Por si el placer fuera poco, una buena sesión de sexo podría ayudar a cicatrizar más rápido las heridas

Una tarde cualquiera, entregada al scroll infinito en Instagram, el algoritmo me asaltó con un artículo científico. El autor, un periodista de tecnología llamado Chris Stokel-Walker, colaborador habitual de New Scientist, la (autodenominada) más popular publicación semanal del mundo sobre ciencia y tecnología. El titular, más que elocuente: «El sexo podría ayudar a que las heridas sanen más rápido al reducir el estrés».

Tras leerlo hasta el final, llamé a mi sexóloga de confianza. Con ella compartí la tesis que sostiene el artículo: el papel de la hormona oxitocina que se segrega durante los encuentros íntimos en una mayor rapidez en la curación de heridas.

El amor también cura

Pero vayamos por partes. Lo primero es arrancar, como sucede en nuestra vida apresurada, en el cortisol. La llamada hormona del estrés inhibe la función inmunitaria y enlentece los procesos reparadores. Tiene lógica: su función es permitirnos huir de un depredador en tiempos de las cavernas, no curarnos la rozadura de un zapato. Unos niveles altos de cortisol fruto del estrés crónico reducen nuestra capacidad de reacción ante infecciones y hacen que cualquier herida o lesión tarde más en curar.

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Para ver qué papel juega la oxitocina en estos procesos, la doctora Beate Ditzen de la Universidad de Zurich recurrió a un particular ensayo. Tomó a 80 parejas heterosexuales sanas a las que, previamente, les causó unas heridas leves y les aplicó oxitocina nasal durante el período que duró el ensayo. Y dejó que la naturaleza actuara.

Las parejas que tuvieron más intimidad (mero contacto físico o relaciones completas) registraron niveles más bajos de cortisol en saliva. Pero hubo más. «Observamos una mejor cicatrización de las heridas en el grupo que combina la interacción [PAT] y la oxitocina, pero ese efecto es mucho menos intenso que el que se produce en aquellos que combinan la oxitocina con un comportamiento táctil natural, e incluso con un comportamiento sexual o íntimo. Ahora sabemos que tenemos indicios muy sólidos de que la oxitocina parece ser un mecanismo subyacente que media estos efectos de la interacción positiva entre la pareja», concluía Ditzen.

Más oxitocina, menos cortisol

Verónica Vivero, psicóloga y máster en sexología clínica y terapia de parejas, lo explica con detalle: «Popularmente se conoce a la oxitocina como la hormona del amor porque es la encargada de, entre otros aspectos, afianzar los vínculos que tenemos con los demás. No solo es importante en el sexo; está implicada en el parto, en la lactancia –ayuda a afianzar el vínculo con el bebé – y contribuye al apego en general», explica.

Las caricias, besos o, simplemente, el contacto físico, sobre todo, piel con piel (en pareja, familia, amigos, mascotas…) hacen que liberemos mucha oxitocina. Vivero indica que la oxitocina es un modulador emocional «que nos ayuda a regular el estrés, porque baja el cortisol».

Mirar con deseo también cuenta

Durante el proceso de excitación previo a la relación sexual, el cuerpo envía señales al hipotálamo, donde se produce la hormona oxitocina. «Empieza a crearse un cóctel químico de hormonas y neurotransmisores (dopamina, adrenalina, endorfinas y oxitocina). Si la experiencia, además, ha sido de calidad, el pico máximo de mayor liberación de oxitocina llegará con el orgasmo«.

La sexóloga explica que cuando hay un apego fuerte con la persona con la tenemos la relación, se produce aún más oxitocina. Aunque advierte: «No todo gira alrededor de la penetración. Muchas veces, unos besos, caricias o, incluso, cruzar la mirada con la persona que queremos, desprende oxitocina en mayor calidad».

¿Me dispensarían oxitocina?

Durante el estudio se usó oxitocina en spray en algunos de los sujetos. Otros, recurrieron a un mero intercambio de palabras agradables. Finalmente están los que sumaron a todo eso la relación sexual. En términos de curación cutánea, ganó la tercera vía.

Pero esto queda limitado a un proceso de laboratorio. En España no existe ningún spray de oxitocina legalmente comercializado. «Menos aún, de venta libre. No está aprobado por la AEMPS, que es la autoridad competente para regular los medicamentos y productos sanitarios en España», aclara el farmacéutico Eduardo Senante. Si, además, según el estudio, la oxitocina es más potente si viene del orgasmo que si viene de un aerosol… Buenas noticias para todos.