Estas tres plantas son el mejor remedio contra el estrés: así es como tienes que tomarlas para que funcionen

Ya estamos más que familiarizados con el estrés, pero eso no significa que sea algo a lo que deberíamos estar acostumbrados. De hecho, el estrés no solo afecta a nuestra salud mental, sino que además interviene en todos los aspectos de nuestra vida. Y eso que debería ser algo puntual, porque el estrés continuado termina convertido en ansiedad. Por eso es fundamental tratarlo y, además, tratar nosotros mismos de apaciguarlo. Para ello, contamos la ayuda de algunas plantas adaptógenas, que tienen grandes propiedades para mejorar nuestra paz mental y, en general, nuestro bienestar.

Hay muchas hierbas adaptógenas que están ahora a la orden del día. Pueden usarse en cosmética para cicatrizar, pero también, como cuenta Catalina Fernández de Ana, CEO de la biotech gallega de Hifas Da Terra, “los adaptógenos son una importante herramienta para contrarrestar el cansancio permanente y hay varios estudios que demuestran que algunos en forma de suplemento pueden ser de gran ayuda para disminuir los síntomas de fatiga y agotamiento”. En este sentido, en concreto hay tres plantas de este tipo que son claves a la hora de mejorar la ansiedad, nos ayudan a relajarnos y reducen los niveles de estrés.

La rhodiola

Como apuntan desde los laboratorios Forté Pharma, «la rhodiola ayuda a regular los niveles de cortisol, a mejorar la memoria y la concentración y a reducir la fatiga.»

Además, según cuenta el Dr. José Luis Berdonces en su libro Plantas medicinales. La salud está en la naturaleza, también mejora la capacidad física, «estimula los efectos colinérgicos de neurotransmisores como norepinefrina, dopamina, serotonina y ácido nicotínico sobre el sistema nervioso central», es decir, las hormonas de las que depende nuestro estado de ánimo.

La ashwagandha

Tal y como apuntan desde Forté Pharma, «la ashwagandha ayuda a regular los niveles de cortisol y reducir
los síntomas de estrés que pueden conducir a la ansiedad y la depresión». Es una planta que se usa desde hace miles de años como protector del sistema nervioso y para los desequilibrios hormonales.

La schisandra

Desde la farmacéutica señalan que «la schisandra es conocida por su capacidad para mejorar la
respuesta del cuerpo frente al estrés y el estado de ánimo». Es una planta asiática cuya parte más interesante se presenta en forma de baya roja, aunque también se aprovechan sus hojas y semillas. Esta planta contiene una gran cantidad de antioxidantes, como las vitaminas C y E,  fitoesteroles y lignanos, compuestos con efectos estrogénicos. Ayuda a detoxificar y a controlar la presión arterial.

Cómo consumir las plantas adaptógenas contra la ansiedad

Estas plantas suelen tomarse como suplementos que se han elaborado con extractos de alguna de sus partes, ya sean sus raíces, las hojas o las bayas, como en el caso de la schisandra. Estos se toman como cualquier vitamina o suplemento alimenticio, como los de colágeno, por ejemplo, que consumamos diariamente. Es decir, con una comida como el desayuno. Eso sí, para empezar a ver sus frutos y que estos se mantengan es necesario ser constante y tomarlos de forma continua durante un tiempo prolongado.

Forté Stress es uno de estos suplementos y contiene estas tres plantas adaptógenas para combatir el estrés y la ansiedad. Está compuesto, además, por otros ingredientes naturales y actúa en dos fases. En la primera, se libera magnesio marino y las vitaminas B1, B2, B3, B4, B5 y B6, que ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga y al funcionamiento normal del sistema nervioso. La segunda capa del comprimido aporta gradualmente magnesio marino y vitaminas B6 y B9 para ayudar a combatir la fatiga durante todo el día, y un complejo
sinérgico de las tres plantas adaptógenas.

Si necesitas una ayuda extra, puedes usar Forté Stress Flash, que asocia rhodiola rosea, que ayuda al organismo a adaptarse al estrés emocional y contribuye a una actividad mental y cognitiva óptima, y amapola, que tiene propiedades relajantes. Además, contiene vitamina B3, que contribuye al funcionamiento
normal del sistema nervioso y a la función psicológica.