¿Sabes cómo afecta el cambio de hora a tu cuerpo?

Trastornos del sueño, estrés y hasta daño mitocondrial (por si no lo sabes, las mitocondrias son las estructuras responsables de aportar energía a las células). Esos son algunos de los efectos negativos que tiene el cambio de hora, algo que tenemos que hacer dos veces al año con el fin de ahorrar energía, haciendo menos uso de la electricidad y aprovechando al máximo la luz solar. Este domingo 30 de octubre atrasaremos el reloj una hora, y hemos consultado nuestras dudas al respecto con un experto.

Darío Acuña Castroviejo, doctor en Medicina y Cirugía y catedrático de Fisiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada, explica que este cambio afecta directamente a nuestro reloj biológico central: «Dicho reloj está sincronizado directamente con el periodo rotatorio de la tierra. Por eso, nuestro reloj sabe cuándo es de día y cuándo es de noche o cuándo cambiamos de estación. Además, controla los llamados relojes periféricos que están en todos los órganos y tejidos de nuestro cuerpo, por eso en el momento en que hay un cambio de hora, nuestro reloj lo sufre».

Este experto opina que el cambio de hora está desaconsejado desde hace años por varias razones:  falta de ahorro económico, trastorno de los horarios de transporte, aumento de accidentes, y por supuesto, por los riesgos que conlleva para la salud. “Además, no se ha producido nunca un ahorro económico por esta acción», advierte. En lo que atañe a nuestro cuerpo, tiene lugar una cronodisrupción, lo cual significa que esa disociación entre el tiempo ambiental y el tiempo interno que marca nuestro reloj biológico afecta al sistema inmunitario.

Consejos para evitar los efectos del cambio de hora

Ante este panorama, ¿qué puedes hacer? En primer lugar, cenar unas tres o cuatro horas antes de acostarte. También deberías poner el despertador de manera que aproveches el máximo de la luz natural del día. Y es mejor que practiques ejercicio al levantarte, no por la tarde.

Otro buen consejo es tomar melatonina. La principal función de esta sustancia es regular los ritmos circadianos. “La melatonina es fundamental en el control del estado de salud de cualquier ser vivo, animal y vegetal y, sin duda, puede ser de gran ayuda para el 48% de las personas que se calcula que sufren problemas de sueño y cuyos síntomas se agudizan con el cambio”, asegura el doctor.

Durante el día, con la luz, la vía que regula la producción de melatonina se inhibe, por eso por el día no tenemos melatonina, explica. Por la noche, con la ausencia de luz, empieza a aumentar la producción de ésta, lo cual tiene un pico entre las dos y las cuatro de la madrugada.

«Esta hormona tiene dos acciones principales: un efecto sedante por el aumento de la actividad de un neurotransmisor inhibidor llamado GABA. Y, en segundo lugar, conforme aumenta la producción de melatonina se va reduciendo la temperatura corporal, llegando un momento en que es capaz de inducir un estado de somnolencia que predispone al sueño”, añade el doctor Acuña.

¿Realmente necesitamos tomar melatonina?

La respuesta del doctor es clara: «Si tienes problemas de sueño, otras patologías o si por el contrario no los tienes en tu día a día, pero sí te afecta el cambio de hora, debes tomarla». Además, con la edad se reduce su producción natural, disipando sus efectos cronobióticos y propiedades protectoras celulares.

Asimismo, asegura que la melatonina no tiene ningún efecto adverso para nuestra salud ya que ésta tiene una vida muy corta y no se acumula en nuestro organismo: «No tiene efectos secundarios, es un fármaco que se puede usar a cualquier edad, incluido en niños». Él recomienda, por ejemplo, Arkosueño Forte 8H, ya que garantiza una noche completa de sueño gracias  a la liberación de la melatonina en dos fases.

Si por el contrario no eres muy fanático de las pastillas, Arkosueño también existe en formato de caramelos de goma sin azúcar. Están especialmente pensados para ayudar a reducir el tiempo de conciliación del sueño gracias su fórmula con 1,9 mg de Melatonina* + 3 plantas: Melisa, Amapola de California y Tila.