Menos maratones de gimnasio y más mezcla inteligente: este entrenamiento híbrido se digiere mejor que cualquier batido de proteínas… Foto: Maksgelatin / Pexels
EJERCICIO
Cardio, fuerza y un poco de pilates: el mix que está revolucionando la manera de entrenar
Más músculo, más fondo, más cabeza: el entrenamiento híbrido que lo combina (casi) todo
Por Silvia Capafons
21 DE AGOSTO DE 2025 / 07:30
Hoy en día, todo es híbrido. El coche que combina motor eléctrico y gasolina, la jornada que alterna horas en la oficina y en casa, la dieta que mezcla lo orgánico y lo que no, la moda con tejidos naturales y sintéticos. En esta fusión constante, el cuerpo también pide lo suyo: entrenamientos que se adapten, que combinen disciplinas y que extraigan lo mejor. Es así como nace el entrenamiento híbrido, del que ya se han hecho eco en muchos centros. Su principal ventaja, dicen sus adeptos, es que combina lo mejor de dos mundos: la fuerza y el cardio, que permiten resultados más potentes y una mejor salud en menos tiempo.
Todo ello, sin entrenar para castigar el cuerpo, sino para cuidarlo, sin rutinas monótonas ni programas tan específico que dejen fuera áreas clave del cuerpo. «Es la fórmula perfecta para quienes tienen poco tiempo y muchas ganas de sentirse bien», explica Carolina López-Tejero, fundadora de Swan by Carolina, un espacio de entrenamiento online multidisciplinar con miles de seguidoras comprometidas.
Entrando más en detalle, el entrenamiento híbrido es un enfoque que, apostando por fuerza y resistencia, integra diferentes disciplinas del fitness para lograr un desarrollo físico integral. Tal y como aclara Juan Manuel Rosito, Iberia Country Manager de los dispositivos inteligentes para el bienestar Zepp Health, a diferencia de los entrenamientos tradicionales centrados solo en hipertrofia, potencia o resistencia cardiovascular, el híbrido busca equilibrar rendimiento atlético, movilidad y capacidad funcional; en definitiva, lograr un entrenamiento completo, versátil y funcional, que nos haga capaces de rendir en diversos entornos.
Lo dice la ciencia, no solo tu entrenador
Y esto no lo decimos nosotros: diferentes estudios respaldan sus beneficios. Uno de ellos, publicado en Circulation (revista de la American Heart Association), concluye que alternar fuerza y ejercicio aeróbico mejora los marcadores de salud cardiovascular más que el HIIT o el entrenamiento de pesas por separado. Además, reduce el riesgo de lesiones, ya que favorece un desarrollo más equilibrado del cuerpo. Y no solo mejora el rendimiento físico, también tiene un impacto positivo en la salud mental: la combinación de actividad cardiovascular, que libera endorfinas, y fuerza, que proporciona sensación de empoderamiento, genera una experiencia que consigue un plus de motivación.
Más músculo, más fondo, más cabeza
Si detallamos lo que aporta esta modalidad de ejercicio, se puede decir que mejora fuerza, resistencia, movilidad, coordinación y potencia. Además, prepara el cuerpo para desafíos del día a día, como subir escaleras, cargar peso, correr, o empujar; previene las lesiones, ya que al trabajar movilidad y control motor, reduce desbalances musculares y es menos agresivo y lesivo que otros tipos de disciplinas.
Se puede ajustar a distintos objetivos (de rendimiento, pérdida de grasa, etc.), se queman más calorías gracias a esa mezcla de fuerza con cardio intenso, y se genera una mentalidad resiliente: al entrenar con métodos variados, se desarrolla una mayor tolerancia al esfuerzo físico y mental. El foco se pone en la tonificación, la movilidad y la estabilidad, mientras se cultiva la atención plena y el equilibrio mental.
Otra gran ventaja de este tipo de estructura es que permite trabajar todo el cuerpo y mantener una frecuencia cardíaca elevada sin necesidad de pasar horas en el gimnasio. «Muchas de mis seguidoras entrenan en casa, con poco material y apenas 40 minutos al día. Lo importante es la calidad del estímulo, no la cantidad», comenta la instructora de Swan by Carolina.
Rutinas que no se repiten (ni aburren)
Tiene tantas combinaciones como disciplinas existen, prácticamente. «Desde entrenamiento de fuerza tradicional, como el levantamiento de pesas, el trabajo con barras, kettlebells y mancuernas, a CrossFit por su enfoque en el acondicionamiento metabólico, movimientos funcionales y trabajo por intervalos o el tan de moda Hyrox, que fusiona carreras con trineos, remo, o lunges, ideal para ese mix de fuerza-resistencia», añade Juan Manuel Rosito.
Todo ello sin olvidarnos de la movilidad, el core y el trabajo postural, que aseguran que el cuerpo se mantenga equilibrado, fuerte y libre de lesiones. En las clases de Swan, el híbrido viene por incorporar calistenia, que utiliza el peso corporal para desarrollar fuerza funcional y control corporal, pilates para fortalecer el core, mejorar la postura y aumentar la flexibilidad, yoga para fomentar la conciencia corporal, la respiración y la conexión mente-cuerpo y ballet para añadir elegancia, equilibrio y elongación muscular.
Perfecto para quien no tiene tiempo (pero sí ganas)
No existe un único perfil de entrenamiento híbrido. Lo harás tuyo tanto si estás empezando como si eres un atleta profesional, porque es adaptable; si llevas tiempo en el gimnasio y quieres salir del estancamiento de rutinas divididas tradicionales; si practicas deportes funcionales como Hyrox, CrossFit, triatlones o trail running; o si simplemente, tienes poco tiempo y buscas entrenamientos eficientes y completos.