Así funciona la gimnasia cognitiva para el cerebro que aumenta tu capacidad mental

El cerebro, con toda su complejidad, es plástico. Esta idea es importante para darnos cuenta de que el cambio es posible. En hábitos, en pensamiento e incluso en mejorar la flexibilidad cognitiva. Y como afirmó el padre de la neurociencia, Santiago Ramon y Cajal, todos podemos moldear nuestro cerebro si nos lo proponemos, a través del entrenamiento cognitivo.

Para ello, hay que empezar por comprender que, para nuestra mente, los desafíos, los retos y los nuevos aprendizajes funcionan como gasolina. Una neuróloga nos explica cómo entrenar y usar la gimnasia cognitiva para lograr los mayores beneficios.

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Qué es la gimnasia cognitiva

Se denomina gimnasia cognitiva a cualquier actividad que nos obligue a utilizar nuestras funciones cognitivas. Es decir, trabajar nuestra memoria, atención, capacidad de abstracción, orientación espacial, cálculo, lenguaje, percepción, etc. Pero, aclara la Dra. Marta Rodríguez Peña-Marón, neuróloga del Hospital Los Madroños es importante «que lo haga de modo que requiera un esfuerzo por nuestra parte, que nos suponga un reto».

Entrenar de este modo nuestra mente mejora nuestra capacidad de adaptación, entre otras cosas. «Y dado que nos permite adaptarnos al entorno que nos rodea, nos ayuda a mantenernos más estables emocionalmente», apunta la médica.

Cómo nos puede beneficiar la gimnasia cognitiva

La gimnasia cognitiva ayuda a preservar las capacidades intelectuales de todas las personas, tanto de las que no presentan ningún deterioro cognitivo, que se mantendrán más tiempo gozando de un buen funcionamiento, como de aquellas que tienen deterioro, a las que puede ayudar a retrasar su progresión.

Entrenar cognitivamente, además, nos puede ayudar a aumentar nuestra capacidad mental y ser más flexibles. «Sin duda, el entrenamiento mental mejora la capacidad funcional de la actividad entrenada, por lo tanto permite potenciar nuestras capacidades y nos convierte en personas cognitivamente más flexibles», confirma la neuróloga.

Qué importancia tiene entrenar la mente

Uno de los beneficios que se logran, por tanto, al entrenar de forma cognitiva es mejorar la flexibilidad cognitiva, o sea nuestra capacidad mental para adaptarnos a los cambios. Así, Marta Rodríguez Peña-Marón destaca que será posible «ver las cosas de otras manera, para modificar nuestra creencias o actitudes y para buscar soluciones a nuevos problemas utilizando de otro modo nuestro conocimiento previo, o adquiriendo nuevos conocimientos según sea necesario».

Entrenar la mente es esencial para el buen funcionamiento del organismo y para mantener la salud, en todos sus aspectos. Por eso la doctora subraya que «debe formar parte de nuestra actividad diaria». Este entrenamiento se realiza practicando actividades que potencien la abstracción y creatividad.

Cómo entrenar la flexibilidad cognitiva

Para entrenar la flexibilidad cognitiva, la experta señala que sería posible usar a nuestro favor la disonancia cognitiva, o sea el malestar que se produce en nosotros al sentir una discrepancia entre lo lo que pensamos o creemos, y lo que a veces hacemos. «Ser conscientes de esta discrepancia requiere auto-observación, capacidad de introspección y de abstracción», apunta la doctora.

Pero también recuerda que aprender a superar este malestar implica aceptar que podemos estar equivocados, que debemos cambiar, que sabemos adaptarnos. «En definitiva, superar la disonancia cognitiva es una forma de entrenar la flexibilidad cognitiva», remarca.

Ejercicios para entrenar cognitivamente

Para practicar la gimnasia cognitiva se puede optar por actividades que nos diviertan y encajen con nuestros gustos personales. «De ese modo, será posible mantener su práctica durante muchos años y lograr así los mayores beneficios», recomienda la Dra Marta Rodríguez Peña-Marón.

Hay una gran variedad de ellas, desde las más sencillas, como pintar mandalas, hacer puzzles, sopas de letras, crucigramas o sudokus, jugar a las cartas, ajedrez, dominó o juegos de mesa, hasta otras más complejas, como participar en clubs de lectura, apuntarse a actividades culturales o a aprender alguna disciplina artística.

Por otro lado, la neuróloga del Hospital Los Madroños recuerda que también se obtienen grandes beneficios practicando actividades nuevas. Por ejemplo, aprender un idioma o a tocar un instrumento musical, un nuevo deporte, o leer un libro todos los días. «Tendemos a pensar que la gimnasia cognitiva es una actividad sólo mental, pero hay muchas actividades físicas que potencian nuestras capacidades cognitivas. En especial la concentración, por ejemplo, taichi o yoga, pero también deportes de raqueta», concluye la experta.