
Por mucho que te cuides la piel, si no contralas el estrés, seguirán apareciendo granitos y rojeces. Respira hondo y relaja. Hazlo por tu piel. FOTO: Pexels/ ©Kha Ruxury.
Relajar es bueno para la salud
Granitos, malas digestiones, alergias… pistas para detectar cuándo tu cuerpo somatiza el estrés
Dolencias que vienen y van, pero que se hacen fuertes cuando los niveles de estrés se disparan. Tu cuerpo te está pidiendo parar. Un médico te enseña a reconocer estos síntomas.
Por Paka Díaz
4 DE NOVIEMBRE DE 2025 / 17:00
El 70% de las enfermedades actuales tienen algún componente psicosomático. Son cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que alertan de dolencias que no nacen exclusivamente de una causa física, sino de la interacción entre el cuerpo y las emociones no gestionadas. Nuestro cuerpo somatiza el estrés y nos lo grita en forma de erupciones en la piel, alergias repentinas, diversos tipos de insomnio o rigidez muscular.
El doctor David Ponce, médico y autor del libro El miedo duele. Anatomía de las emociones, explica que «el cuerpo es el espejo de la mente. Cuando la mente no puede más, el cuerpo toma la palabra». Su visión integra la medicina con la psicología y la biología del estrés, un campo que en los últimos años ha cobrado protagonismo en la investigación médica.
Tu cuerpo te está avisando
Estos cambios no surgen de un día para otro. Son el resultado de una acumulación de emociones negativas que, a la «Son muchos los síntomas que el ser humano puede experimentar cuando está en un estado de ansiedad o estrés», explica Ponce. «Entre ellos, la sudoración, las palpitaciones, la sensación de mareo o la pérdida del apetito. Pero, cuando el estrés se prolonga, aparecen manifestaciones más crónicas: rigidez muscular, bruxismo, insomnio e incluso depresión».
Estos síntomas no deben interpretarse como una ‘debilidad’ del cuerpo, sino como una señal de alarma. Una llamada a revisar el equilibrio entre lo que pensamos, sentimos y hacemos.
Fantasear con el desastre también afecta
Para entender por qué las emociones se transforman en síntomas físicos, el doctor Ponce recuerda que «el sistema nervioso central organiza todos los sistemas del organismo». Este se divide en dos grandes ramas: el sistema simpático, encargado de activar la alerta, y el parasimpático, que induce el descanso. «El problema es que el ser humano es el único animal capaz de activar su sistema simpático sin una amenaza real», explica. La analogía que pone es que, cuando una cebra huye del león, si el peligro pasa, su cuerpo se relaja. «Nosotros, en cambio, segregamos cortisol y adrenalina solo con imaginar el león», indica el médico.
Ese exceso sostenido de hormonas del estrés provoca un desequilibrio metabólico que puede desencadenar alergias, erupciones cutáneas, inflamación articular o migrañas, entre otros síntomas. «No es casual —añade— que las consultas por dermatitis, colon irritable o dolores musculares aumenten en épocas de mayor presión emocional».
Pon silencio entre tanto estrés
Ponce subraya que la frontera entre lo físico y lo mental es una ilusión. «Ya lo dijo Aristóteles: no podemos separar el cuerpo de la mente. Lo que pensamos y sentimos deja una huella fisiológica». Por eso, aprender a reconocer los síntomas antes de que el estrés se convierta en enfermedad es fundamental. Y «solo podemos diferenciarlos cuando somos capaces de observarlos con consciencia, sin entrar en pánico», advierte.
Técnicas como el mindfulness o la atención plena ayudan a identificar lo que el cuerpo intenta comunicar. El médico insiste en que no se trata de «psicologizar» cualquier dolencia, sino de añadir una mirada integral. El cuerpo no miente. Pero para entender su lenguaje necesitamos silencio interior y autoconocimiento», asegura.
Los cuatro pilares de la vida saludable
Para interpretar las señales del cuerpo, «debemos buscar coherencia entre lo que somos, pensamos y hacemos», afirma Ponce. Entre las medidas a tomar, recalca llevar una vida saludable. También una buena alimentación, descanso reparador y ejercicio físico. Estas son las cuatro claves básicas. «Pero también lo son la estabilidad emocional y el control del miedo. Que es la raíz de la mayoría de los estados de ansiedad», añade.
Esa coherencia interior no se alcanza de un día para otro. Requiere práctica y una disposición a vivir el presente «de manera relajada y consciente», en palabras del especialista.
Conexión entre mente, intestino y emociones
Diversos estudios de neurociencia confirman que el abuso de pantallas reduce la capacidad de concentración. Y eleva los niveles de cortisol, la hormona del estrés. En su consulta, el doctor Ponce acostumbra a mostrar a los pacientes modelos anatómicos para explicar la interdependencia entre cuerpo y mente. «La serotonina, esa hormona tan necesaria para la estabilidad emocional, se segrega en un 90 % en el intestino. Por eso tener salud intestinal es tener salud mental».
Algo similar sucede con la dopamina, cuya liberación natural se asocia al ejercicio y al placer saludable. Ahora la generamos en buena medida por estímulos tecnológicos, como redes hacer scroll en las sociales o consultar el móvil de forma constante en busca de notificaciones. «Esa adicción a la dopamina digital nos impide descansar. Y altera profundamente nuestros circuitos de bienestar», alerta el médico.
Hábitos preventivos contra el estrés
«La epigenética condiciona el 80% de nuestro estado de salud», sostiene Ponce. Eso significa que lo que hacemos, comemos y pensamos influye en cómo se expresan nuestros genes. «No todo está escrito: tenemos margen para cambiarlo con conciencia», apostilla.
Cambiar hábitos, reducir la exposición al miedo y cultivar una vida más coherente son, según el autor, las verdaderas medicinas preventivas del siglo XXI. «Cuando aprendemos a escucharnos, el cuerpo deja de doler para empezar, al fin, a sanar», concluye.
- TEMAS
- VIDA SALUDABLE
WeLife hoy
EstrésEnvejecimientoMadblueFruta del dragónSnacks saludablesSiguenos :)