Ese pequeño sensor está estudiando tus ondas cerebrales. FOTO: Atlas.
Ahora podrás leer tu propia mente
Tu próxima app de bienestar podría leerte el cerebro con un sensor tras la oreja
Hubo un tiempo en que teníamos pavor a que nos leyeran la mente. Ahora los científicos nos proponen decodificar los impulsos neuronales y servirlos en una app de colores en el móvil.
Por María Corisco
30 DE OCTUBRE DE 2025 / 07:30
Desde que los relojes inteligentes empezaron a medir pulsaciones, oxígeno en sangre o fases de sueño, el siguiente paso lógico a la par que fascinante era el de mirar hacia adentro de tu mente. En otras palabras: medir la actividad neuronal con un sensor cerebral. Durante años, ese territorio pertenecía a los laboratorios: entornos controlados, electrodos pegados al cuero cabelludo y cables conectados a ordenadores que registraban la más mínima variación eléctrica. Pero, en apenas una década, la neurotecnología ha pasado de esos espacios herméticos a diseñar productos de bienestar, con el cerebro como última frontera del quantified self.
Hoy, las empresas de sector compiten por convertir las señales eléctricas más silenciosas en datos útiles para optimizar concentración, sueño, estrés o creatividad.
Vamos a medir impulsos cerebrales
Igual que se miden los latidos del corazón para ver si vamos altos de pulsaciones, también se puede medir el ajetreo cerebral. Imagina un pequeño sensor colocado discretamente detrás de la oreja, que monitoriza tu actividad cerebral en tiempo real, interpreta los patrones neuronales y te da retroalimentación sobre cuándo tu mente empieza a nublarse.
Eso es lo que propone Atlas, una startup nacida de la alianza entre neurocientíficos de Oxford y Cambridge, respaldada con 14 millones de dólares en su lanzamiento público. Su dispositivo —un nanosensor invisible— descifra señales cerebrales mientras realizas tu rutina diaria. Así puedes comprobar cómo el sueño, el uso del móvil, el ejercicio y los hábitos diarios afectan a tu claridad mental.
La nueva frontera de la longevidad
Como explican los creadores de este sensor cerebral, «las ondas cerebrales serán el próximo gran indicador biológico. Medir la salud cerebral diaria se convertirá en la nueva frontera del rendimiento y la longevidad».
Desarrollado por expertos con credenciales académicas punteras, Atlas busca situarse en el cruce entre la ciencia y el bienestar. No es simplemente un gadget, sino un puente entre tu cerebro y tus decisiones conscientes.
Todos apuntan al cerebro
Pero no se trata de una apuesta aislada: el sensor cerebral de Atlas es parte de una oleada de dispositivos que leen el cerebro desde fuera (sin cirugía) y buscan interpretar lo que ocurre en él.
- Emotiv: crean neuroheadsets que captan datos EEG para medir atención, emoción o fatiga mental.
- Muse (Interaxon): una banda cerebral que usa tus ondas para mejorar sesiones de meditación guiada.
- Neuroelectrics: combina monitoreo EEG con estimulación cerebral (tDCS/tACS) en entornos clínicos.
- NextSense / Neurable: auriculares con sensores cerebrales integrados para captar actividad neuronal sin casco.
- OpenBCI: hardware y software de código abierto para investigadores y entusiastas de las interfaces cerebro-máquina.
¿Qué se quiere conseguir y por qué ahora?
El objetivo no es trivial: no se trata de que el dispositivo lea tu mente como si estuviéramos en una distopía digna de Black Mirror. Estos cachivaches ayudan a identificar signos tempranos de fatiga cognitiva, bruma mental o lapsos de concentración. Si puedes saber que tu cerebro empieza a colapsar, podrías adaptar tu día, hacer pausas conscientes, cambiar hábitos antes de que el cansancio se traduzca en estrés crónico, ansiedad o burnout.
¿Por qué ahora? Porque los sensores son más pequeños, el procesamiento de datos más eficiente y los algoritmos más poderosos. La inteligencia artificial permite decodificar señales neuronales en tiempo real. Y la sociedad está más receptiva: después de medir sueño, pulso o pasos, el siguiente salto natural es la mente humana como terreno de medición.
Primeros pasos… pero con retos por delante
Atlas y sus competidores apenas están al inicio de una carrera larga, y aún quedan desafíos técnicos importantes:
- La señal cerebral es extremadamente tenue y está plagada de ruido (movimientos musculares, interferencias eléctricas).
- Cada cerebro es distinto, lo que exige calibraciones personalizadas.
- La ética y la privacidad son esenciales: ¿quién accede a tus datos mentales?
- Y la utilidad práctica sigue siendo debatida.
Como señalaba recientemente el neurocientífico Michael Platt, de la Universidad de Pensilvania, «la ambición de la neurotecnología portátil es sacar la neurociencia del laboratorio y ponerla en manos de las personas para que puedan alcanzar su máximo potencial». Pero advierte que «medir no basta: puede haber una desconexión entre los beneficios que se asumen y los resultados reales si los datos no se traducen en cambios de comportamiento».
Estos dispositivos son semillas. Con el tiempo, podrían integrarse en rutinas de bienestar personal, salud mental preventiva o entornos laborales inteligentes. Pero para eso todavía hacen falta validaciones científicas, regulaciones claras y, sobre todo, transparencia.
¿Y a ti para qué te podría servir?
La neurotecnología no viene a robarte el pensamiento, sino a hacer visible lo que ya sucede en la mente. Piensa en tu jornada: si un dispositivo te avisara justo cuando tu concentración desciende, podrías detenerte, darte un respiro y evitar errores. Si al final del día el sensor detecta baja claridad durante varias horas seguidas, podrías revisar tu rutina nocturna o tus hábitos digitales.
No todos necesitamos convertirnos en usuarios del cerebro cuantificado, pero podría ser de gran ayuda para estudiantes, creativos o profesionales de alto rendimiento intelectual. Como resume el equipo de Atlas, «la salud cerebral será tan medible como el sueño o el ritmo cardíaco; la diferencia está en qué hacemos con esa información».