5 posturas de yoga para aliviar las piernas cansadas

El yoga parece dar solución a casi cualquier problema que se nos pase por el cuerpo (o la cabeza). Las piernas son una importante parte del cuerpo que puede recibir todos los beneficios de la práctica del yoga.

La instructora Katia Muñoz Olmo, wellthy expert de Royal Hideaway Sancti Petri, nos han dado las pistas para centrar nuestra atención en las piernas y poder ayudar a retener menos líquidos y mejorar la circulación de las piernas causado por las jornadas de trabajo de pie o sentados, la falta de ejercicio o el calor, entre otros factores.

“La práctica suave de ejercicio es una buena alternativa para mitigar esa sensación de carga en las piernas y recuperar su ligereza”, asegura la experta. Y nada mejor que el yoga y todas las bondades que trae consigo tanto para la salud física como mental. ¿Sabes cuáles son las mejores asanas para potenciar una buena circulación, desinflamar y calmar el malestar y el cansancio acumulados en las piernas? Aquí te damos las 5 que deberías incluir desde ya en tu rutina.

5 asanas de yoga para aliviar el dolor de las piernas

1. Adho Mukha Svanasana

Es también conocida comúnmente como “perro boca abajo”, siendo una de las asanas de flexión semi invertida más populares dentro del yoga, válida tanto para la transición como para el descanso.

En primer lugar, tienes que colocarte en cuatro apoyos sobre las manos bien abiertas y las rodillas. Después, adelanta tus manos un poco más allá de la altura de los hombros y abre las piernas al ancho de las caderas. Empuja posteriormente con las manos hacia el suelo, eleva la pelvis y lleva el peso hacia atrás, para estirar brazos y espalda con las nalgas apuntando hacia arriba.

Es muy importante que la cabeza esté relajada y siga la línea de la columna. Por último, extiende las piernas dirigiendo los talones hacia el suelo, aunque estos no lleguen a tocarlo, y mantente así durante 5 respiraciones.

2. Malasana

La también conocida como “postura de la guirnalda” es una asana de apertura de caderas que sirve para aliviar la tensión acumulada en estas. Lo ideal es empezar en la pose de la montaña o Tadasana. Después, coloca los pies ligeramente más separados que el ancho de las caderas con los dedos levemente hacia afuera, dobla tus rodillas profundamente y húndete hasta que tus caderas estén a pocos centímetros del suelo sin llegar a entrar el contacto con él.

Mantén la posición anterior y coloca las palmas de las manos en el centro del corazón, apoyando los codos en el interior de las rodillas para abrir un poco más las caderas y extender la longitud de la espalda. Mantente así entre 30 segundos y un minuto.

3. Sucirandhrasana

Algunos también la llaman “postura del ojo de la aguja”. Se trata de una asana que mejora la circulación de las piernas, caderas y espalda y además reduce su rigidez. Para conseguirla, tendrás que recostarte boca arriba con las rodillas flexionadas y los pies apoyados al suelo. Después, cruza el tobillo derecho sobre el muslo izquierdo y lleva las piernas hacia el pecho hasta que puedas deslizar el brazo derecho por el espacio creado entre ambas extremidades.

Coge el muslo izquierdo con las dos manos y haz cinco respiraciones profundas, repitiendo posteriormente el mismo proceso hacia el otro lado.

4. Viparita Karani

La postura de las piernas en alto ayuda a combatir la retención de líquidos y la pesadez de las piernas, además de favorecer al sueño. Túmbate sobre la esterilla, eleva las piernas y apóyalas en la pared u otra superficie. Después, levanta la cadera y la parte inferior de la espalda y colócalas sobre un zafu.

Aunque esta es la versión más sencilla, se puede complicar más dejando todo el peso del cuerpo sobre los codos, las manos y los hombros, suprimiendo el cojín. Lo importante es mantener las piernas en alto y rectas durante un periodo de uno o dos minutos.

5. Prasarita Padottasana

La postura del gran ángulo ya se ha convertido en una de las más relajantes del yoga para muchas personas. Y es que desde Tadasana, tan solo tienes que dar un paso lateral para separar las piernas más de un metro. Después, deja las puntas de los pies hacia delante con los talones hacia afuera, inclinándote hacia delante lentamente mientras exhalas.

Una vez tengas la cadera en 90 grados y la espalda recta, mira al frente e inspira. Al espirar, baja la cabeza, relaja el cuello y apoya las manos alineadas con los pies. Respira y acerca la coronilla al suelo para finalizar.