Igual de poderosas que son tus excusas para no hacer deporte lo son las que te dicen que te pongas las zapatillas. Tú eliges. FOTO: The Lazy Artist / Pexels.
Tu cuerpo lo agradecerá
Estas son las siete excusas más frecuentes para escaquearse de hacer deporte y las razones por las que no deberías engañarte con ellas
Ni la falta de tiempo, ni los hijos ni el cansancio deberían ser un impedimento para hacer ejercicio, sino todo lo contrario. Los expertos aportan razones.
Por Silvia Capafons
5 DE NOVIEMBRE DE 2025 / 07:30
Escaquearse no es un deporte olímpico, pero si lo fuera, el arte de buscar excusas para ir al gimnasio tendría muchos candidatos a podio. Que si no tengo tiempo, que si hay que llevar a los niños a extraescolares, que si tengo un cansancio que no me deja vivir, que si me duele aquí o allá… Los especialistas en actividad física lo tienen claro: muchos de los motivos que argumentamos para no movernos son los mismos por los que deberíamos hacerlo.
Salvador Fernández Lizana y Álvaro Magnusson, head coaches de Crossfit Cobeña, hacen inventario de las seis excusas más habituales para escaquearse del entrenamiento. Y no dejan hueco a las excusas.
«Los niños demandan mucho»
Los niños son una de las excusas para no hacer deporte más habituales. De acuerdo, hay que recogerlos del cole, llevarlos a las extraescolares, a los cumples o a los mil eventos que tienen los niños hoy en día, hacer los deberes… «Inculcar a los niños la importancia del deporte es fundamental, pero hacerlo con el ejemplo es imprescindible. Los pequeños aprenden observando, y ver a sus padres practicar cualquier deporte les enseña que el ejercicio no solo es saludable, sino también divertido y parte de la vida diaria. Además, compartir momentos deportivos en familia fortalece los lazos, fomenta la disciplina y promueve valores como el esfuerzo y la perseverancia, explican Fernández Lizana y Magnusson.
«Me duelen cosas»
Hay dolores o molestias que hay que observar y, si persisten, acudir a un especialista. Muchos , sin embargo, desaparecen cuando el cuerpo se ejercita. Y, desde luego, es la mejor manera de prevenirlos. Como sugiere la investigación de la Universidad Ártica de Noruega Does pain tolerance mediate the effect of physical activity on chronic pain in the general population?, pasar de la actividad ligera a moderada se asocia con un 16% menos de dolor generalizado.
Los head coaches de Crossfit Cobeña recalcan que «entrenar con regularidad es la mejor forma de prevenir dolores, además de aliviar los que ya existen. El ejercicio fortalece músculos y articulaciones, mejora la postura y mantiene el cuerpo flexible, evitando tensiones y sobrecargas. Además, activa la circulación y reduce el estrés, dos factores que también influyen en el dolor físico».
«No me quedan minutos en el día»
El famoso «es que no me da la vida» es la excusa por excelencia. Ahora bien, ¿cuánto pasamos enganchados al móvil? ¿Y viendo Netflix o a alguna otra plataforma? Al incluir la rutina deportiva en nuestro día a día, aprendemos a optimizar el tiempo y hasta descubrimos que el día nos cunde mucho más. «Hoy en día, con la de vídeos que tenemos o aplicaciones de deporte, el que no entrena es porque no quiere. En 15 minutos puedes hacerlo en casa sin necesidad de ningún material, Es cuestión de prioridades y disciplina. Además de que si haces deporte seguramente consigas evitar pasar más tiempo con las pantallas», aclaran los dos expertos.
Un truco: bloquear en la agenda el rato de entreno. Será más fácil no saltárselo si lo vemos como una actividad más dentro de nuestro día.
«Me puede el cansancio»
Aunque pueda parecer lo contrario, hacer deporte no agota tu energía, sino que la recarga. La actividad física activa la circulación, oxigena el cuerpo y estimula la liberación de endorfinas, lo que se traduce en una mejora del ánimo y la vitalidad. Al movernos, el organismo se fortalece y aprende a usar mejor su energía, ayudándonos a rendir más en el día a día. Lo confirma el estudio The Effect of Chronic Exercise on Energy and Fatigue States publicado en la revista Frontiers in Psychology. En resumen, si notas cansancio, el deporte es tu mejor medicina.
«Me sobran kilos, no voy a poder»
Un buen profesional del deporte sabrá adaptar el nivel de exigencia de cada entrenamiento a tu forma física. Y te ayudará a perder peso, siempre que lo acompañes de una dieta adecuada, entre otros hábitos saludables. «Es una rueda positiva en la que te irás viendo y sintiendo mejor. Al final, te engancharás a esa sensación», dicen los entrenadores.
«Me aburre»
Hay una larguísima lista de disciplinas deportivas y, en cada una, diversas opciones de intensidad. Lo más probable es que no las hayas probado todas y que haya algunas que vayan más contigo. Cambiar de rutina o aprovechar el rato de entrenar para quedar con amigos, puede ser un aliciente para hacer más deporte. ¿Y si quedas con otros padres a correr mientras vuestros hijos están en las extraescolares? Es hora de romper con las excusas para no hacer ejercicio.
«Estoy mayor»
Mientras estamos vivos, jamás seremos lo suficientemente mayores como para no hacer deporte. Salvador Fernández Lizana y Álvaro Magnusson advierten, no obstante, que «hay que saber adaptar los movimientos a las limitaciones de cada uno, pero el trabajo mejorará la calidad de vida sin ninguna duda. Creemos en el lema de envejecer siendo más joven». En otras palabras: la edad no es más que otra de las muchas excusa para no hacer deporte que hay que ir olvidando.