
Es posible crear obras profundamente personales sin generar residuos. FOTO: Marcela Once.
PLANETA
Marcela Once, artista: «Me di cuenta de que en el taller generaba mucha basura con mi arte y decidí transformar los residuos en obras»
La artista ha reinventado su proceso artístico utilizando solo materiales reciclados, demostrando que el arte también puede ser sostenible.
27 DE MAYO DE 2025 / 17:00
La artista Marcela Once no usa óleos ni acrílicos. Lo que utiliza para crear sus obras son cáscaras de huevo molidas, botellas de plástico trituradas y papel reciclado. Y es que lo que empezó como una necesidad, ya que los productos químicos que usaba le estaban provocando asma, se convirtió en un manifiesto: «El arte no debería dañar ni al artista ni al planeta», afirma Once.


Cómo convertir los residuos del taller en obras de arte: el método de Marcela Once
En su taller de Madrid, cada obra es un experimento de economía circular. Sus problemas de salud la llevaron a investigar alternativas: «Molía cáscaras de huevo hasta convertirlas en polvo, mezclaba papel reciclado con alginato para crear relieves… Fue un reaprender constante». Un proceso laborioso, «nada que ver con abrir un bote de acrílico, pero ha sido un proceso gratificante. Ahora mis materiales no contaminan ni mi cuerpo ni el ambiente».
Marcela asume que las obras creadas con materia orgánica están vivas. «No están hechas para durar eternamente como un óleo tradicional. Sufren cambios con el tiempo, y eso me parece bellísimo. Como nosotros, las obras también envejecen», señala la artista. «Les explico a mis clientes que una textura de cáscara de naranja seca quizá genere moho, pero eso es parte de su esencia».
Más allá de la moda: hacia un movimiento artístico sostenible
Aunque ve que el arte sostenible empieza a ganar visibilidad, Marcela nota que a menudo se queda en la superficie: «Muchos lo usan como un titular: arte con materiales reciclados. Yo intento ir más allá. Transformar lo que iba a tirar en una materia nueva que pueda volver a utilizar».
Su deseo es que este enfoque se convierta en un movimiento real, consciente de los riesgos que implican materiales industriales. «Los aerosoles, los disolventes, los metales pesados… son una amenaza ambiental brutal. Y también para nuestra salud. Lo sé por experiencia», sentencia la artista. Y reconoce que el arte sostenible aún es minoritario, pero celebra su crecimiento.
Además, su compromiso trasciende el arte: pone la lavadora una vez por semana, usa apps para aprovechar alimentos que se van a poner malos y evita plásticos en la medida de lo posible. Y su público está formado tanto por personas conscientes del medioambiente como por amantes de lo orgánico. «Hay gente que busca una obra que esté creada con materiales sostenibles. Otros simplemente se sienten atraídos por la textura terrosa, por el acabado cálido de mis piezas», señala.
El futuro del arte es circular
Marcela Once representa una nueva generación de artistas que cuestiona los métodos tradicionales. Su trabajo demuestra que es posible crear obras profundamente personales sin generar residuos, abriendo camino hacia un arte verdaderamente sostenible. «No puedo cambiar el mundo yo sola, pero sí demostrar que existen alternativas», concluye.
WeLife hoy
Familia enlazadaCrononutriciónPensar sin pararEstreñimientoRafa NadalSiguenos :)