Bioestimulación con PRP: ¿Cómo es el tratamiento estético de moda en el que solo se necesita tu propia sangre?

Cuidar la piel a veces es una de nuestras tareas más pendientes. Es el único órgano que está directa y constantemente en contacto con el exterior. Protege de agentes externos, del calor y el frío, del aire y los elementos, de las bacterias, es impermeable, se repara y lubrica a sí mismo e incluso elimina algunos residuos del cuerpo. Sin darnos cuenta, tomamos el sol sin protección, no nos preocupamos por la contaminación, muchas veces no comemos como deberíamos… y todo eso por supuesto afecta a nuestra dermis.

Aunque muchos intentan apaciguar todos estos daños con cremas y tratamientos medicinales, lo cierto es que en nuestro propio cuerpo puede estar la solución a nuestros problemas. ¿Dónde? En la sangre. En los últimos años se ha puesto de moda la bioestimulación con Plasma Rico en Plaquetas (PRP), un procedimiento ambulatorio similar al de una analítica que no precisa ingreso.

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Cómo se hace el PRP

Para ello hay que extraer un poco de sangre que después se coloca en una máquina centrifugadora. Una vez se separa el plasma con plaquetas, se inyecta en la zona indicada. Así de fácil y casi indoloro. Pero, ¿para qué se utiliza? Por ejemplo, en el caso de la infiltración en el cuero cabelludo para el tratamiento de la alopecia. Con ello se consigue la aparición de pelo nuevo y el aumento del grosor del ya existente. Pero no solo eso, si se pone en la piel (normalmente en el rostro, aunque también se utiliza para cicatrices) se logra aumentar la elasticidad, disminuir la flacidez, aumentar la luminosidad y disminuir las arrugas.

“Inyectándolo con una aguja muy finita, si eres muy propensa al dolor se puede echar una crema anestésica, se va insertando la plaqueta y lo que hace es una revitalización y el aumento de producción de colágeno. En personas más mayores, que lo tienen destruido y de peor calidad lo que provoca es que se les vuelva a formar”, ha dicho David Sánchez, médico de familia y especialista en medicina estética, a Welife.

«Con el Plasma Rico en Plaquetas no hay riesgo de rechazo ni de reacción, puesto que el cuerpo no lo reconoce como un agente ajeno y desconocido».

“Se tarda en poner aproximadamente una media hora, entre que se saca la sangre, se centrifuga y se pincha. No existen protocolos establecidos como tal pero se ponen pautas aproximadamente de unas tres veces al año. Cada cuatro meses estaría bien”, añade el experto.

Si has pensado en utilizar técnica para la alopecia, un dermatólogo debe primero valorar el grado y el tipo, dado que no todas son iguales y por lo tanto no precisan el mismo tratamiento. Dejando claro además que ningún procedimiento es milagroso, el PRP ha demostrado su utilidad para la androgenética tanto masculina como femenina. Además, cabe recordar que mientras que al infiltrar otro tipo de inyectables, como la toxina botulínica o el ácido hialurónico, nuestro cuerpo puede rechazarlos, al utilizar una sustancia que es nuestra como el Plasma Rico en Plaquetas, no hay riesgo de rechazo ni de reacción, puesto que no lo reconoce como un agente ajeno y desconocido.

Células sanas y regeneradas

“Este tratamiento permite principalmente que el número de células sanas se incremente en número y las estimule para que fabriquen factores de crecimiento. Pero no solo eso, también consigue que disminuyan las células que están dañadas. Aunque los resultados tardan varios días en comenzar a ser visibles, los beneficios son innumerables”, dice David, que asegura que el PRP además mejora la cicatrización en casos de acné severo y ayuda también a que la piel se haga efectiva en los casos de hiperpigmentación, suavizando las manchas causadas por el daño solar.

A pesar de que nuestro organismo no rechaza la inyección de su propio plasma, sí existen casos de personas que sí se benefician con el tratamiento y otras en las que no se recomienda hacerlo porque padecen ciertos trastornos sanguíneos y tienen condiciones de coagulación que requieren el uso de anticoagulantes, por lo que no son los mejores candidatos.

Además, el pasado marzo el instituto que dirige el traumatólogo Ramon Cugat desarrolló una técnica pionera que permite regenerar el cartílago de deportistas o gente joven que han sufrido una fractura gracias al PRP. En el quirófano, los doctores extraen el trozo del cartílago lesionado, lo fragmentan y en paralelo, extraen la sangre del paciente para separar los factores de crecimiento, que unen a los trozos del cartílago creando una malla natural que posteriormente se inserta en la lesión de nuevo.