¿Por qué la inflamación intestinal puede derivar en una depresión? / Depositphotos
Salud
¿Sabes cuál es la relación entre inflamación, estrés y depresión?
La inflamación es un factor que ocasiona daños graves al organismo. ¿Sabías que también afectaría a las emociones? Te contamos su relación con el estrés y la depresión.
Por Tamara Izquierdo
04 DE AGOSTO DE 2022 / 08:28
Que el estilo de vida actual es proinflamatorio a estas alturas no es cuestionable. El estrés, la falta de vitamina D, una microbiota alterada, problemas de sueño… son factores que favorecen la inflamación de nuestro organismo llegando a provocar verdaderos daños a la salud.
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La depresión y la inflamación
¿Cómo puede estar relacionada la inflamación con la depresión? Pensamos que la tristeza y la depresión siempre están ligadas a un malestar emocional pero, según los expertos, puede que la inflamación no nos deje gestionar esa emoción todo lo bien que podríamos hacerlo y esto nos lleve a consecuencias tan graves y tan poco deseadas como la depresión.
El Dr. Domingo Pérez de León, médico y cirujano especialista en Psiconeuroinmunología Clínica en el Instituto Biológico de la Salud, explica a este respecto que “la inflamación de bajo grado es una de las principales causas de depresión en la actualidad. La inflamación crónica puede provocar problemas de salud como anemia, problemas para sintetizar la vitamina D, sarcopenia, osteopenia, cáncer, hipertensión o depresión”.
¿Cómo llegamos a sufrir esa inflamación? “Una de las causas de neuroinflamación cerebral se debe a la impermeabilidad del intestino. Las consecuencias de esta porosidad en las paredes intestinales supone que se permita una mayor invasión de bacterias y virus, que se produzca una mayor producción de hormonas de estrés (noradrenalina y cortisol) y provoca la apertura fisiológica de las uniones estrechas que conforman la estructura del intestino” explica el doctor.
La microbiota sale de nuevo en la palestra
De un tiempo a esta parte se habla muchísimo sobre la microbiota, es un debate de plena actualidad. ¿Cómo afecta la alteración de la flora intestinal a nuestro cerebro? ¿Puede el estrés ser uno de los detonantes de este desequilibrio? El Dr. Pérez de León despeja estas dudas: “El estrés, los radicales libres y las sustancias inflamatorias alteran o lesionan estas uniones estrechas, de esta manera se activan mastocitos que proporcionan proteasas, se eleva el nivel de triptasas y con ello una mayor permeabilidad patológica”.
¿Cómo podemos evitar esa permeabilidad que parece ser devastadora? “Hay que evitar las sustancias que inflamen el intestino y una de ellas es el gluten. El gluten favorece el aumento de la porosidad intestinal que favorece el paso de lipopolisacáridos y residuos proteicos de alimentos mal digeridos que pueden provocar reacciones inmunológicas que pueden producir una neuroinflamación cerebral” apunta el doctor.
“Una alteración del equilibrio en la permeabilidad del intestino, a través de los mastocitos y los linfocitos T a nivel intestinal, van a liberar sustancias como histamina, serotonina y otras citoquinas muchas de ella proinflamatorias que a nivel del metabolismo cerebral pueden producir depresión, agresividad, nerviosismo, irritabilidad, TDAH, autismo o esquizofrenia” continúa el experto.
Está claro que la alimentación interviene directamente en nuestro estado de salud y en nuestro estado de ánimo. El doctor Pérez de León nos da algunas claves nutricionales para paliar esta inflamación que puede ser perjudicial para nuestro cerebro y provocarnos malestar, irritabilidad, agresividad y depresión.
Alimentos que previenen la inflamación cerebral y sus consecuencias
Si alguna vez te has preguntado qué deberías comer para tener una mejor salud mental, aquí encontrarás muchas respuestas. Los ácidos grasos Omega 3 son muy importantes para nuestro cerebro y nuestra salud vascular. Hay estudios que demuestran que tomar de 2,5 a 3 gramos al día mejoran sensiblemente los problemas de ansiedad y depresión.
Otro alimento importante que podemos incorporar para reducir la inflamación cerebral y sobre todo mejorar los niveles de serotonina y dopamina, es el azafrán (corpus sativos). El azafrán es anttinflamatorio, es antioxidante, neuroprotector y tiene efecto antidepresivo.
Otros de los alimentos que pueden prevenir y tratar la inflamación cerebral
- La cúrcuma, que es antioxidante y antiinflamatoria, es neuroprotectora, incluso se le atribuye el poder de aumentar el crecimiento de células madre neurales.
- El salmón salvaje de Alaska, que cuenta con ácidos grasos Omega-3 que combaten la inflamación en todo el cuerpo y tienen un efecto neuroprotector. Las sardinas y las anchoas también son unas buenísimas fuentes de ácidos grasos Omega-3.
- El brócoli y coliflor son fuentes de colina y vitaminas del grupo B. Ayudan a disminuir la pérdida de memoria y la vulnerabilidad del cerebro a las toxinas durante la infancia. Los huevos y la carne también son una buena fuente de colina. El brócoli es antiinflamatorio y favorece los procesos de desintoxicación del organismo.
- Las nueces son una buena fuente de grasa Omega-3 de origen vegetal que han demostrado revertir el envejecimiento del cerebro y mejorar la función cognitiva y motora. Son neuroprotectoras y cuentan con vitamina E, ácido fólico, melatonina y antioxidantes.
- El apio es un alimento rico en luteolina que puede ayudar a disminuir la inflamación del cerebro. Mejora la memoria y la capacidad de aprendizaje. El chile y las zanahorias también son una buena fuente de luteina.
- El aceite de coco ya que sus triglicéridos de cadena media son un excelente fuente de cuerpos cetónicos, una alternativa a la glucosa para conseguir energía. Los cuerpos cetónicos pueden restaurar y renovar las neuronas mejorando la función del cerebro.
- Las moras azules contienen antioxidantes y fitoquímicos que reducen el estrés oxidativo neurodegenerativo. Es una fruta baja en fructosa y alta en polifenoles que protegen frente a enfermedades neurológicas.
Más que una buena alimentación
Por supuesto el ejercicio físico es importantísimo para aumentar el bienestar emocional y favorecer la síntesis de serotonina y el equilibrio de la serotonina, además de disminuir el apetito. También aumenta la síntesis de dopamina y de la noradrenalina. En definitiva, hacer ejercicio es una de las patas más importantes, junto a la alimentación y el descanso, para mantener una buena salud y un cerebro más cuidado y protegido.
El intestino se ha ganado el título de segundo cerebro dado que su compleja comunidad de bacterias influye en nuestra salud en general. Cuidarlo no solo va a mejorar nuestra digestión, también va a ayudar a regular nuestro bienestar emocional. Aprende a rebajar tus niveles de inflamación para llevar una vida más sana y feliz, tu intestino y tu cerebro te lo agradecerán. / Imagen de apertura: despositphotos.com
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