
El movimiento sober curious está llegando a la generación Z. FOTO: Freepik.
CUERPO
Sober curious, el movimiento de la generación que ya no bebe alcohol
Parecía imposible, pero muchos jóvenes empiezan a cuestionar lo que antes se daba por hecho: que había que beber para divertirse. El movimiento sober curious propone otra forma de disfrutar y divertirse.
Por María Corisco
18 DE JUNIO DE 2025 / 17:00
Durante años, la imagen del botellón, las fiestas de chupitos y el desfase con el alcohol ha estado casi inevitablemente ligada a la juventud. Es común asociar esa etapa de la vida con la euforia líquida, los brindis sin medida y las noches que empiezan con risas y acaban con lagunas mentales. Pero, curiosamente, algo está cambiando: lejos de lo que dictan los tópicos, cada vez cobran más fuerza en las redes los testimonios de jóvenes —especialmente de la generación Z, pero también algunos millennials— que están decidiendo darle la espalda al alcohol. Son los sober curious.
Y no porque tengan un problema con él, sino porque simplemente ya no lo ven cool. Así nace el movimiento sober curious, una corriente que invita a cuestionar la relación social, casi automática, que identifica alcohol con diversión.
Detrás del movimiento sober curious hay una figura clave, Ruby Warrington. En su libro Sober Curious (2019), promovió la idea de cuestionarse la relación con el alcohol sin necesidad de ser alcohólico ni renunciar a beber para siempre. Su primera pregunta es: «¿Bebería si no fuera una costumbre social?» y, a partir de ahí, propone examinar qué razones hay detrás de esa copa. Warrington, que alude al alcohol como «valium social», señala que «muchas personas usan el alcohol para socializar o calmar nervios, pero hay alternativas que permiten sentirse con confianza sin recurrir a la bebida». Su enfoque no es el de la abstinencia total; sencillamente invita a replantearse la relación con el alcohol.


Tras la publicación de su libro, la autora popularizó el término sober curious en la comunidad en Facebook y su podcast, y progresivamente fue creciendo esa idea de consciencia, bienestar y la invitación a vivir «en alta definición emocional sin anestesia alcohólica».
Así, lo que en un principio parecía una reflexión individual se convirtió, poco a poco, en un fenómeno colectivo. La propuesta de cuestionar la relación automática con el alcohol resonó especialmente entre mujeres jóvenes, urbanas y con interés por el autocuidado, la salud mental y el bienestar holístico.
Las chicas fueron las primeras
Y fue en las redes sociales donde el movimiento sober curious encontró su mayor altavoz. Instagram, TikTok y YouTube se llenaron de testimonios, retos de 30 días sin alcohol, de estilosos cócteles alcohol free y de publicaciones sinceras sobre cómo cambia la vida cuando dejas de beber.
Así nació el girl sober, una corriente con fuerte presencia digital que no solo promueve la sobriedad como elección consciente, sino que la vincula con empoderamiento, belleza natural, piel luminosa y salud emocional. Lejos del estigma asociado a la abstinencia, beber agua con gas con una rodaja de pepino empezó a verse más cool que el gin-tonic.
¿Y qué pasa con los chicos? Mientras el girl sober ha ganado fuerza como una expresión de autocuidado y empoderamiento femenino, empieza a emerger, aunque de forma más discreta y sin tanta presencia mediática, un movimiento de hombres que también están cuestionando su relación con el alcohol. Alejados de los estereotipos tradicionales de masculinidad que asocian el beber con la hombría, estos sober men comparten en foros y comunidades online cómo la sobriedad ha mejorado su bienestar emocional, sus vínculos y su claridad mental. Aunque no tenga aún un hashtag viral, esta tendencia apunta a un cambio de fondo que, poco a poco, también está calando entre ellos.
El papel de las redes como altavoz
Como ocurre con casi todo lo que define a la generación Z, y en buena medida también a los millennials, las redes sociales han jugado un papel clave en la expansión del movimiento sober curious.
Instagram, TikTok y YouTube no solo han servido como escaparate de estilos de vida sin alcohol, sino también como espacios de apoyo, inspiración y comunidad. Así, viralizan retos como 75 Hard (75 días sin alcohol) o hashtags como #SoberIsSexy. Y grupos como Sober Girl Society en Instagram ofrecen apoyo y alternativas sociales.
De esta manera, a través de hashtags, retos virales y testimonios personales, miles de jóvenes han compartido sus motivos para dejar de beber, sus estrategias para socializar sin alcohol y los beneficios físicos y emocionales que han experimentado. Lo que antes podía vivirse en soledad, o incluso con cierta vergüenza, ahora se convierte en una elección compartida, celebrada y, sobre todo, visible. Las redes no solo han dado voz a esta tendencia, sino que la han convertido en una conversación cultural.
¿Moda o cambio real?
No falta quienes piensan que este movimiento es solo postureo, y que se utiliza la sobriedad para conseguir likes. Pero hay estudios que muestran que los hábitos están cambiando. Así, por ejemplo, un informe de Berenberg Research señala que la Generación Z consume un 20 % menos de alcohol per cápita. que los millennials cuando tenían la misma edad, y que un 64 % de ellos planea beber menos en la vida adulta.
Asimismo, un informe de NielsenIQ apunta que el mercado de bebidas sin alcohol creció un 20% en 2022. También están aumentando los lugares que ofrecen experiencias sober, como por ejemplo los sober bars en Londres o Nueva York. Y, además, el movimiento está llegando también al terreno de las citas. Así, apps como Bumble promueven dry dating, citas sin alcohol, asociándolo a conexiones más auténticas y profundas.
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