
Olvida la báscula. El peso no es un buen indicador de que el entrenamiento funciona. Pero si te encuentras con más energía y menos dolor, vas por buen camino. FOTO: Energepic / Pexels.
Cada día, un poco mejor
6 señales de que tu entrenamiento funciona
Y no, no es que bajes de peso necesariamente. Pero sí puedes notar cambios en tu cuerpo, energía y estado de ánimo que te den la pista.
Por Silvia Capafons
27 DE OCTUBRE DE 2025 / 17:00
Hasta hace bien poco si decías que hacías deporte de forma regular, la mayoría entendía que era para perder peso. O, al menos, para no ganarlo. Por suerte, hoy entrenar se asocia a lo que siempre fue: una necesidad física para mantener la salud o mejorar nuestra forma física. Se entrena para mantener a punto la masa muscular, tener más coordinación, mejorar la flexibilidad, y sobre todo, aumentar la sensación de bienestar. Hay quienes incluso añaden el factor social: al gimnasio se va a hacer amigos, a verlos o a ligar. Basta con echar un vistazo a la cantidad de parejas que surgen en los famosos clubs de running o de los boxes de crossfit, convertidos en el nuevo punto de encuentro de solteros. En el plano físico, los expertos señalan seis factores que indican si el entrenamiento funciona.
Diego Montufar, coach de Commando, centro fitness boutique llegado de Méjico que combina bici, fuerza y bootcamp apunta que el deporte bien hecho nos aporta hasta seis beneficios.
Te recarga las pilas
Da igual si eres debutante o entrenas a nivel profesional. «Cuando entrenas bien, aumentan tus niveles de vitalidad y la sensación de energía», señala Montufar. Paradójicamente, aunque hacer deporte cansa en el momento en que se está ejercitando, la sensación a largo plazo es que desparece el cansancio, como corrobora el estudio The Effect of Chronic Exercise on Energy and Fatigue States, de Carly Wender y Mika Manninen entre otros. Ese mismo estudio añade que esta recarga de energía está directamente relaciona con la (cuanto más tiempo, mejores resultados), la intensidad (el ejercicio moderado es el mejor) y la modalidad (que depende de cada persona, su condición física, edad, etc.).
Estás de mejor humor
«Al entrenar, tu cuerpo libera endorfinas y te sientes más motivado durante el día», señala Diego Montufar. De hecho son numerosas las evidencias científicas que ligan el hacer ejercicio con ser más positivo y una reducción de los síntomas de la depresión.
Las endorfinas desencadenan una sensación positiva en el organismo (similar a la producida por la morfina, ojo) al interaccionar con los receptores del cerebro. En el caso de los corredores, el famoso ‘subidón del corredor’, esa euforia que se produce al terminar una carrera o un entrenamiento especialmente duro, se debe a los endocannabinoides. Se trata de una sustancia química similar al THC de la marihuana que los humanos producimos de forma natural y nos ayuda a reducir la inflamación y a mejorar la respuesta inmune.
Mejoras en la talla
El Índice de Masa Corporal (IMC) no es un buen indicador de salud. «Es un vestigio de una sociedad pesocentrista en la que erróneamente se asocia estar delgado a estar sano», decía la nutricionista Gabriela Uriarte en WeLife Tour 2025 Bilbao. La masa magra, en cambio, nos dice mucho más acerca de nuestro estado de forma física. Y esa composición corporal se mejora entrenando. «Aunque la báscula no cambie, la ropa ajusta diferente y el cuerpo se ve más firme», añade el entrenador.
Es importante tener en cuenta que «el peso no siempre refleja el progreso real. Cuando entrenas fuerza, puedes ganar músculo y perder grasa al mismo tiempo. En ese caso, puede que el peso se mantenga, incluso, puede subir porque el músculo pesa más que la grasa, aunque ocupa menos. Lo importante es la composición corporal, no el peso total». Si la idea es perder peso, lo que realmente hace perder grasa «es el déficit calórico. Lo podemos lograr tanto con ejercicio cardiovascular como con fuerza. «El cardio quema calorías de forma directa, mientras que la fuerza acelera el metabolismo al aumentar la masa muscular. Lo ideal, sin duda, es combinar ambos».
Notas el esfuerzo
Que la actividad física llene nuestros depósitos de energía y que nada más terminar nos sintamos eufóricos no quiere decir que al día siguiente estemos apalizados. No hablamos de agujetas, que dependen de muchos factores (falta de entrenamiento, sobreesfuerzo, etc.), pero es perfectamente normal notar los músculos doloridos, cierto cansancio y, en general, la sensación de haber trabajado.
Tienes menos dolor
Se suele decir que el deporte es una polipíldora con efectos beneficiosos en múltiples dolencias físicas. De entrada, el deporte disminuye el dolor, tanto crónico como agudo. El estudio Effects of a single exercise session on pain intensity in adults with chronic pain encontró que incluso con una sola sesión de ejercicio se puede observar una reducción en la intensidad del dolor en adultos con dolor crónico. Muchas mujeres reconocen que este efecto analgésico es fácil de apreciar cuando se entrena los días previos a la regla.
Duermes como un lirón
Cuando entrenamos bien, dormimos mejor. El ejercicio mejora la calidad del sueño porque el cuerpo ya se encarga de hacernos saber que necesita descansar para realizar sus tareas de reparación (la hormona del crecimiento se segrega, precisamente, durante las fases del sueño profundo). Sin embargo, entrenar justo a última hora del día tiene efectos contrarios, ya que ese estado de alteración post-ejercicio eleva las pulsaciones, sube la temperatura corporal y dificulta la conciliación normal del sueño.
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