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Esta inflamación, la mayoría de las veces, no es grave. Se debe a la acumulación de líquido fuera de sus “autopistas” habituales. Foto: Oriol Pascual / Unsplash

SALUD

Se te han hinchado los pies y no estás embarazada: bienvenida al verano

Cuando el calor aprieta, los pies se hinchan, los tobillos desaparecen y tus sandalias piden una excedencia. Pero tiene solución. 5 ejercicios fáciles para aliviarlo rápido

Por Eva Carnero

30 DE JULIO DE 2025 / 14:02

Con la llegada del verano y, especialmente cuando nos sorprende la primera ola de calor —esa que nos pilla desprevenidos, con chanclas y poco más—, los pies de una inmensa mayoría se inflaman como si quisieran hacer la competencia a los globos aerostáticos. Tanto es así que, a lo largo del día, los tobillos parecen desaparecer misteriosamente, y puedes lucir piernas hinchadas hasta las rodillas. La versión cutánea del “¡estoy de vacaciones!” pero sin haber salido de casa.

Esta inflamación, la mayoría de las veces, no es grave. Se debe a la acumulación de líquido fuera de sus ‘carriles’ habituales: los vasos venosos y linfáticos. Básicamente, el plasma y el líquido linfático deciden tomarse unas vacaciones extra y se van de paseo justo debajo de la piel, reteniéndose donde no deberían. ¿Por qué lo hacen? Pues porque les gusta el calor y tampoco les agrada que estés horas y horas de pie o pegado a la silla, como si fueras un bonsái.

¿Debería preocuparme o solo ponerme sandalias más anchas?

La intuición no siempre es amiga, y aunque a veces el pie hinchado grite “¡urgencias!”, lo más sensato es acudir al médico para que determine la causa exacta del edema (que es el término técnico para esa acumulación de líquido que hace que tus pies parezcan salchichas).

Mientras tanto, no está de más moverse un poco. Y aquí viene Lucía García Montenegro, entrenadora personal y experta en salud femenina, que nos dice que ciertos ejercicios ayudan a activar el retorno venoso, movilizar las articulaciones y aliviar la planta del pie sin despeinarse demasiado.

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Rutina express para piernas menos hinchadas y más ligeras

La clave es no esperar a que los pies se conviertan en inflables para ponerse en acción. Lo ideal es hacer esta rutina de forma preventiva.

1. Elevación de piernas: la postura estrella que parece tan sencilla como efectiva

Acuéstate boca arriba y eleva las piernas apoyándolas estiradas en la pared o sobre cojines, de modo que queden por encima del corazón. Aguanta entre 10 y 15 minutos. Para un plus refrescante, aplica un gel frío o con efecto mentolado antes. Eso sí, evita cruzar las piernas y respira hondo como si estuvieras meditando sobre el último meme viral.

2. Rotación de tobillos: mueve esos círculos y dile adiós a la rigidez

Siéntate con la espalda recta y las piernas en ángulo de 90º. Levanta una pierna y dibuja círculos con el tobillo en ambos sentidos, de 10 a 15 veces. No muevas toda la pierna, que no estamos en clase de ballet; controla el movimiento solo con el tobillo.

3. Flexión y extensión de pies: activa la bomba muscular de tus gemelos sin despeinarte

Túmbate o siéntate con las piernas estiradas y lleva las puntas de los pies hacia ti y luego lejos, durante 1 minuto. Si quieres ponerle un poco más de drama, añade una banda elástica, pero sin exagerar, que no estamos entrenando para los Juegos Olímpicos.

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4. Caminar descalza sobre la arena (o en casa): el placer multitarea

Si tienes playa cerca, aprovecha para pasear descalza y activar todos los músculos del pie. Si no, una esterilla con textura o una alfombra harán el apaño. Antes, remoja las piernas en agua fresca para reactivar la circulación. Pisa con toda la planta, sin irte de puntillas, y hazlo con calma, como si estuvieras pisando diamantes en lugar de arena.

5. Masaje con pelota o botella: el truco casero para liberar tensiones

Siéntate cómodo y haz rodar una pelota de tenis, una lata o una botella fría bajo el pie durante 1 o 2 minutos. La sensación es casi como un mini spa improvisado que alivia la tensión y mejora la circulación. Mete la pelota o la botella en la nevera para que el frío le dé un empujón antiinflamatorio extra.

Así que ya sabes, pies hinchados no son una excusa para dejar de moverte. Más bien, todo lo contrario: mover un poco los tobillos, estirar las piernas y mimarlas un poco puede ser la diferencia entre arrastrarte y bailar hasta que se acabe el verano (o la batería del móvil).

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