Sara Andrés, atleta paralímpica: «En mi casa, en invierno, hay que estar con jersey, no en manga corta»

La atleta paralímpica Sara Andrés no solo es un referente en actitud positiva ante la vida, esfuerzo y superación personal. También, en el cuidado del planeta. Ella lo cuenta de forma casi anecdótica, como sin darle importancia. Pero Sara, embajadora de Cantabria Labs desde 2019, es de esas personas que han incorporado los hábitos sostenibles a su día a día. «He ido cambiando cosas en casa poquito a poco«, afirma.

Puede que no haya sido de la noche a la mañana, pero sigue a pies juntillas muchos de los pequeños gestos que se recomiendan para reducir de forma sencilla nuestra huella de carbono. Separa y recicla todos los residuos, ahorra energía, compra en comercios de proximidad, evita los envases de plástico… Incluso se ha comprado junto a su pareja un coche híbrido. «Si lo pienso, sí que hacemos cosas… Por ejemplo, mientras espero a que el agua de la ducha se caliente, pongo un cubo debajo para recoger la que cae fría y luego usarla para regar en el jardín o fregar el suelo», reconoce Sara Andrés.

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La maternidad, un punto de inflexión

En ese cambio progresivo hacia la sostenibilidad que menciona Sara, ha habido recientemente un pequeño impulso. A finales de este verano fue mamá. «Después de nacer Nico me sentí súper vulnerable, muy emocional. Empecé a pensar más que nunca en cómo será el planeta que le dejaré a mi hijo. Lo pasaba fatal pensando en los niños que sufren desastres naturales o que pasan hambre… Me entró una sensación de cuidadora extensible al entorno», confiesa.

Aunque ha intentado usar pañales reutilizables, lo dio por imposible. Pero sí que ha puesto en marcha otros detalles sostenibles, como elegir productos sin fragancias, dejar de usar perfumes, evitar los tóxicos a la hora de limpiar, etc. «Es una manera de cuidar del planeta y de limitar los disruptores endocrinos en casa».

La sostenibilidad empieza en la cocina de Sara Andrés

Además de los hábitos que ha incorporado desde que nació su pequeño, la velocista, medallista de 100 metros T64 en varios mundiales de atletismo y que ha participado en tres Juegos Olímpicos, lleva un tiempo integrando una visión sostenible en su día a día. En la cocina pone en práctica muchos de los consejos que solemos oír: «He cambiado los materiales con los que cocino; solo tengo tápers de vidrio; compro la comida en la galería cerca de casa y evito que venga envasada…», enumera. Es su manera de generar menos residuos y reducir la contaminación.

También se ha pasado a las marcas de ropa de proximidad, ha adquirido algunos cosméticos sólidos y es una experta en ahorrar recursos. Además del truco para no desperdiciar el agua de la ducha, Sara Andrés cierra todas las puertas de las habitaciones para conservar el calor y no deja una luz encendida si no es necesario. «Tampoco abusamos de la calefacción. En casa, en invierno, hay que estar con jersey, no en manga corta. Y detrás de los radiadores coloco un panel reflectante para crear un mejor entorno térmico».

Sostenible también fuera de casa

El compromiso con el medio ambiente de Sara Andrés no se queda en casa. Lo pone en práctica a la hora de desplazarse («intento ir en tren y ahora, con el peque, vamos paseando siempre que podemos»). También en su labor como conferenciante motivacional y como embajadora de Cantabria Labs, laboratorio farmacéutico español a la vanguardia de la dermatología mundial. «Valoro mucho la labor que hago con ellos. Por supuesto continuaré concienciando sobre la importancia de protegerse frente al sol«, cuenta la atleta, quien tuvo un carcinoma basocelular (un tumor cutáneo que suele aparecer en zonas expuestas a la radiación).

Atleta y guionista

Además de seguir su colaboración con Cantabria Labs, a Sara, que también es psicopedagoga y profesora, no le faltan planes para 2026. «Quiero retomar mi faceta de atleta. Nada más dar a luz volví a entrenar, ¡lo necesitaba! Además, me quiero preparar para los mundiales de paratletismo del año que viene».

Por si fuera poco, tiene por delante un proyecto muy interesante. «Hace tiempo escribí cinco cuentos infantiles con personajes con discapacidad y los estamos llevando a la gran pantalla. Es algo que va despacio, pero llegará a los cines». Como ella misma dice, le espera un año lleno de cosas buenas e interesantes, «¡y que no falten!».