
El cuerpo se rinde antes que el reloj: las jornadas maratonianas no solo roban sueño y vida social, la ciencia sugiere que también remodelan el cerebro. Foto: Ron Larch / Pexels
Las horas extras las carga el diablo
Esto es lo malo que le pasa a tu cerebro si trabaja demasiado
Trabajar mucho hace que crezcan regiones cerebrales implicadas en la cognición y las emociones. Pero, en espera de saber si esto es bueno o malo, igual es mejor tomarse el trabajo con menos intensidad
Por Marcos López
14 DE SEPTIEMBRE DE 2025 / 08:00
No importa la presión a que te someta tu jefe. Más allá de algunos momentos puntuales inevitables, tienes que tomarte tu trabajo con calma. Consagrar tu vida a la oficina y trabajar demasiado de manera habitual, acaba por agotarte. Y no solo en lo físico. Genera un gran estrés y hasta se te secan las buenas ideas. Llega un momento en que, por mucho que te guste tu profesión, acabas quemándote. Esto es lo que sabíamos hasta ahora. La ciencia confirma que, para colmo de males, se llegan a generar alteraciones en tu cerebro que podrían no tener vuelta atrás.
Son las conclusiones de un estudio de la Universidad Yonsei en Seúl que acaba de demostrar que la acumulación de jornadas laborables interminables acaba provocando cambios significativos en la estructura del cerebro. Como explica el doctor Marcos Llanero Luque, jefe de Servicio de Neurología del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo, «los cerebros de las personas que participaron experimentaron una especie de crecimiento en los lóbulos prefrontales». No hace falta ser un sabio para sospechar que un crecimiento del cerebro relacionado con algo de la oficina o con las horas extras no puede traernos nada bueno.
Mucho más que fatiga cognitiva
Trabajar 52 o más horas semanales arruina buena parte de tu vida social. Olvídate de quedar con amigos al salir del trabajo, encaja el gimnasio con dificultad y prepara un Excel con las visitas al supermercado, las lavadoras y otros quehaceres mundanos del ciudadano de a pie. Por si esto no fuera suficientemente calamitoso, los científicos han detectado un aumento en el volumen de 17 regiones cerebrales, incluidos el giro frontal medio y la ínsula.
Como estas regiones están implicadas en la regulación de las emociones y en funciones cognitivas tan relevantes, como la capacidad de toma de decisiones y la memoria, los autores sospechan que los efectos serían necesariamente negativos. Lo que, en realidad, aún está por ver.
¿Y si no fuera tan malo trabajar demasiado?
El doctor Llanero Luque hace un llamamiento a la calma. «Técnicamente, el aumento del volumen cerebral en los lóbulos prefrontales debería, cuando menos en teoría, asociarse a efectos positivos. De hecho, lo contrario, que sería la disminución del tamaño cerebral, o lo que es lo mismo, la atrofia, se asocia a efectos negativos».
Tal es así que, continúa el especialista en Neurología, «los resultados del estudio pueden resultar contradictorios dentro de los conocimientos que tenemos. Evidentemente, sabemos que trabajar excesivas horas tiene efectos negativos a nivel de estrés, etc., y los autores del estudio infieren que este crecimiento sería debido al estrés crónico y defienden que tendría efectos negativos por las consecuencias psicológicas. Aunque eso estaría por demostrar».
La culpa la tiene tanto estrés
Pero, ya sea para bien o para mal, ¿por qué crece el cerebro? Pues como reconoce el experto, «es difícil de saber. En teoría el crecimiento cerebral se asocia a una mayor estimulación de las zonas cerebrales. Los autores afirman que esto podría ser debido al estrés crónico, pero no está claro».
Los resultados apuntan que las persona que trabajan menos horas «no experimentan ese crecimiento en esas regiones del cerebro». En otras palabras, las horas extras siguen quitando tiempo de tu vida y generando estrés, pero puede que el daño no llegue a más.
Podrían ser cambios permanentes
Tampoco queda claro que estos aumentos en el cerebro y, de haberlos, sus efectos negativos, vayan a perdurar para siempre. No en vano, apunta el experto, «en teoría, cualquier cambio de plasticidad cerebral debería ser reversible. Pero se trata de un estudio transversal, incluso podríamos decir preliminar, por lo que los resultados son en un momento determinado. Habría que ver si sometiendo a los participantes a un menor estrés y a menos trabajo se revierten los cambios, pero es muy difícil saberlo».
En definitiva, aún habrá que esperar para saber cuáles son las consecuencias reales, buenas o malas, de tanto trabajar. Dejemos que la ciencia siga su curso. Y mientras tanto, por si acaso, mejor no hacer tantas horas extra y dedicar más tiempo a tus seres queridos. Por mucho que ames tu trabajo.
Tómatelo con calma
No importa que todos los participantes en el estudio fueran profesionales sanitarios. Da igual que no ejerzas de médico o enfermera. De tener un trabajo agobiante que te consuma muchas horas, es muy probable que los lóbulos prefrontales de tu cerebro también vean aumentado su tamaño.
Como concluye el experto, «podemos suponer que si realizamos un estudio de este tipo entre profesionales no sanitarios los resultados serían similares. Pero aunque se puede inferir un resultado similar con una alta probabilidad, siempre que el trabajo sea equiparable en cuanto a intensidad y en cuanto a nivel de estrés, realmente lo desconocemos».
Permíteme que insista: más vale prevenir que curar. Así que trabaja para vivir, no vivas para trabajar.
- TEMAS
- EMOCIONES
- VIDA SALUDABLE
WeLife hoy
SerenidadMemoriaTrabajar demasiadoMenopausiaApegoSiguenos :)