Qué es el proffee, la tendencia de añadir proteína en polvo a tu café que está arrasando en internet

Proteína. Uno de los tres macronutrientes esenciales que nunca deben faltar en tu alimentación. Que te ayuda a sentirte saciado, razón por la que es ideal para alcanzar, y mantener, un peso saludable, y que es absolutamente clave para aumentar la masa muscular, por lo que es la auténtica estrella de la dieta de los deportistas. Además, ni siquiera tienes que comerla. También puedes beberla. Como sucede con el agua proteica o, como tan de moda se ha puesto en internet, añadiéndola a tu café. Te contamos todo lo que tienes que saber del proffee.

Lara Garcelán, dietista-nutricionista de HM Hospitales, indica que «el término proffee surge de la unión de protein (proteína) y coffee (café), y se refiere a una bebida que combina café con suplementos proteicos, ya sea en forma de proteína en polvo, batidos preparados o incluso colágeno hidrolizado. Esta mezcla busca ofrecer lo mejor de dos mundos: el impulso energético que aporta la cafeína y el beneficio nutricional de una buena dosis de proteína».

El proffee es energético y nutritivo

La proteína debe constituir entre un 10% y un 35% del total de calorías ingeridas a diario. Y en este contexto, el proffee se presenta como una alternativa rápida y cómoda para garantizar este aporte. Lo que explica que, «popular entre quienes entrenan con frecuencia o cuidan su alimentación, esta combinación de café y proteína se haya convertido en una opción para ayudar al desarrollo muscular o, incluso, para apoyar la pérdida de peso. Pero siempre que se integre dentro de una dieta equilibrada», puntualiza la experta.

A media mañana, a media tarde o cuando quieras

El café te ayuda a desterrar la somnolencia y el cansancio. Pero en realidad no te aporta ninguna energía que, por el contrario, sí encontrarás en la proteína. Así que ha llegado el momento de añadirla a tu dosis de cafeína y pasarte al proffee. Disfrutar de las ventajas prácticas de tomar proteína en forma líquida. Empezando, como destaca Lara Garcelán, «por ser una posible solución eficaz para quienes tienen dificultades para alcanzar sus necesidades diarias de proteínas sólo con la alimentación sólida».

Asimismo, este café proteico también tiene a su favor su flexibilidad. Pues como continúa la dietista-nutricionista, «si bien durante mucho tiempo se habló de una ventana anabólica justo después del ejercicio, hoy se sabe que no es imprescindible tomar proteínas en un momento concreto, lo que hace que el proffee pueda consumirse cuando más apetezca».

No todo es bueno

Sin embargo, esta mezcla de café y proteína también tiene un lado menos positivo. Como es que para algunas personas puede causar molestias digestivas, especialmente si se utiliza un tipo de proteína que no les sienta bien o si se combina con café en ayunas. Por este motivo, refiere Lara Garcelán, «cada vez hay más opciones con complejos enzimáticos añadidos que favorecen las digestiones y mejoran estas posibles molestias».

En la misma línea, también hay que tener en cuenta que «muchas proteínas o batidos comerciales contienen azúcares añadidos o edulcorantes artificiales, por lo que conviene revisar la etiqueta antes de incorporarlos a la rutina diaria».

Un apunte importante: son muchas las dietas para adelgazar que priorizan el consumo de proteína. Pero si lo que buscas es perder peso, mejor optar por su forma sólida. No en vano, refiere la experta, «a diferencia de una comida sólida rica en proteínas, esta versión líquida puede resultar menos saciante».

No abuses de la proteína

En definitiva, tienes que tomar proteína. Pero sin pasarte. Pues como ocurre con (casi) todo exceso en la vida, acaba resultando perjudicial. Como alerta Lara Garcelán, «en los últimos años, la proteína ha pasado de ser un nutriente importante a convertirse, para algunos, en una auténtica obsesión. Y si bien es cierto que es fundamental para la reparación muscular, el sistema inmunológico y muchas otras funciones del cuerpo, no por eso más proteína es mejor».

Concretamente, y entre otros males, abusar de este macronutriente puede conllevar la aparición de trastornos gastrointestinales, el desarrollo de cálculos renales y que tus niveles de colesterol se pongan por las nubes. También «un desplazamiento de otros nutrientes clave en la dieta, caso de las grasas saludables, los hidratos de carbono complejos, la fibra o los antioxidantes», apunta la experta, a la vez que concluye que «la clave está en encontrar un equilibrio: cubrir nuestras necesidades sin caer en excesos que, a la larga, pueden ser contraproducentes».