Los sueños recurrentes más comunes: por qué se repiten y qué significan

Tras un día de trabajo, lo que más apetece (sobre todo en invierno) es meterse en la cama y pasar página. Y mucho más si el día no ha sido para nada sencillo. Mañana será mejor. Solo tienes que dejarte caer en los brazos de Morfeo y lograr el merecido sueño reparador que tanto necesitas. Pero no hay suerte porque, de nuevo, te asalta ese sueño que tienes desde hace semanas o que ya has visto en el pasado tantas veces. Y no es un sueño agradable: es una pesadilla. ¿No echan nada nuevo en mi cerebro? No te preocupes, es algo muy normal. Y parece que tu cerebro te quiere decir algo.

Todo el mundo tiene sueños recurrentes. Un estudio llevado a cabo en Hong Kong revela que el 5,1% de la población, sobre todo mujeres, sueña la misma pesadilla al menos una vez a la semana. Pero tampoco se ha establecido una frecuencia concreta, ya sea semanal, mensual o anual, para que un sueño sea considerado recurrente. Basta, como explica la psicóloga clínica Elena Jiménez, “que el soñador perciba que ha tenido el mismo sueño, o uno muy similar, múltiples veces”. Lo que, según datos de la Fundación Americana del Sueño, experimenta un 60-75% de los adultos estadounidenses. Estos son los sueños recurrentes más comunes.

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Cuáles son los sueños más recurrentes

Lo sueños, o más bien pesadillas, recurrentes más comunes son aquellos en el que el soñador cae al vacío, es perseguido (y por lo general no se puede mover), está desnudo en público, pierde a un ser querido o está a punto de perder su propia vida. Todo ello sin olvidar el clásico de la vuelta al colegio para, ya sea vestido o sin ropa, hacer un examen para el que no te has preparado.

Sin embargo, ya eres adulto y tus días de escuela quedaron atrás. Entonces, ¿por qué mi cerebro me hace volver a vivir la experiencia una y otra vez?

Por qué se dan los sueños recurrentes

Los sueños recurrentes pueden aparecer por múltiples razones, entre otras para rememorar un trauma del pasado, como podría ser un accidente de coche, o reflejar una situación inconclusa que te provoca malestar y, por tanto, requiere resolverse.

Pero como ya reconociera el propio Sigmund Freud, no hay una manera universal para analizar correctamente un sueño recurrente. Elena Jiménez recuerda que “un sueño recurrente podría ser la manera que tiene el subconsciente de indicar al soñador que ha llegado el momento de dejar de evitar la situación que lo origina y tratar de resolverla. Pero tampoco tiene por qué ser así”.

De hecho, muchos de estos sueños son solo la suma de pequeños «bocados« de información aleatoria que acumulas durante el día. Por ejemplo, aunque el uso de pantallas en las horas previas a acostarte es muy poco recomendable, acostumbras a ver la misma serie de televisión antes de dormirte. O puede que hayas tenido en el trabajo la misma conversación de todos los días. Y esa información reiterativa se traslada a tu sueño: tu cerebro no te regaña.

Cómo ponerle fin a las pesadillas

Da igual de dónde proceda. Es la misma pesadilla de siempre y quieres que pare. ¿Qué puedes hacer? Pues si hace que te despiertes aterrado en medio de la noche, es recomendable que la plasmes en tu diario de la forma más precisa posible. Las pesadillas no dan tanto miedo a la luz del día, y analizar sus detalles podría ayudarte a identificar qué es lo que la origina y ponerle fin de una vez por todas.

También es posible que tu subconsciente te señale una situación que arrastras desde hace demasiado tiempo y a la que no te ves capaz de enfrentarte. Es el momento, apunta Elena Jiménez, “de buscar ayuda profesional y concertar una cita con un psicólogo o un psiquiatra”.

Antes de recurrir al diván, trata de poner en práctica este truco de experto: completa la historia como a ti te gustaría. Tu descanso se ha visto interrumpido y sabes que, de no poderle remedio, te volverá a pasar en el futuro, así que coge el toro por los cuernos y visualiza un final feliz y placentero con el que concluir el sueño antes de volver a dormirte.