Teresa Helbig: pura artesanía en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid

Asistir a un desfile de Teresa Helbig es como sumergirse durante unos minutos en las páginas de una novela. La diseñadora catalana no sólo crea prendas preciosas, sino que también teje un evocador discurso narrativo en torno a ellas. Su último desfile, celebrado el viernes en la Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid, llevaba por título Paris, Texas (igual que la famosa película de Win Wenders) y trataba de representar un viaje marcado por la contradicción.

El desierto que aparece al principio de la película de Wenders bien podría haber sido el escenario que pisaban las modelos, que llevaban prendas en tonalidades ocres y vestidos y cazadoras de cuero desgastado. Pero también podríamos haberlas situado paseando sobre los adoquines elegantes de una calle parisina, pues no faltaron los tules de seda, los colores empolvados y los bordados sutiles.

El toque artesanal es, colección tras colección, una de las señas de identidad de la catalana, que se ha convertido en uno de los baluartes de la moda sostenible en nuestro país. «Sabemos perfectamente el lugar de procedencia del tejido, no producimos stock, nuestras bolsas son de algodón desde el primer día…», declaraba en el podcast Beauty is not a Drama para defender que Teresa Helbig es «una marca ética».

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Ese compromiso ha llevado a la creadora a recibir el Premio Nacional de Diseño de Moda 2023, con el cual se resaltó «su trabajo de investigación, actualización e incorporación de la artesanía a las líneas más vanguardistas del diseño español».

En la colección Primavera-Verano 2024 se compaginaron a la perfección los dos extremos que caracterizan a esta firma: la fuerza y la delicadeza. Y no faltaron los diseños nupciales (uno de los superéxitos de Helbig), pero estas novias, con coronas de flores y vestidos cortos minimalistas, aparecieron en mitad del desfile, no cerrándolo, como si quisieran pasar desapercibidas.

Al final del desfile Paris, Texas sonó una versión muy rockera del Happy Birthday, pues el show coincidió con el 60º cumpleaños de la diseñadora, que salió a saludar, pletórica, vestida con una falda en tonos tierra y jersey de rayas. Ella es probablemente el mejor ejemplo del lema de su firma, ese que dice que «una mujer Helbig nunca pasa desapercibida».