NO TE PIERDAS Djokovic se retuerce y es por una buena razón

Cillian Murphy, el actor que no necesita alfombra roja para brillar. Su cara de “no quiero ir a fiestas” ya es un manifiesto de bienestar moderno. Foto: Dave Benett/WireImage en Getty.

Estilo de vida WeLife, versión sofá y calma

Cilian Murphy y el arte de decir ‘ya no quiero ir a fiestas’

Mientras el mundo celebra con champán y selfies, Cillian Murphy prefiere quedarse en casa leyendo. Y eso, amigos, también es vida WeLife

Por Marita Alonso

10 DE OCTUBRE DE 2025 / 17:00

Taylor Swift acude a un programa de televisión (The Graham Norton Show) y muestra su anillo de compromiso a los otros invitados en el plató. Todos sonríen, la felicitan por su próxima boda asombrados ante tamaño anillo de oro y diamante. Todos, salvo Cillian Murphy, que esboza ese típico gesto de “qué hago yo aquí, Tierra, trágame”. La expresión de estar fuera de lugar de Murphy ya se ha hecho viral como un meme: «Soy Cillian Murphy y no quiero ir a fiestas».

No es la primera vez que el actor pone cara de “aquí vengo por obligación”. De hecho, ha confesado que se escaquea de los eventos siempre que puede. Ni alfombras rojas, ni saraos de postín. No le gustan, no está cómodo y huye de ellos sin ningún pudor. A Murphy le cansa la gente o, sencillamente, prefiere quedarse en casa leyendo o cocinando para su familia, algo que ha afirmado en varias ocasiones que disfruta un montón.

Tal sinceridad merece un aplauso enardecido. Es hora de abrir el melón de esos eventos tostón a los que nos invitan y vamos por compromiso, esa boda de tu prima lejana a la que no ves desde hace décadas y a la que ni te apetece ir, ni te viene bien. El protagonista de Openheimer es otro de los miembros del estilo WeLife: hay que saber decir no a aquello a los que no nos apetece ir. Que no se va a caer el mundo y nos va a dar mucha paz mental.

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Son muchos los famosos que de una u otra forma se ponen del lado del Cilian Murphy y el club del ‘no quiero ir a fiestas’. Celebridades como Jennifer Lawrence siempre han defendido también el placer de no acudir a eventos. «Siempre busco excusas para no salir. Llegó un punto en el que pensé: Ahora puedo usar la fama como excusa y decir que no puedo ir porque soy demasiado famosa. Y así lo hago», ha confesado. Un hurra por ella. 

A veces pensamos que a las famosas les encanta plantarse en una superfiesta con un supervestido de superdiseñador. Lo que no se cuenta es que suelen ser también súper, pero superincómodos. Al hablar con Joshua Horowitz, Kate Winslet confesaba que llevar un impresionante vestido sobre la alfombra roja no le emociona. «Me quito el vestido en cuanto me subo al coche. Llego a casa, me pongo mi pijama y me tiro pedos mientras como patatas fritas», aseguró la actriz. Kate, siempre en nuestro equipo. 

Comienza a ser tan habitual cancelar planes y fiestas que The Guardian habla del ‘flaking’, que supone la la cancelación de planes, a menudo con poca antelación, por desmotivación, cansancio o para qué negarlo, falta de ganas. Lejos de ser una descortesía, ese ‘no quiero ir a fiestas’ muchas veces es un acto de madurez social. Hasta de reivindicación personal y de autoestima.

Porque, como dice la psicóloga Alba Cardalda, «autoestima no es quererte todo el rato, es no sabotearte». Y no hay mejor forma de tirar por tierra toda tu autoestima yendo a un cumpleaños donde vas a tener que besar, achuchar y sonreír a esa gente que te cae fatal.

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Lo importante antes de apuntarnos a lo loco al club del ‘no a las fiestas’ como Cilian Murphy es plantearnos si nuestro ‘no’ le hace un roto a alguien que nos importa. La paella del domingo en casa de tu suegra lo mismo no te apetece, pero ella os aprecia y es feliz reuniendo a toda la familia.

Así lo matiza Claudia Nicolasa, autora de Es manipulación y no lo sabes (Zenith, 2025). «Hay casos en los que la otra persona puede sentirse rechazada porque su amiga necesita verse más a menudo y no puede ofrecerle ese tiempo. Por eso, abrir estas conversaciones y preguntar directamente: ‘¿Qué necesitas de mí como amiga? ¿Cómo te gustaría que mantuviéramos nuestra relación?’ puede evitar malentendidos, resentimientos y rupturas innecesarias».

La base de las relaciones sanas, también en la amistad, «es la comunicación clara y la comprensión de las necesidades reales de ambos”, asegura. Dicho de otra forma, una cosa son esos conocidos que nos caen mal y a los que no apetece aguantar ni en bodas, ni en saraos, y otra, los amigos a los que hay que cuidar sin escaqueos.

Y ahora, si me disculpáis, voy a comprarme unas patatas fritas para disfrutar de una tarde en clave Winslet en cuanto cancele dos eventos a los que sinceramente, no me apetece en absoluto acudir. Quizás diga que lamentable y casualmente, precisamente hoy estoy en Madrid…

Cillian Murphy no es un tipo huraño: es alguien que ha entendido que elegir la calma no es rendirse, sino cuidarse. En un mundo que mide el éxito por la agenda social, su cara de “no quiero ir a fiestas” nos representa a todos los que preferimos un sofá, un libro y un poco de silencio.