Olivia Mandle, sobre proteger a los delfines: «Lo peor que podemos hacer es no hacer nada»

Jacques Cousteau decía: “estudiar a los delfines en cautiverio, es como si estudiáramos a la Humanidad encarcelada”. Olivia Mandle, de tan sólo 16 años, se ha convertido en embajadora del Pacto Climático de la Comisión Europea y en la mayor activista para proteger a los delfines y liberarlos del cautiverio de nuestro país. Su plataforma No es país para delfines cuenta con más de 157.000 firmas en change.org y no parará hasta conseguir el cierre de los delfinarios en nuestro país y en el mundo.

«Yo pedía que los delfines fueran trasladados a un santuario de animales, pero en lugar de eso fueron llevados a otro zoo en Atenas”, nos cuenta Mandle en el marco de una entrevista en la que hemos querido saber hasta dónde puede llegar este amor por los delfines. Una pasión que lleva a una preocupación por el futuro mundial de estos mamíferos, que cada vez va a peor.

Olivia, ¿Cómo nace tu amor por los delfines?

Con cinco años me di cuenta de la realidad que había detrás de un zoo. Al llegar a casa, después de una excursión con el cole, pregunté a mis padres si los delfines que allí había visto también se iban a su casas, me explicaron que no, que ellos se quedarían allí para siempre. Desde ese momento, sentí un profundo dolor por ellos. 

TE PUEDE INTERESAR

Recargas ecológicas: por qué el sistema refill es el futuro de la cosmética

Botas de agua sostenibles que vas a poder llevar con todos tus looks este otoño

¿Cuál es el objetivo de No es país para delfines?

En 2020, pedí al Ayuntamiento de Barcelona que acabara con el cautiverio de los delfines del zoo. Me di cuenta de que los tres delfines que había eran los mismos que había visto cuando tenía cinco años. En pocos meses, con la primera campaña recibí más de 55.000 firmas. Yo pedía que los delfines fueran trasladados a un santuario de animales, pero en lugar de eso fueron llevados a otro zoo en Atenas.

Entonces, bueno, estaba super decepcionada y frustrada, pero lo transformé en fuerzas para buscar más información acerca del cautiverio, no sólo en mi ciudad, sino también en España. Así descubrí que España es el país en Europa con más delfines en cautiverio y el sexto a nivel mundial. En este momento, pensé que eso tenía que acabarse y que yo iba a cerrar todos delfinarios en España para poder darles una mejor vida a los animales que viven encarcelados. Así creé No es país para delfines, plataforma con la que pido al gobierno una ley del cierre programado de delfinarios en España.

¿Con qué propósito viajas en unos días a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP)?

Tengo un programa en canal de la plataforma digital 3CAT que se llama Kanviem y acudo como corresponsal para dar una visión más joven de todo lo que está pasando en la COP. Acudiré a las conferencias y me encontraré con otros activistas que luchan y elaboran ponencias para mostrar todo con un lenguaje joven. 

¿Hay más jóvenes como tú dispuestos a cerrar los delfinarios en otros países?

La verdad es que no. Llevo ya cuatro años con esta lucha y sé que no va a ser fácil y que no van a cerrarse de un día para otro. Lo que sí sé es que no me voy a rendir, que voy a luchar hasta que en España dejen de existir delfinarios. Después, convenceré a otros países para que el cautiverio en general se acabe.

Eres muy joven, ¿cómo compaginas tus estudios con el activismo?

Curso primero de Bachillerato y quiero ser bióloga marina: es mi gran sueño desde que vi los delfines por primera vez. Como puedes imaginar, el delfín es mi animal favorito y el mar es mi medio, mi segunda casa. Digamos que paso todo el tiempo que puedo en el mar, unas veces dentro, otras fuera, pero constantemente cerca. Siempre he querido estudiar a los delfines en libertad porque creo que nos pueden enseñar muchas cosas. Son animales súper sensibles, súper inteligentes…

Cuentas con gran apoyo de tu familia. ¿Ellos siempre han estado tan concienciados con el medioambiente o lo has llevado tú al hogar?

Mi familia siempre ha estado muy concienciada y he crecido en una casa donde hay muchísima conciencia. Mi hermano también es súper fan de los animales, de la naturaleza. Desde pequeña siempre hemos ido a la montaña a caminar o al mar. He tenido muchísima suerte porque mis padres, conforme creía, me han informado de los problemas que el planeta sufre y lo que les sucede a los animales. 

¿Sufres ecoansiedad?, ¿la has sufrido?, ¿qué le dices a los jóvenes que la sufren?

Yo no sufro ecoansiedad, pero sé que hay muchos jóvenes que la sufren ante la inseguridad de no saber el futuro planeta que les depara. El mundo está como está y, aunque las noticias siempre nos lo pintan con un futuro muy, muy oscuro, soy optimista y creo que todavía hay esperanza. Cada vez hay más gente joven que sale a la calle, a luchar  por lo que realmente les importa. Está muy bien tener un poco de miedo, un poco de ansiedad, pero lo que no está bien es no hacer nada al respecto: lo peor que podemos hacer es no hacer nada, porque las acciones de cada uno de nosotros pueden marcar una diferencia enorme.