
Parar de vez en cuando no es vaguería. Es una necesidad por salud mental para evitar el burnout. FOTO: Leonardo Di Caprio en la película El Lobo de Wall Street.
La salud mental es el KPI que nadie mide
Antonio López, experto en economía digital, advierte del burnout: «Si tu te rompes o tu equipo se quema, tu producto acabará por caer»
Aunque trabajemos con tecnologías digitales, no somos máquinas. Nuestro cerebro necesita desconectar para recuperar toda su creatividad. Desoír las señales de alarma puede arruinar tu carrera.
14 DE DICIEMBRE DE 2025 / 08:00
El insomnio te persigue, te despiertas con taquicardias y tienes brotes de urticaria porque tu cuerpo somatiza tanta presión. Tu psicólogo te advierte: sufres estrés crónico y burnout, las dos grandes bestias negras de los profesionales que trabajan en sectores de alta competitividad, como las finanzas, los negocios o el mundo digital. Si sigues así, te costará la salud mental. Pero tú estás convencido de que puedes seguir tirando. Que es cuestión de empeñarse un poco más. Pero ese burnout está arruinando tu creatividad y será cuestión de tiempo que arrase con tu proyecto profesional.
Pero, ¿y si el mensaje viene de uno de los mejores consultores en SEO de España, cuya mano está detrás del excelente posicionamiento web de muchos de los e-commerce que usamos habitualmente? Él explica lo mismo que tu psicólogo, pero en términos de KPIs y viabilidad de negocio. «La salud mental es un KPI que nadie mide. Un KPI invisible que, cuando falla, arrastra todo lo demás consigo», señala Antonio López, director de Seostar y profesor en ENAE Business School.
El estrés como un virus altamente contagioso
Acostumbrado a impartir formaciones sobre destrezas digitales a altos ejecutivos, López conoce de primera mano el estrés de posicionar una web en las primeras posiciones de Google. También, el coste en salud de trabajar 24/7. Advierte que muchos profesionales se rompen creyendo que pueden dar siempre un poco más sin parar. «La ecuación es simple: Si tú te rompes, tu capacidad de decisión se desploma. En esas circunstancias, tu creatividad desaparece. Tu equipo se contagia, tus clientes lo notan y tu negocio se resiente», señala.
Cuando los números empiezan a torcerse, lo normal es empecinarse aún más. Aunque tu psicólogo te sugiera parar, prefieres escuchar a tu gestor y seguir nadando a contracorriente. Es el ‘si me esfuerzo más, esto volverá a florecer’, en vez de asumir, como señala la psicóloga Olga Albadalejo, que «es lo que hay». Porque empecinarse cuando estamos agotados, cuando el burnout profesional está dinamitando toda tu valía, rara vez funciona. El negocio se estrella y arrastra todo consigo. La fatiga crónica era ese KPI que todos desoyeron hasta que fue tarde.
No eres el Lobo de Wall Street
Vivimos en la cultura del hustle hard, esa dañina creencia nacida en Wall Street de que hay que estar siempre a tope, que cada día hay que crecer un poco más. Que parar es de débiles. «Nos tomamos la vida profesional como una competición. Sobre todo, en el sector digital parece que hay una competición a ver quién duerme menos, a ver quién contesta más rápido en Slack … Durante mucho tiempo pensé que estar estresado era sinónimo de ser importante. Si estaba agobiado es que tenía mucho trabajo y si tenía mucho trabajo, es que todo me iba genial. ¡Qué equivocado estaba!», explica el CEO de SEOStar.
Frente a la filosofía del querer es poder, advierte que «el estrés crónico no es una medalla. Es un fallo del sistema. El cerebro es como un coche: cuando trabajamos con el motor revolucionado al máximo, al final, se gripa».
Estrés, ese ladrón de guante blanco que te roba la creatividad
En el mundo de los negocios y en las profesionales liberales la clave está en la creatividad, en aportar algo original, inédito, especial. Algo que no tengan los demás. «Nuestra herramienta es la creatividad y la capacidad de análisis. Cuando tienes cortisol por las nubes, el cerebro se bloquea. Literalmente nos volvemos más tontos, pasamos a ser reactivos en lugar de proactivos».
Reconoce haber visto proyectos brillantes desmoronarse. «No por falta de financiación. No por mala estrategia. No por competencia. Sino porque la persona o el equipo que los sostenía llegó al límite», comenta advirtiendo del peligro del burnout.
Haz caso a tu psicólogo: desconecta
Nuestro cerebro no está preparado para el multitasking. Intentar hacer varias tareas de forma simultánea y robarle tiempo al descanso pasa factura. Antonio López lo resume así: «Estar ocupado no es lo mismo que ser productivo. Acabas llegando a la parálisis por análisis, empiezas cinco cosas y no acabas ninguna. No estás fresco y los clientes lo notan», apunta. El experto en crecimiento persona Allen Percy lo resume así: «Muchas veces estamos tan centrados en hacer tareas y ser productivos que olvidamos que el descanso también es necesario para el bienestar. Permitir que nuestra mente divague, sin un objetivo o tarea específicos, puede ser una forma poderosa de recargar energía. Esto no significa estar aburrido (aunque, ¿por qué no?), sino dejar que el tiempo pase sin expectativas».
Por suerte, nuestro cerebro tiene una elasticidad fabulosa y es capaz de recuperar la creatividad si le damos un descanso. «Pon límites al trabajo. Ponte una hora de cierre, aprende a decir a los clientes ‘esto lo vemos mañana’, no respondas correos a las 11 de la noche, sal a caminar sin cascos…», añade. En otras palabras: desconecta del trabajo al 100%. Por tu bien y por el bien de tu negocio.
La salud mental no perdona ni a los grandes
Lola Índigo o Antonio Orozco, entre otros, han reconocido haberse roto cuando su salud mental se ha quebrado. Justin Bieber, Simone Biles y otros muchos famosos también han hablado públicamente acerca de su lucha contra el estrés, la depresión o la ansiedad.
Para no llegar a esos extremos Almudena Beltrán de Miguel, internista y especialista de la Unidad de Chequeos de la Clínica Universidad de Navarra, coincide en la necesidad de dedicar tiempo al autocuidado. «Uno de los errores más frecuentes es normalizar síntomas que son señales de alarma. El cuerpo da avisos antes de enfermar: cansancio constante, insomnio, cefaleas frecuentes, irritabilidad, dificultad para concentrarse o molestias digestivas», explicaba desde las páginas de WeLife.
Parar no es capitular, es tomar impulso
La doctora Beltrán señala que «el estrés sostenido altera el equilibrio del sistema nervioso, endocrino e inmune, lo que puede dar lugar a cuadros clínicos como hipertensión, ansiedad generalizada, colitis funcional, dermatitis e incluso trastornos metabólicos. Estar atento a estas señales, registrar su frecuencia y evolución, y consultar con un profesional de salud si persisten. Pedir ayuda a tiempo es un acto de autocuidado, no de debilidad».
Saber parar a tiempo y descansar de forma regular es una forma de autocuidado que no cotiza en Bolsa. Pero es –como recuerda Antonio López– ese KPI que va a dar alas a tu proyecto profesional. «Es esa pausa que permite al cerebro recuperar frescura. Como cuando desfragmentas un disco duro y recuperas un montón de memoria. Si quieres llegar lejos en tu carrera, tienes que cuidarte. El éxito no sirve de nada si llegas a la meta hecho polvo, si no tienes salud para disfrutarlo. Si tú te rompes o si tu equipo se quema, el producto acabará por caer».
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