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Comportamiento
¿Vives con un egocentrista? Así son y así puedes mejorar tu relación con ellos
Una persona egocéntrica se caracteriza por tener como objetivo la obtención de beneficios para sí mismo, sin tener en cuenta a los demás. Afortunadamente, este tipo de comportamientos se puede tratar.
Por Laura Palomares
15 DE OCTUBRE DE 2021 / 12:59
En la actualidad, el ser humano vive un momento de mirar más hacia dentro que hacia el exterior. A pesar de haber dado un respiro “obligado” al mundo con la pandemia y que gran parte de la población vive ya concienciada con hábitos sostenibles como el reciclaje, el zero waste o la progresiva sustitución del plástico, aún queda mucho camino por recorrer para mantener a salvo nuestro planeta. Y es que, no estamos solos en el universo y debemos mantener una empatía con todos los seres vivos que habitan nuestro hábitat.
Aunque todos podemos ser egocéntricos en mayor o menor medida en un momento dado de nuestras vidas, ¿qué ocurriría si la mayoría de los adultos fuésemos egocéntricos? Está claro que el planeta se extinguiría. Existen personas que muestran una tendencia más marcada que dificulta la convivencia con los demás. Esta actitud acusada es la que nos indica que estamos delante de un egocéntrico.
El egocéntrico tiene la necesidad constante de colmar las propias necesidades sin pensar en los demás. A estas personas no les importa la repercusión que sus actos puedan tener sobre el resto porque solo miran por ellos mismos.
A menudo, este trastorno se trata de un mecanismo de defensa debido a una baja autoestima y a la falta de habilidades sociales. A diferencia del narcisismo, no instrumentalizan ni tratan de aprovecharse del otro, pero tampoco le tienen en cuenta y aunque sí tienen la capacidad de empatizar, no suelen hacerlo. Es decir, a la persona egocéntrica no le interesa la opinión del otro o si va en contra de sus intereses, es por ello que actuará de forma egoísta.
Señales inequívocas de un egocéntrico
– No comparten. Estas personas no suelen compartir con nadie ya que piensan que salen perdiendo. Esto se debe a que se centran en el valor material y no atienden a valores emocionales o éticos, lo cual es muestra de una personalidad inmadura que se ha quedado atascada en etapas tempranas del desarrollo a la hora de entender los afectos de forma superficial.
– Acaparan la atención. No dan espacio para que los demás se expresen y suelen ponerse de ejemplo y hacer referencia a sí mismos constantemente en las conversaciones.
– Se anteponen a los demás, sin pensar en las consecuencias o valorar la negociación para que nadie salga perjudicado.
– No escuchan. Dan poca importancia a la opinión del otro y esto dificulta la convivencia y la relación personal. No es fácil, por este motivo, profundizar en la relación.
– Muestran poco respeto por los demás y lo que les rodea. Pueden ser muy invasivos y no respetan las normas sociales o de educación, si ven peligrar sus intereses.
– A veces mienten. Pueden contar una verdad a medias, ocultarla e incluso manipular, para satisfacer sus necesidades.
– Se auto-engañan, con la intención de justificar sus acciones.
Algunos tips para una buena convivencia
Dado que las personas muy egocéntricas saltan los límites del otro con cierta facilidad, es muy importante ser firme con ellos, dentro de la comunicación asertiva. No olvidemos que sí pueden empatizar, y por ello es bueno mostrarse muy firme en los límites, expresar las propias necesidades y saber decir “no” sin sentirte culpable.
Otra recomendación es hacerles ver que sus actos tienen consecuencias y que si sobrepasan ciertos límites, no se podrá establecer una relación de confianza.
Por último, es bueno expresarles nuestras emociones y mostrarles que es necesaria una negociación para poder convivir sin dañar, señalándoles las consecuencias inmediatas y a largo plazo de no atender al otro.
Egocentrismo versus egoísmo: ¿hay diferencia?
Ambos conceptos están relacionados, pero no significan lo mismo. El egoísmo es una actitud por la cual uno piensa en su propio beneficio pasando por encima del otro. Aquí sí hay consciencia de que ese beneficio puede repercutir negativamente a la otra persona, pero aún así lo llevo a cabo. Es decir, existe una empatía. Mientras que el egocentrismo, como el breadcrumbing, es una manera de vivir que gira entorno a las propias necesidades, y a la vez muy inmadura y más inconsciente. Aquí no hay una empatía con el otro, ni un razonamiento. Sencillamente, la persona gira entorno a sí misma sin ser consciente de lo que puedo provocar alrededor.
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