
Prohibidos los dispositivos electrónicos. El ejercicio de estar presente y disfrutar imaginando tu propia vida es más intenso cuando te propones escribir un diario de tu puño y letra. FOTO: Shkrabaanthony/Pexels.
No lo pienses, escríbelo
Escribir un diario como terapia de mindfulness que nos obliga a apreciar nuestros aciertos y a ser constantes en nuestros objetivos
Nuestro cerebro suele construir un relato que no siempre refleja la realidad. Da más valor a lo negativo que a lo positivo y valida que huyamos del esfuerzo. Anota todo y controlarás tu propio relato.
27 DE NOVIEMBRE DE 2025 / 17:00
Nuestro cerebro tiene cierta tendencia a magnificar lo malo y pasar por encima de las cosas buenas. También, a dar por válida la falta de constancia y a repetir los mismos actos día tras día. De esta forma, nuestra existencia se vuelve cada vez más rutinaria y superficial. «Llevar un diario y escribirlo a mano cada día ayuda a que estemos presentes en nuestra vida», señala Lourdes Ramón, orientadora emocional en Palasiet Wellness Clinic & Thalasso.
No se trata de escribir páginas enteras antes de acostarnos o mientras desayunamos. Bastan unas pocas líneas, siempre a mano y en papel para forzarnos a hacer una reflexión sobre cada acto que anotamos. Por eso al ingresar en esa clínica de talasoterapia en Benicàssim (Castellón) se hace entrega de un sencillo diario. Sin pirotecnia, ni grandes diseños. «Es un diario de vida consciente. Está divido por días y semanas, para facilitar ese viaje interior», señala.
Un cuaderno de toda la vida también vale. Lo importante es ese ejercicio de introspección y presencia.
Por la mañana, ¿qué esperas del día?
Te levantas de la cama y lo primero que haces es sumirte en el scroll infinito en tu red social favorita. No buscas nada, solo deambulas. No te planteas cómo te sientes o qué esperas de esa jornada que acaba de abrirse. «En el diario anotamos en qué propósitos nos vamos a centrar en el día. También cómo nos sentimos en el plano físico, mental y emocional”, detalla Lourdes Ramón.
Estas anotaciones nos permiten chequear pensamientos y sensaciones. Y exteriorizar el runrún que nos ronda en la cabeza, si hemos discutido con nuestra pareja y estamos dolidos, si hay nuevos retos en el trabajo, o si ayer lo dimos todo en crossfit y hoy estamos físicamente agotados. No es necesario extenderse demasiado. Basta una frase corta. Lo que cuenta es el ejercicio de escritura consciente. No es un día más. Es una oportunidad más.
Antes de dormir, una reflexión
Cuando ya estamos en la cama o a punto de meternos en ella, hay que dedicar un par de minutos a hacer un ejercicio de análisis consciente del día. «Tendemos a quedamos siempre con lo malo: si hemos discutido, si algo nos ha salido mal… Pero pasamos por alto que siempre hay cosas que hemos hecho bien. Aunque sea que te ha salido rica la comida, que has aprendido a reparar algo o que hoy has cogido el autobús a tiempo».
Son esas pequeñas cosas positivas que compensan las malas y que nos ayudan a poner en valor todos nuestros actos. «Podemos anotar también esos actos en proceso de mejora: si hemos hecho nuestro skincare correctamente o nos hemos metido en la cama sin desmaquillarnos, si hemos sacado unos minutos para hacer ejercicio, si hemos comido sin mirar el móvil, si hemos procurado comer más alimentos frescos que procesados…».
Los microhábitos, mejor por escrito
La doctora Beatriz Crespo insiste que los grandes cambios no se pueden hacer de una vez. Hay que trocearlo y convertirlos en microhábitos, en pequeños avances que nos llevarán a un gran cambio poco a poco y sin sobresaltos. Una forma de ponernos en ese camino es anotar qué queremos cambiar, cómo lo vamos a hacer y cuáles son nuestros avances. Serán cambios a medio plazo que podemos anotar semana a semana.
«Ponerlos por escrito valida nuestros esfuerzos. Escribe cada semana cuáles son tus grandes propósitos: incorporar más ejercicio al aire libre, mejorar la higiene del sueño, establecer horarios más regulares…», añade Lourdes Ramón señalando el pequeño diario de Palasiet. Tal vez nunca te hayas planteado escribir como acto de mindfulness, pero es un buen momento para aficionarte al tacto del papel.
Ventajas de verbalizar por escrito
En tiempos de las notas de audio, escribir con papel y boli es casi una forma de meditación y una terapia antiestrés.
- Seguridad. Lo escrito permanece. Lo puedes leer. Es más difícil que se olvide.
- Autoconfianza. Cuando escribes algo de tu puño y letra, realizas un ejercicio de sinceridad contigo misma. Si has escrito que esta semana vas a subir escaleras en vez de coger el ascensor y te vas evaluando día a día es más fácil que lo cumplas.
- Validación de logros. Aunque sean pequeños, verlos por escrito es un subidón. Refuerza tu autoestima y tu gratitud.
- Alivia emociones. ¿Te sientes frustrada en el trabajo? ¿Has discutido con tu mejor amiga? Escribir deja que esas emociones afloren y evitamosue se conviertan en ansiedad nocturna.
- Reduce los problemas. En nuestra cabeza los problemas a veces parecen gigantes. Puestos por escrito es fácil que nos parezca que no son para tanto.
- Desconexión. Dedicar los últimos minutos del día al scroll infinito mantiene la tensión cerebral y dificulta la secreción de melatonina, esa hormona que abre las puertas al sueño. Escribir viene a ser un apagón mental, una actividad tranquila que le dice a nuestro cerebro que ya va siendo hora de relajarse y prepararse para dormir.
- TEMAS
- EMOCIONES
- PSICOLOGÍA
WeLife hoy
Escribir un diarioNadar en aguas abiertasHara hachi buYoga oculareje intestino-pielSiguenos :)