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Engancharte a tu trabajo puede aumentar la ansiedad y el estrés. FOTO: Pexels/ ©MART PRODUCTION.

Engancharte a tu trabajo puede aumentar la ansiedad y el estrés. FOTO: Pexels/ ©MART PRODUCTION.

MENTE

Cómo evitar engancharte al trabajo y mantener una relación saludable con él

La devoción por el trabajo puede conducirte a que acabes explotado, agotado y en soledad. Aprende a identificarlo y ponerle solución.

Por Paka Díaz

31 DE ENERO DE 2025 / 13:30

La reportera y escritora estadounidense Sarah Jaffe colabora con algunos de los medios internacionales más prestigiosos, como The New York Times, The Washington Post o The Guardian. Como buena periodista, lo suyo es vocacional. Pero, también, puso su pasión profesional en entredicho y, pese a que descubrir tu vocación puede ser un regalo, se ha dedicado a investigar qué daños puede causar sentir demasiado amor por el trabajo.

La conclusión es un demoledor libro, Trabajar: un amor no correspondido. Aunque ahora es una prestigiosa columnista, Jaffe ha realizado todo tipo de trabajos hasta llegar a poder vivir –o sobrevivir– con su trabajo como periodista. Entre ellos, en su currrículum vitae aparecen algunos como camarera, mecánica de bicicletas y consultora de redes sociales, pero también de limpiadora, sirviendo helados o dando clases a alumnos de secundaria. Por todo ello sabe que, pese a la precariedad que asola al sector en el que trabaja, se puede considerar una privilegiada.

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El trabajo no te libera

Tener una profesión vocacional, que te apasione, es el sueño de mucha gente. Una especie de paraíso profesional. Pero lo cierto es que estar tan entregado a un trabajo maravilloso –aunque mal pagado y con malas condiciones– puede hacer mella en tu salud. «En lugar de decir que es mejor o peor tener una profesión vocacional o un trabajo al que ames, diría que escribí el libro para advertir contra la idea de que te hará feliz, o que estés saludable o satisfecho (y mucho menos financieramente estable)», apunta Sarah.

Mucha gente repite una frase con apariencia de bíblica, el trabajo nos hará libres, sin darse cuenta de que en realidad, y como señala Sarah Jaffe era una frase situada en los accesos a numerosos campos de concentración nazis, como a las puertas de Auschwitz. «Cuando escucho esa frase, como judía me siento profundamente incómoda. Pero además, esa horrible resonancia debería ayudarnos a mantenernos escépticos ante lugares comunes”, advierte la escritora. Por el contrario señala que «el trabajo literalmente hace lo contrario de hacernos libres».

Por qué hay que trabajar

Aunque preguntarse por qué tenemos que trabajar suene algo infantil, en realidad es una cuestión muy útil para entender como está constituida nuestra sociedad. «Los humanos no inventamos el trabajo asalariado porque necesitáramos algo que hacer para llenar nuestros días: surgió debido al cercamiento de los espacios comunes, que impedía a las personas cazar, recolectar y cultivar lo que necesitaban. Nos hicieron menos libres y luego nos obligaron a trabajar», subraya Jaffe.

La escritora señala lo obvio, que trabajamos para pagar el alquiler, comprar comida, pagar las otras cosas que necesitamos. «Y luego tal vez nos quede algo para divertirnos un poco«, apostilla. Para vincularnos a nuestra labor, y que amemos nuestros trabajos, la periodista indica que «se nos dice que eso nos hace mejores empleados, más leales y dispuestos a trabajar más horas por menos remuneración». Pero claro, es una trampa ya que, como recalca eso «estar más dedicado al trabajo beneficia al empleador, rara vez al trabajador».

La IA no ayuda todo lo que podría

Con la llegada de las nuevas tecnologías y la Inteligencia Artificial parecía que el bienestar ayudaría en una especie de bien común. Pero lo cierto es que la situación de los trabajadores en el mundo parece compartir una tendencia a la precariedad. Los altos alquileres y la inflación que sube los precios no ayudan. Jaffe advierte: «La IA no se está desarrollando para mejorar nuestras vidas, sino para que ganen mucho dinero las empresas que están invirtiendo dinero en ella».

En España los jóvenes son quienes peor lo pasan, el 61,7% tiene un contrato temporal, según un informe de la consultora Freemarket Corporate Intelligence. Como consecuencia, el 31,2% de ellos está en riesgo de pobreza, incluso aunque trabaje. La periodista explica que las nuevas tecnologías suponen un riesgo porque están diseñadas para capturar las habilidades y conocimientos de los trabajadores. Pero, claro, no tienen la capacidad de formar un sindicato, ni presentan demandas o necesidades. «Está diseñado, en otras palabras, para hacer que los humanos sean más extraños, más precarios«, resume.

El análisis de la experta es sombrío: «Las condiciones laborales llevan décadas en declive, la desigualdad está creciendo y la tasa de explotación ha aumentado». Además, precisa que no son son sus opiniones, sino hechos. Y recuerda que la culpa no la tiene simplemente nuestro enganche a trabajos malpagados que sin embargo nos gustan mucho: «Todo el sistema está exprimiendo desesperadamente los últimos vestigios de ganancias, frente a la catástrofe global que es el cambio climático».

Medidas para un mayor bienestar en el trabajo

Entre las medidas que la autora destaca como más efectivas e interesantes para evitar sentir presión en el trabajo, destaca «que el jefe no debería ser quien determinara tu bienestar en él». O sea, los trabajadores son quienes deberían decidir qué necesitan. Y la primera es una reclamación ya muy conocida: pasar menos tiempo trabajando, para tener mejor salud mental y condiciones incluso físicas.

«Lo que la mayoría de los empleados necesitan es más control sobre sus circunstancias, y eso significa principalmente pasar menos tiempo en el trabajo. Las horas más cortas son el mejor programa de bienestar que existe», apunta Jaffe. Además, recuerda que cosas como los índices de felicidad y los planes de acción de bienestar laboral son nuevas formas de presión ya que, destaca, «no solo tienes que presentarte a tu trabajo, ahora tienes que demostrarle a tu empleador que también lo estás disfrutando».

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Cómo evitar sentirte mal trabajando

Lo más efectivo que se puede hacer para evitar sentirte mal en el trabajo, según subraya la experta, es «organizarte con tus compañeros para exigir mejores condiciones». Por ejemplo, a través de un sindicato. Y recuerda que, para hacerlo, mejor no usar el correo electrónico laboral.

Para ella, y aunque sus reflexiones sean bastante oscuras, la gente está tan harta que alrededor de todo el mundo se están poniendo de acuerdo y cada vez es mayor la voluntad de hacer algo al respecto. También está creciendo, dice, la participación sindical y el debate sobre temas como la reducción de las horas de trabajo y el ingreso básico universal. Por eso concluye con que «hay esperanza, solo tenemos que trabajar juntos para convertirla en realidad».

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