La DANA se produce cuando una corriente de aire frío en altura choca con un aire más cálido y húmedo que se encuentra en capas más bajas y que proviene de la evaporación del agua del mar. FOTO: Getty.
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Todo lo que deberías saber sobre la DANA
¿A qué se debe el fenómeno que ha provocado una catástrofe en Valencia y otros puntos de España? Preguntamos a los expertos.
Por Ana de Santos
01 DE NOVIEMBRE DE 2024 / 12:45
El fenómeno meteorológico extremo que ha producido una catástrofe en el litoral mediterráneo y otros puntos de España abre el debate de la crisis climática. Un asunto no exento de complejidad, pues está relacionado con disciplinas como la geología, la biología, la oceanografía, la meteorología, la física, la química… En palabras de la bióloga Odile Rodríguez de la Fuente: “El clima es el resultado de la interacción de todas las partes del planeta. Son cambios en las corrientes oceánicas, en las corrientes atmosféricas… y cambios de las grandes zonas climáticas del planeta tal y como las conocemos”. Un problema que nos ha afectado de forma directa y devastadora con la mayor DANA del siglo (en el momento en el que se publica esta noticia se han registrado 158 muertos y decenas de desaparecidos).
Qué es una DANA
El cambio climático no es la causa directa de una DANA, pero sí amplifica sus efectos. El acrónimo DANA significa Depresión Aislada en Niveles Altos. Se trata de un fenómeno meteorológico que se produce cuando una masa de aire muy frío queda aislada y empieza a circular a altitudes muy elevadas fuera de la circulación general de la atmósfera. “Entonces, esta corriente de aire frío en altura choca con un aire más cálido y húmedo que se encuentra en capas más bajas y que proviene de la evaporación del agua del mar, la cual está más caliente. Esto genera una situación atmosférica muy inestable que favorece la formación de fuertes tormentas y precipitaciones, sobre todo al final del verano y principios de otoño, cuando la temperatura del mar es más elevada y la evaporación es más intensa”, explica Silvia Frías, investigadora en Eurecat y el Centro de Resiliencia Climática.
Para hacernos una idea de las dimensiones de lo ocurrido, sirva este dato: en Valencia suelen caer hasta 500 mm de agua en un año. Y en esta tormenta llovió esa cantidad en tan solo algunas horas. “El aumento progresivo de la temperatura superficial del agua del mar, causado por el cambio climático, hace que la evaporación de dicha agua sea más intensa y suceda durante más meses al año, lo que provoca más energía y humedad en la masa de aire, dando lugar a DANAs más potentes y a fuertes tormentas con lluvias intensas como las que estamos viviendo estos días”, añade la experta.
“No todos los mares suben igual de temperatura, el Mediterráneo está subiendo a una velocidad mucho mayor de las predicciones, por lo que su evaporación es mayor. A esto tenemos que unir el desgajamiento del vórtice polar Ártico, una masa de aire frío procedente del Ártico”, añade Odile Rodríguez de la Fuente.
¿Puede volver a ocurrir?
El meteorólogo Mario Picazo está de acuerdo en que el cambio climático favorece que se den estos fenómenos con mayor frecuencia e intensidad, mientras se mantengan las altas temperaturas del mar. En su opinión, cuando el agua del Mediterráneo se calienta, su energía ayuda a que las tormentas se intensifiquen rápidamente. Esto aumenta el riesgo de lluvias torrenciales y de acumulaciones de hasta 200 litros por metro cuadrado en una sola hora.
“Además, Valencia cuenta con montañas que hacen que las nubes se hagan más potentes”, advierte Picazo. Y añade que podrían darse más fenómenos de este tipo antes de terminar el año 2024, «quizá no tan fuertes, como esta tragedia histórica, pero sí que el cambio climático hará que cada vez haya más efectos meteorológicos extremos”.
Él, como otros expertos, reconoce la dificultad para saber dónde se producirá exactamente la tormenta, aunque se puede detectar con la ayuda de los satélites para así poder advertir a la población y tomar medidas que acaben salvando vidas.
¿Qué podemos hacer?
Adaptarse al cambio climático es esencial para reducir el impacto de estos eventos extremos. Medidas como infraestructuras de drenaje mejoradas, sistemas de alerta temprana y refugios climáticos para proteger a la población en casos de emergencia son imprescindibles, según los expertos. También reducir las emisiones para evitar futuros aumentos de temperatura.
“Aunque los gobiernos y las empresas tienen una gran responsabilidad en la lucha contra el cambio climático, nuestras acciones colectivas como sociedad también son fundamentales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuir a la mitigación de los efectos del calentamiento global. Deberíamos ser mucho más sostenibles en nuestros hábitos diarios», apunta Mario Picazo. Silvia Frías añade consejos como “apostar por las energías renovables y reducir los desplazamientos en avión”, mientras que Odile Rodríguez de la Fuente plantea reflexionar sobre la sociedad que estamos construyendo: “Tenemos un modelo económico de crecimiento infinito en un planeta finito. Hemos confundido el bienestar con el PIB. Por ejemplo, estamos creando productos con obsolescencia programada, que por increíble que parezca es legal».
Ana de Santos es periodista especializada en sostenibilidad y autora del libro «Vivir sin huella».
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