Aunque se suelen relacionar con las piernas hinchadas, los masajes drenantes son súper eficaces para combatir la hinchazón facial y las bolsas. FOTO: Pexels.
EFICAZ Y, DE PASO, RELAJANTE
“Masajes drenantes cada dos por tres”, el arma secreta de Marta Masi contra la hinchazón de la menopausia
La farmacéutica confiesa que lo ha incorporado como parte de su rutina para acabar con la cara de globo. Y es que movilizar el sistema linfático está lleno de beneficios, especialmente en esta etapa.
19 DE NOVIEMBRE DE 2025 / 17:00
Cada vez que la farmacéutica Marta Masi recomienda algo, miles de mujeres la copian. Su última confesión habla de masajes drenantes. Ese masaje linfático que solemos mirar con desdén, o al que solo se recurre cuando la retención de líquidos es muy evidente. Pero no hace falta llegar al drama. La menopausia ya nos regala retención de líquidos, entre otros síntomas.
Dado que no podemos ir a contra natura, la divulgadora, muy activa en este tema sus redes sociales, en diversos foros (como en el último ASISA WeLife Menopausia) o en charlas, pone en valor el humilde masaje para eliminar edema. «Desde que entré en menopausia me hago muchísimos masajes. Antes no me hacía y, ahora, masajes drenantes cada dos por tres», confiesa Masi.
Contra el rostro hinchado, masaje
Solemos asociar drenaje o masaje linfático a tobillos hinchados. Pero el rostro también puede retener líquidos. El masaje facial, lejos de ser un capricho, es una de las mejores herramientas que existen para combatir la hinchazón. «En menopausia tendemos a levantarnos con la cara hinchada, o a sentirnos más pesadas. Y el drenaje funciona», cuenta la sevillana.
La razón hay que buscarla en la relación entre el sistema linfático. Y, cómo no, la bajada de estrógenos.
Darle a la bomba del sistema linfático
Carolina Jarinova, experta en drenaje linfático hormonal, explica que «a diferencia del sistema circulatorio, activado por la bomba del corazón, el linfático necesita un impulso». Por si fuera poco, la perimenopausia con sus cambios hormonales tienden a ralentizar el flujo de la linfa. El resultado es una acumulación de líquidos, con las toxinas y desechos correspondientes.
Otros factores que causan este desequilibrio son el sedentarismo, el cortisol elevado y una alimentación poco saludable.
Esa circulación linfática ineficiente, como la define Jarinova, se traduce en edema, pesadez y sensación de hinchazón generalizada. La experta también señala el aumento de riesgo de osteoporosis, el envejecimiento prematuro y mayor estado inflamatorio. «Por eso es tan importante activar el sistema linfático mediante masajes drenantes, una buena respiración y actividad física», añade.
Mucho más que eliminar líquidos
Mireia Olivet, masajista de The Secret Lab, recuerda que el masaje drenante no solo reduce la retención de líquidos. «También alivia la sensación de pesadez en piernas y tobillos, mejorando el retorno venoso y linfático; desinflama el abdomen y favorecer la digestión, ayudando a recuperar una sensación de ligereza».
Desde el nivel facial, reduce las bolsas y la inflamación conocida cara de globo o cara de luna llena. Al eliminar desechos, «fortalece el sistema inmunitario».
Olivet, que también es titulada en Kobido, subraya que esta técnica, para que sea realmente efectiva, requiere unos conocimientos específicos y concretos. «Sobre la zona, dirección, presión, repeticiones, etc. Además de conocer las características del sistema linfático para lograr resultados».
No descontractura, pero tampoco duele
Sin llegar a ser un masaje relajante, la buena noticia es que no genera dolor. «Esta técnica no actúa sobre músculos ni tejidos profundos. Se centra en movilizar la linfa, que transporta toxinas, desechos y exceso de líquidos, hacia los ganglios linfáticos, donde se filtra y elimina», señala Olivet. «Consiste en ejercer una presión mínima, suave y muy precisa, para no colapsar los delicados vasos linfáticos situados justo bajo la piel. Hay que hacerlo con un ritmo lento, repetitivo y rítmico, imitando el movimiento natural del flujo linfático»,, aclara la masajista.
En cuanto a las zonas, lo más común es practicarlo en piernas, pero también se puede trabajar abdomen, brazos, espalda y, por supuesto, rostro y cuello. «Como protocolo de cabina solemos trabajar también los principales puntos ganglionares —ingle, axilas, cuello y hueco poplíteo (detrás de la rodilla)— para potenciar el efecto depurativo y el drenaje global».
A más constancia, más éxito
Los masajes drenantes pueden realizarse como un tratamiento en sí mismo o combinarse con otras técnicas. En The Secret Lab cuentan con ambas modalidades. Combinándolos, por ejemplo, con ventosas, maderoterapia o aparatología, como LPG Endermologie, un dispositivo de masaje mecánico. En cuanto a la frecuencia, «la constancia es fundamental. Los masajes drenantes son más eficaces cuando se integran como un hábito regular de bienestar. Eso es mejor que un tratamiento puntual», explica Olivet.
A modo de recomendación, sugiere empezar con dos o tres sesiones a la semana a modo de choque para, posteriormente, establecer una rutina de una sesión semanal o cada 15 días para mantener el flujo linfático activo. La verdad, ¿quién puede resistirse?