamos la era del deporte social. El ejercicio se convierte en una fórmula para construir comunidades», explica.

Para Panzoni «socializar es ahora más importante que rendir. Por eso, los clubs de running alrededor del mundo han despegado hasta tener incluso algunos de ellos podcasts. Los gimnasios se están convirtiendo en el nuevo Soho House, y la participación en deportes de grupo, como el fútbol, está alcanzando niveles insospechados», asegura.

El gimnasio es el nuevo afterwork

Desde Solid Studio comentan que las rutinas están cambiando al hacer que lo que antes era el clásico plan de afterwork, con encuentros en terrazas o largas sobremesas, ahora da paso a experiencias donde el bienestar es el protagonista. «Solid Studio ha sabido captar esta tendencia y convertir su espacio en algo más que un centro de pilates: un lugar donde el ejercicio se convierte en un punto de encuentro y las clientas encuentran una comunidad. Porque entrenar juntas es la nueva forma de socializar», aseguran.

El centro organiza regularmente experiencias especiales con marcas que comparten su filosofía de bienestar: clases gratuitas patrocinadas por Oysho, sesiones en colaboración con firmas como Lancôme, Posdata Foods, Rowse o Rulls, y otros eventos que van más allá del ejercicio físico para conectar con un estilo de vida más consciente. Las marcas captan el mensaje y no dudan en asociarse a ese estilo de vida saludable. Porque hacer deporte en un gimnasio de moda ahora es ser un molón. 

El Tinder en mallas

Por si fuera poco, ahora las actividades deportivas son perfectas para ligar. Así lo indica un estudio puesto en marcha entre la dating app Bumble e ISPSO, que revela que los bares ya no son nuestro lugar favorito para ligar. El (51%) de las generaciones más jóvenes prefieren actividades deportivas o culturales a las tradicionales citas para tomar algo, indica el análisis. Por eso, la app lanzó a comienzos de año los Bumble Running Clubs. «Hemos notado una tendencia creciente entre nuestros miembros a quienes les encanta correr y lo muestran con orgullo en sus perfiles. Así que nos pareció natural apoyarlos y acompañarlos. El objetivo no es cruzar la línea de meta, sino disfrutar de forma conjunta la experiencia», explica Alba Duran, directora de Marketing de Bumble en el Sur de Europa.

Sudar, sí, pero con estilo

La moda también ha tomado nota de esta tendencia. Por eso se habla ya del elevated athleisure. El fútbol es, según Tatum Brandt, estratega de marca de deportes y bienestar, el deporte que mejor partido está sacando. «El fútbol deluxe es la nueva frontera de la moda al mezclar la energía deportiva con los códigos de diseño más elevados», asegura. No es casual que en el último año desde Zara a Nude Project hayan lanzado camisetas y bufandas inspiradas en los hinchas del fútbol. 

Las zapatillas de alta tecnología, conocidas como ‘super zapatillas’, se escapan del armario de los atletas de élite para instalarse en el de los runners que pueden permitirse deportivas a precios astronómicos. Ahí están las Adidas Adizero Adios Pro Evo, que rondan los 500 euros. O las On que calzan los pies de los runners más exquisitos y amenaza con comer terreno a Nike, Adidas o Asics. En definitiva, el deporte ahora sirve para conocer gente, para ligar y para presumir no solo de un creciente bienestar, sino de un presupuesto generoso.

Ponerse en forma cuesta… muchos euros

Para finalizar, nada como atender a las palabras del fitness coach Dan Go. «Estar en forma después de los 40 es un símbolo de estatus mayor que tener un coche caro», sentencia. «Estar en buena forma a los 20 no impresiona. Tienes tiempo, energía y las hormonas a tu favor. ¿Estar en forma a los 40 o más? Es un símbolo de estatus enorme. Significa que puedes compaginar la familia, el trabajo y otras responsabilidades, priorizando tu salud… Un lujo silencioso es tener 40 o más y no necesitar medicamentos recetados…», dice. Y eso suele significar tener tiempo y dinero.